Librar el debate
Miércoles, 29 de Mayo de 2013 02:31
Escrito por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) Desde que se comenzó la
ejecución de las nuevas políticas y el regateo de una nueva mentalidad
para llevar adelante los proyectos gubernamentales propuestos y llevados
a debate en las distintas sesiones legislativas, las políticas
culturales y educativas en Cuba, han debido atender la precisión
inscrita en la constitución, donde se define a la nación como un estado
de igualdad ciudadana.
Plantea el artículo 42 de la Constitución que "la discriminación por
motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias
religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y
es sancionada por la ley."
Basados en esta argumentación, ya se declara a la nación como
multiétnica y pluricultural, sin que hasta el momento actual se hayan
dado pasos concretos a fin de determinar el estatus general de la nación
en materia de convivencia ciudadana y de mejoramiento de las relaciones
inter-raciales.
Ya la antropología, en sus diversas plataformas, como la etnología, la
biología. la antropología social, la lingüística, la arqueología y
científicos sociales, comunicadores de masas, así como historiadores,
artistas, y gestores culturales entre otros, han reconsiderado sus
conocimientos y los han puesto al servicio de los nuevos retos
planteados por la ciudadanía. Se abren paso de manera inusitada dentro
de la multirracialidad en las diversas variables sobre la historia
cubana y los aportes dejados por los negros en la conformación de la
cultura y de la nación, a pesar de los prejuicios y los estereotipos
negativos contra este grupo étnico.
La situación de la población negra mejoró –al menos teóricamente- tras
el triunfo de la revolución en 1959, lográndose cierta consideración y
tolerancia hacia negros y mulatos, pero eso no acabó con la
discriminación y los prejuicios. Más bien el reacomodo de tales
manifestaciones trajo consigo un modo diferente de discriminación como
la ideológica, donde no sólo el negro contestatario al sistema
castrista, sino también el blanco es discriminado por pensar de forma
adversa a los dictámenes oficiales. Este tipo de discriminación hizo
retroceder sustancialmente el apego de buena parte de los blancos y los
negros al régimen castrista: la credibilidad del sistema se debilitó por
causa de su propia intolerancia.
Racismo e instituciones políticas van de la mano en Cuba. Para acabar
con ese estigma vergonzoso que corroe la nación toda, ningún otro
sistema político existente en la Isla ha tenido más oportunidades que el
régimen castrista en la Cuba de hoy.
Es el estado quien fuera de todo protagonismo ventajista y politiquero,
debe apoyar las iniciativas independientes y dar junto a ellos la
batalla en lugar de reprimirlos. Batalla que debe darse en todas partes
y hacia todos los puntos cardinales, como esa que quiso librar el
Apóstol y que la vida no le alcanzó para hacerlo. La batalla debe
librarse desde la prensa, tan indiferente al tema racial, en los libros
de enseñanza, en las academias, en la ciencia, la educación y la
cultura; en las iglesias, en la vía pública y hasta en la intimidad de
las familias.
Dejar su miserable actuación frente a un problema que puede desatar
conflictos interétnicos, es obligación moral y política del estado. Eso
está por encima de las prioridades de cualquier otro problema nacional.
Ante ello, la ideología se hace cada vez más insignificante.
Variar el discurso, reconocer y reconocerse como un estado con graves
prejuicios raciales, admitir que sí existe el racismo y la
discriminación ideológica, hace dignos tanto a los gobernados como a sus
gobernantes.
No habrá democracia ni progreso social sostenible mientras un segmento
de la población, sea cual sea, continúe estigmatizado y fuera de la
visión social y política de la nación.
No nos contentemos por más tiempo,
no nos resignemos a decir en voz baja
y como en murmullos cobardes, la verdad,
hablemos con lengua resonante, como la del clarín.
Whittier
Para Cuba actualidad: makandalmm@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/7566-librar-el-debate.html
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