27 de mayo de 2013

A veces hay que hacer de limpiabotas

A veces hay que hacer de limpiabotas
Lunes, Mayo 27, 2013 | Por León Padrón Azcuy

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -El escritor Luis Iglesias Pérez,
nacido en 1952, en la barriada capitalina del Cerro, pertenece a la
generación de narradores cubanos que se dieron a conocer en los años 80.
Psicómetra de profesión, muy pronto dejó el hospital donde trabajaba
para dedicarse por entero a la literatura. Desde entonces ha debido
enfrentar las peculiares circunstancias del escritor en Cuba.
Precisamente sobre algunas de estas circunstancias, relacionadas en
particular con su vida, nos habla en la siguiente entrevista.

Cubanet: En los años 70 hubo una explosión de poetas cubanos. ¿Cómo
describes ese momento en tu vida?

L.I.P: En esa época, a pesar de no tener una dirección o alguien que me
guiara, empecé a escribir mis poemas, labor que combinaba con mi amor
constante a lectura. Me convertí en un asiduo visitante de la Biblioteca
Nacional José Martí, donde pude leer a gran parte de los grandes autores
internacionales. Y ya en los 80 empiezo a presentar varias de mis obras
en concursos literarios organizados por las autoridades cubanas. De esa
manera me pongo en contacto con la brigada Hermanos Sainz, que agrupaba
a jóvenes artistas y escritores. Allí conocí a la poetisa Reina María
Rodríguez, quien se encontraba al frente del gremio a nivel nacional. Me
aceptaron, y tres años después, me propusieron asumir la dirección del
grupo en la capital, pero con la condición de pasar la escuela nacional
de cuadros de la Unión de Jóvenes Comunista (UJC).

Cubanet: ¿Qué objetivos perseguía esa escuela, en el caso de los artistas?

L.I.P: Siempre estaba lista para adoctrinar y "enseñar" a todos los
escritores y artistas, y al personal vinculado a la cultura, atiborrando
al alumnado con clases de comunismo científico, marxismo- leninismo y
economía política.

Cubanet: ¿Qué cambios produjo en tu vida esa nueva responsabilidad?

L.I.P: De cierta manera, todo cambió para mí, ya que, aparejado al
trabajo, debía organizar los expedientes de cada miembro, además de
programar actividades en la Casa del Joven Creador que promocionaba
jóvenes talentos de la cultura. Todo esto a través de la UNEAC, que
autorizaba algunas publicaciones en pequeños folletos, llamados
Extramuros. Ahí salieron mis primeras publicaciones.

Cubanet: Pero al dejar de existir la brigada, para dar paso a la
Asociación Hermanos Sainz, te excluyeron, ¿por qué?

L.I.P: Hasta los días de hoy es un misterio para mí. Nunca lo supe, ni
tampoco he preguntado. Es lamentable que en todos los aniversarios de la
Asociación Hermanos Sainz nunca se recuerde a aquellos escritores y
artistas que iniciaron la institución, desde la brigada.

Cubanet: ¿Cuántos premios obtuviste?

L.I.P: En el año 83 gané el premio Poesía de Amor Varadero.
Posteriormente, fui mención en el premio de poesía David, del mismo año.
Y en años sucesivos obtuve varias menciones del propio David, convocado
por la UNEAC.

Cubanet: ¿Tú labor cómo escritor ha sido ininterrumpida?

L.I.P: En los tiempos del Periodo Especial dejé de escribir. A veces
retomaba la poesía, escribiéndola a mano, aún conservo los manuscritos,
que permanecen inéditos. Fueron tiempos muy difíciles en los que estuve
obligado a combinar la escritura con una licencia de cuentapropista que
saqué para fabricar figuras de santería con hojalata, o para limpiar
zapatos con un sillón que fue propiedad de mi padre.

Cubanet: ¿Cuándo te afiliaste a la UNEAC?

L.I.P: Me presenté con un cuaderno de poesía titulado "Tratado sobre la
falsificación del Oro", en la segunda convocatoria Pinos Nuevos, en el
año 1996. Fue un premio que convocó la editorial Arte y Literatura. Mi
trabajo resultó premiado. Al año siguiente, fui aceptado como miembro
permanente de la UNEAC.

Cubanet: ¿Cuál es tu opinión acerca de los escritores que son críticos
con el gobierno?

L.I.P: Es plausible su valentía, pero sus obras no circulan dentro de la
población. Igual les pasa a muchos escritores oficialistas, solo
conocidos en el micro ambiente intelectual cubano. Cuando se trata de
libros promovidos bajo la anuencia del gobierno, las ediciones son
escasas, y los lanzamientos de los libros se hacen en lugares
prácticamente sin promoción. Seguimos aferrados a los grandes nombres de
la literatura universal, que son los que el pueblo conoce: las obras de
Carpentier, García Márquez, o la poesía de Guillén, Neruda. En un
segundo plano queda siempre la literatura cubana actual, que se edita y
se premia pero sin la debida promoción.

Cubanet: ¿Eres optimista ante el futuro?

L.I.P: Tengo una gran esperanza en que Dios me dé más años de vida, para
poder ver con mis ojos el fin de la situación tan adversa por lo que
atraviesa Cuba. Y confío en no irme de este mundo sin ver el fin del
sufrimiento de los cubanos. En cuanto a mi ventura personal, espero que
mi última novela, "Máquina de Soñar", pueda ser publicada .

Leonpadron10@gmail.com

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