Cuba: el esperado fin de la doble moneda
"En solo cinco horas, 14 clientes han cerrado sus cuentas en divisas", 
dijo un empleado del Banco Metropolitano.
Iván García Quintero
octubre 30, 2013
Danilo, agiotista ilegal de divisas, ha tenido una semana movida. 
"Compro dólares, euros y pesos convertibles. Pero después que el 
gobierno anunciara el inicio del proceso para la unificación de la 
moneda, me he quedado sin fondos", comenta en una céntrica avenida 
habanera.
También algunas CADECA (casas de cambio) han cerrado antes de hora, por 
falta de pesos (cup) para realizar transacciones con 'chavitos' o pesos 
convertibles, la moneda fuerte en Cuba.
Aunque el régimen intenta frenar el pánico, y en una nota oficial 
informó que las medidas a implementar no afectarían a los ahorristas, se 
observan largas colas en sucursales del Banco Metropolitano.
"En solo cinco horas, 14 clientes han cerrado sus cuentas en divisas en 
el banco donde laboro", dijo un empleado. La noticia no tomó por 
sorpresa a un segmento de la población.
A mediados de agosto, la avalancha de rumores ante una posible 
devaluación del peso cubano convertible o cuc, propició que centenares 
de personas cambiaran a pesos cubanos o cup sus ahorros en moneda dura.
"Desde hace dos meses saqué todos los 'chavitos' de mi cuenta bancaria y 
compré pesos. No está claro cómo se implementarán esos pasos para la 
unificación de la moneda, pero se rumora que antes de desaparecer, el 
peso convertible se irá devaluando progresivamente", señala un 
trabajador por cuenta propia.
En Cuba, los rumores suelen tener más credibilidad que las informaciones 
difundidas en los medios oficiales. Eusebio, economista, considera que 
la doble moneda distorsiona los precios, la contabilidad y las 
transacciones comerciales internas.
"Muchas empresas locales son rentables gracias a que venden su 
mercancías en pesos convertibles. La mayonesa de fabricación nacional, 
por ejemplo, se vende entre 3 y 5.50 cuc, alrededor de 75 y 132 cup. 
Cuando se unifique la moneda, esa distorsión tendrá que desaparecer y 
los precios inflados, debido a la circulación de una moneda fuerte, 
tendrán que reajustarse".
"No se resuelve nada sustituyendo el 'chavito' por el peso cubano si en 
las redes comerciales se mantienen los precios atrofiados, en cup y cuc. 
El precio real del arroz que se vende racionado en las bodegas no es de 
0.20 centavos de pesos la libra. Ni tampoco los 800 cuc de un televisor 
de plasma, equivalente a 20 mil cup. La unificación de la moneda resulta 
complicada, y sectores productivos se verán afectados y pueden sufrir 
pérdidas", argumenta el economista.
Ya en algunas cadenas de tiendas y mercados se venden productos en pesos 
tasados al cambio del peso convertible. Magaly, maestra de secundaria, 
cree que eso no resuelve nada. "Si una gran cantidad de la población 
ahora no tiene 25 'chavitos' para comprar comida, no tendrá 625 pesos 
para adquirirla. De lo que se trata es de reajustar precios y elevar 
salarios".
Un funcionario de un organismo estatal pide paciencia. "Los salarios de 
los empleados que laboran en sectores productivos que generan fuertes 
ingresos en divisas (turismo, salud pública, Cubana de Aviación o 
ETECSA), en un plazo breve comenzarán a ganar salarios acordes al nuevo 
panorama. Su poder adquisitivo se verá aumentado. Tanto para el consumo 
como para la sociedad, será saludable revalorizar el papel del trabajo. 
La pirámide invertida, donde los profesionales ganan sueldos inferiores 
a los de un basurero, gradualmente va a cambiar", aunque no quiso entrar 
en detalles.
La macarrónica nota publicada en Granma ha provocado más preguntas que 
respuestas. La gente espera que antes de que finalice el año, las 
disposiciones para unificar la moneda comiencen a hacerse efectivas.
Cuando el 26 de julio de1993, Fidel Castro despenalizó el dólar, comenzó 
a circular el peso cubano y el dólar estadounidense. En mayo de 2004, 
Estados Unidos multó con 100 millones de dólares al banco suizo UBS, por 
violar el embargo y haber 'lavado' casi 4 mil millones de dólares a 
Cuba. Fidel Castro montó en cólera. Seis meses después, en noviembre de 
2004, el dólar fue sustituido por el peso cubano convertible. Pero a 
Castro no le bastó haber sacado de circulación al dólar estadounidense: 
en marzo de 2005 lo devaluó en un 18% en la isla.
Después de la llegada al poder de su hermano Raúl en 2006, y con el 
objetivo de recaudar más billetes verdes, en 2011 se revaluó el dólar en 
un 10%. A pesar del injusto gravamen, altos precios en divisas de 
alimentos en mercados minoristas y lento flujo de movimiento de cientos 
de artículos en las tiendas del Estado, las remesas familiares desde el 
exilio crecen de manera espectacular.
Si en 2000, por concepto de remesas el país ingresó 986 millones de 
dólares, en 2012 habían aumentado a 2,605 millones. Para 2013 se calcula 
que superará los 2,800 millones de dólares. A eso súmele casi 3 mil 
millones en ropa, alimentos, recargas telefónicas, electrodomésticos y 
medicamentos que entran a través de 'mulas' y agencias de viajes 
establecidas en la Florida.
Un sondeo entre una veintena de habaneros que por estos días 
apasionadamente debaten sobre la unificación de la moneda, arrojó que 
los principales problemas continuarán siendo los salarios de miseria, 
pobre productividad y regulaciones excesivas en un sistema ineficaz.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, el salario 
medio ronda los 466 pesos, unos 20 dólares. A pesar de las tímidas 
reformas económicas, la agricultura no acaba de despegar y la industria 
necesita algo más que buenas intenciones para ser eficiente.
Cuba importa desde frutas destinadas al turismo hasta cepillos de 
dientes vendidos a la población. Nadie cree que, de momento, la 
desaparición de la doble moneda mejore su calidad de vida. Pero es el 
comienzo de nuevos retos.
(Publicado originalmente en el blog Desde La Habana el 10/29/2013)
Source: "Cuba: el esperado fin de la doble moneda" - 
http://www.martinoticias.com/content/article/28791.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario