Internet para mongo-Nautas
Publicado el Miércoles, 05 Junio 2013 17:14
Por Alejandro Rodríguez*
Da la impresión de que para la American Telephone Company (ETECSA, por
sus siglas en español), y para la prensa irresponsable que reproduce sus
comunicados como mismo lo haría Poncio Pilatos, los cubanos somos una
especie de anormales que debemos, antes de contar con la posibilidad
real de navegar en Internet, aprender a hacerlo de a poquito, y claro,
pagando hasta el último quilo que tengamos en la cartera.
Se aduce que las desmesuradas tarifas que tendrá el servicio (lo cual se
reconoce autocríticamente como si eso resolviera algo) responden a la
débil infraestructura de telecomunicaciones del país, y se sugiere con
sutileza que esas tarifas privilegian a la navegación nacional para
educar a la gente en el consumo de lo propio, con lo cual se le echa
leña a la costumbre de decirle a uno lo que tiene que hacer, o lo que es
bueno y lo que es malo, como si uno fuera mongo o descerebrado.
Para colmo de colmos como recalcando que en esto de la tecnología y la
información los cubanos tenemos peor suerte que el que se cayó en el
pajar y se encajó la aguja, un funcionario de la mencionada empresa
quiso ilustrar la expansión que se espera, y dijo que sería como la
socialización de la telefonía móvil, que fue bajando de precio poquito a
poco hasta estar al alcance de la población.
Fuera de contexto
Y digo yo que hay que estar más fuera de contexto que una pulga en un
perro plástico, borracho y loco, para suponer que la telefonía móvil
está al alcance de la gente normal en Cuba: llevando los números por lo
bajito, un médico de aquí debería trabajar 5,4 meses para obtener un
teléfono celular de los malos y una línea telefónica con el único
proveedor, o sea, ETECSA, y luego pagar 1/5 de su salario cada mes para
mantener un servicio que rara vez logrará producirle satisfacción en vez
del sufrimiento de la marcadera constante del *222# de consulta de saldo
tras cada llamada de menos de 30 segundos.
Asimismo, el titular de prensa que anunció la noticia del año pregona
que se amplía el acceso de la población a Internet. Ya en otro post
hablé de cómo el eufemismo reina por estos lares: en Cuba las cosas no
se arreglan o se mejoran, sino que como ya son buenas, basta
perfeccionarlas. Pues con el verbo ampliar no sucede así, porque para
ampliar algo primero tiene que existir.
La apertura del Internet me parece a mí y a una pila de gente más una
apertura a medias, casi que de hendija, o de persiana (Percy, no es con
usted), la más mínima de las últimas aperturas, que privilegia a los
adinerados de siempre y a los nuevos ricos; una apertura que desconoce
el derecho de todo el mundo a contar con oportunidades similares, no
solo de educación y salud, sino también de acceso al conocimiento
plural, que es poder individual, y es cultura.
La lógica del dinero
Quienes piensan y publican lo contrario pueden saber que el más simple
de los análisis supondrá que sí será el mercado quien regule el acceso a
la información de la Red, como mismo el mercado regula el acceso a la
compraventa de casas y carros, y a las iniciativas privadas de la
pequeña empresa, y a todo lo demás que ya estaba bueno y ahora se
perfecciona, o lo no existía y ahora se amplía.
Además de la lógica del dinero nuestro que ETECSA quiere para ellos
dizque para invertirlo en beneficio nuestro, hay otras razones que
pueden pensarse justificantes de los precios que tendrá el Internet.
Muchos dirigentes, políticos, jefes y decisores en general, no han
ocultado sus opiniones de que el Internet no significa acceso al
conocimiento, sino una puerta abierta al caos y al libertinaje, y a que
la gente se confunda ideológicamente en medio de tanta diversidad, algo
que ellos llaman diversionismo, un término que ni siquiera aparece
registrado en los diccionarios de la Lengua Española, y que como
creación lingüística me parece muy fea.
Yo no creo que sea posible que alguien se pueda confundir
ideológicamente por la sencilla razón de que no hay ideologías
confundidas, o bien todas lo están, que al caso es lo mismo.
Mientras una hora de conexión cueste casi $5 dólares, será el dinero
quien diga quién se conecta y quién no. Y dudo que alguien, por nuevo
rico y adinerado que sea, pueda hacer un uso recreativo de la nueva
oportunidad.
Colas de dragón
No pasará esta vez como cuando se le permitió a todo el mundo el derecho
a tener un pasaporte y salir sin demasiadas trabas del país, que se
armaron colas de dragón en las oficinas de trámites. Cuando el día
anunciado se volteen los carteles de cerrado/abierto en los telepuntos
de ETECSA, los puestos para navegar seguirán tan ausentes del cubano
promedio como lo están ahora, aunque ya la prensa tiene acaso previsto
el titular rimbombante, y a un fotógrafo esperando el primer cliente
para ilustrar con la instantánea. Ríete y abre el Google, no, mejor
ECURED¡¡¡ ¡no mires para acá! dale pon la mano en el mouse, que vas a
salir en el periódico, le dirán, y el infeliz retratado perderá unos
valiosos minutos de su tarjetica Nauta en el acto figurativo.
Habrá que hacer entonces, dentro de poco, una nueva categorización de
los grupos poblacionales en correspondencia con sus destrezas en la Red,
no de acuerdo a sus edades o niveles de instrucción, sino al poder
adquisitivo. Y se llenará Internet de publicidades analfabetas, y de
cosas peores…
Los que no clasifiquemos para sentarnos en las aireacondicionadas
oficinas de sillitas giratorias de la American Telephone Company
(ETECSA, por sus siglas en español), seguiremos escuchando el reguetón
de Osmany García, que es gratis, alquilando lo que sea que venga
semanalmente en el paquete audiovisual de películas paqueteras y
programas del corazón, que es barato, o haciendo un blog por telepatía.
*Periodista cubano residente en Camaguey. Tomado de su blog Alejo3399.
http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/sociedad/2906-internet-para-mongo-nautas
No hay comentarios:
Publicar un comentario