2 de octubre de 2012

La Unión de Jóvenes Comunistas también denota gran envejecimiento

UJC

La Unión de Jóvenes Comunistas también denota gran envejecimiento

La edad de los dirigentes de la UJC aumenta, y algo similar sucede con
los de la Unión de Pioneros de Cuba

Miriam Leiva, La Habana | 02/10/2012 8:34 am

No deberá extrañar si la Unión de Jóvenes Comunistas se "actualiza" a
tenor con los Lineamientos del Partido Comunista mediante la mutación
del vocablo referido a la juventud. Al cabo de 50 años de existencia,
también denota el envejecimiento de los máximos dirigentes y la
tendencia demográfica de Cuba. Yuniasky Crespo Baquero, "promovida" a
primera secretaria, en un Pleno del Comité Nacional el 24 de septiembre
pasado, sustituyó a Liudmila Álamo Dueñas, designada en 2009. Ambas
tienen en común 35 años de edad al momento de su elevación y carecer de
experiencia en la dirección a nivel nacional.

¿Dónde está el hombre nuevo… y la mujer? Julio Antonio Mella iniciaba la
veintena de años cuando fundó el Partido Comunista de Cuba en 1925,
Frank País también cuando creó su organización, se unió al Movimiento 26
de Julio, levantó en armas a Santiago de Cuba y dirigió la resistencia
clandestina en apoyo a los guerrilleros de la Sierra Maestra 1956-57;
Mella fue asesinado a sus 25 años, Frank con 23. Fidel Castro atacó el
Cuartel Moncada con 26; Che Guevara se unió a las milicias en contra del
golpe de Estado a Jacobo Arbenz en Guatemala a esa misma edad, y
desembarcó con Fidel Castro en Cuba a los 28. Esos hombres han sido los
modelos enarbolados por la Unión de Jóvenes Comunistas para cumplir sus
objetivos de forjar a las nuevas generaciones y garantizar el relevo
entusiasta en la continuación de la revolución.

Sin embargo, la edad de los dirigentes de la UJC aumenta, y similar
sucede con los de la Unión de Pioneros de Cuba. Esa es una muestra
elocuente del fracaso de la política de consignas: ¡Pioneros por el
comunismo, seremos como el Che! La simulación y la doble moral han
deformado los valores del relevo generacional, que busca todos los
pretextos imaginables para evadir el ingreso en la Unión de Jóvenes
Comunista, porque no cree en la "revolución" o tiene la mente puesta en
la Tarjeta Blanca con el permiso de salida del país. Entre quienes se
acercan, no existen garantías de que lo hagan por convicción política,
pues abunda el interés por escalar en los estudios, los puestos de
trabajo y lograr una misión en el exterior. Las nuevas generaciones no
tienen compromisos con el pasado idílico de la revolución triunfante en
1959, sino que se han criado con carencias de lo más elemental, desde
alimentos, ropa, calzado hasta una habitación independiente en una
vivienda adecuada. No han tenido juguetes y dejaron de tomar leche a los
7 años, pues ya no se les vendía mediante el sistema de racionamiento.
En los matutinos escolares, la televisión, la radio y las reuniones del
Comité de Defensa de la Revolución de su cuadra de residencia se
vociferó: ¡Si no te gusta esto, te vas! Desgraciadamente, la mayoría de
los jóvenes cubanos aspiran largarse a cualquier parte, aunque
preferiblemente a Estados Unidos. Desde hace mucho tiempo hay cubanos en
los lugares más inimaginables, como Myanmar (Birmania) desde antes de
iniciarse el proceso hacia la democracia.

Sencillamente no existe libertad e independencia para que los jóvenes
decidan su presente y, por tanto, su futuro. No hay motivación ni
entusiasmo. ¿Dónde está el programa de la UJC con la búsqueda de
soluciones a los problemas que afronta la juventud? Todo se reduce a las
eternas directivas sobre comportarse en apoyo y el rechazo a las
influencias eternas, sujetas a la opresión de cualquier opinión
independiente mediante la calificación de contrarrevolucionaria. La UJC,
la Unión de Pioneros y las organizaciones estudiantiles reciben los
dictados del Partido Comunista; los más recientes contenidos en el
Capítulo IV de los Objetivos de Trabajo del PCC aprobados por la Primera
Conferencia Nacional, efectuada en enero del presente año. Según el
título: Relaciones del Partido con la UJC y las organizaciones de masas,
debería tratarse de una colaboración, pero en realidad son órdenes.

Los cambios de dirigentes de la UJC son una muestra muy evidente. El
carácter intranscendente de las decisiones supuestamente tomadas en el
seno de la organización se percibe por la información a los jóvenes, y
la población, sobre el cambio de la primera secretaria en un pleno del
Comité Nacional contenido en un pequeño recuadro de la segunda página
del diario Granma, órgano oficial del PCC. Juventud Rebelde, periódico
de la UJC, lo expuso en la primera página, como era elemental hacer,
pero sin elaborar sobre lo discutido en el evento ni el programa que se
plantea la señora recién conocida por la foto incluida, como también se
mantiene la incógnita habitual respecto al destino de la destituida.

Desde su fundación el 4 de abril de 1962, la organización ha tenido 10
máximos dirigentes, de los cuales Luis Orlando Domínguez (1972-82) fue
condenado a 20 años de cárcel por corrupción y conspiración, luego de un
enérgico discurso de Fidel Castro; Carlos Lage Dávila (1982-86),
ascendido hasta poderoso vicepresidente (1993-2009) fue deshonrosamente
echado; Roberto Robaina (1986-1993) promotor de novedosos métodos para
atraer a los jóvenes, llegó a Canciller (1993-99), pero fue
estrepitosamente defenestrado por supuesta corrupción y conspiración,
sin juicio ni condena, más que la expuesta por el Comandante en Jefe;
Victoria Velázquez (1994-97) destituida por corrupción, y Otto Rivero
Torres (1997-2004) elevado a vicepresidente del Gobierno (2004-09) a
cargo de la "Batalla de Ideas", rodó acusado de corrupción. Llama la
atención que personas designadas y encumbradas por el más alto nivel del
país hayan terminado andando caminos tan enlodados.

La presencia de mujeres en posiciones directivas es positiva, pero la
promoción no debe responder a designación para cumplir metas. Yuniasky
Crespo, licenciada en Marxismo-Leninismo e Historia, había sido nombrada
para dirigir el Comité Provincial de la UJC en Las Tunas en 2011, y su
predecesora Liudmila Dueñas ocupaba similar cargo en Cienfuegos cuando
fue designada segunda secretaria del Comité Nacional en septiembre 2008
y promovida en 2009. Ambas han carecido de la experiencia a nivel de
todo el país. Sus posibilidades de actuación están dictadas por la
máxima instancia del Partido Comunista, donde no existe el margen para
el trabajo novedoso a fin de movilizar a una juventud mayoritariamente
apática, que no se siente representada ni con posibilidades de influir
en los destinos de nuestro país.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/la-union-de-jovenes-comunistas-tambien-denota-gran-envejecimiento-280506

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