Jueves, Marzo 1, 2012 | Por Leonardo Calvo Cardenas
LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -En diciembre de 2010 el 
legendario pelotero capitalino Agustín Marquetti viajó a los Estados 
Unidos en visita familiar para encontrarse con sus hijos y nietos que 
residen en ese país. La presencia en La Florida de quien por más de 
veinte años escribió páginas de gloria como titular de la primera base 
de los equipos habaneros y la selección nacional, significó un 
acontecimiento de enorme resonancia.
Los aficionados cubanos de varias generaciones afincados en los Estados 
Unidos dieron una calurosa bienvenida a uno de los atletas más 
talentosos  y carismáticos de las últimas décadas. El propio Marquetti 
se mostró sorprendido por la cantidad de entusiasta público reunido en 
el homenaje que se le tributó en un estadio de Miami.
Cuando fue remozado el parque Latinoamericano de La Habana para acoger 
la nueva edición de la Serie Nacional de beisbol se instalaron cuatro 
gigantografias en las torres del estadio para homenajear a  figuras 
emblemáticas del beisbol capitalino en el último medio siglo. La 
ausencia de Marquetti entre los cuatro elegidos ─Pedro Chávez, Santiago 
"Changa" Mederos, German Mesa y Pedro Medina─   confirmó la certeza de 
que el popular  slugger nacido hace 65 años en el poblado habanero de 
Alquizar, había decidido permanecer en los Estados Unidos.
Nadie como Marquetti merecería tal homenaje, esté donde esté, porque 
desde finales de la década de los sesenta cuando comenzó a destacarse 
como recio bateador en una época de reconocida calidad en el beisbol 
cubano escribió varias páginas de gloria en la historia reciente del 
pasatiempo nacional. En 1969 vistiendo la franela de La Habana implantó 
records de home runs con 19, en el campeonato mundial de Nicaragua 1972 
decidió con batazo de vuelta completa el juego final frente al equipo de 
Estados Unidos. Marquetti defendió con éxito por una década los colores 
del team Cuba para contribuir a lograr varias victorias en campeonatos 
mundiales, juegos panamericanos y centroamericanos.
En la arena nacional ganó varios títulos con los equipos de la capital, 
pero uno de los momentos más inolvidables de su trayectoria es el 
campeonato que decidió en 1986, en las postrimerías de su carrera,  con 
espectacular vuelacercas ante el conjunto de Vegueros.
Sin embargo no todo significó felicidad para Marquetti a su paso por el 
beisbol cubano. En plenitud de facultades y rendimiento deportivo fue 
apartado en 1981 de los equipos nacionales, a los que no regresaría 
jamás. Muchos años después pude conocer que para aplicar la drástica 
medida el señor Serbio Borges, para aquella fecha una especie de Zar del 
beisbol cubano ─ a la vez director del equipo nacional, comisionado 
nacional de beisbol y director de deportes con pelota del Instituto 
Nacional de Deportes─ tomó como pretexto que un hermano de Marquetti 
había abandonado el país recientemente.
El señor Serbio Borges quien perjudicó a más de uno a su paso por el 
beisbol cubano finalmente también abandonó el país hace pocos años. Al 
parecer esta tragedia ha durado tanto tiempo que víctimas y victimarios 
se encuentran en el exilio.
Hace alrededor de una década Marquetti fue también excluido de una 
selección de veteranos que enfrentó en Caracas a un similar de 
Venezuela, presumiblemente porque su hijo del mismo nombre había 
escapado hacia Republica Dominicana con la esperanza de jugar en el 
beisbol profesional.
Llama la atención que estas represalias no tomaron en cuenta la 
reconocida trayectoria revolucionaria que tejió el siempre afable 
Marquetti desde que era prácticamente un niño. Una vez retirado del 
beisbol ocupó varias responsabilidades como entrenador y como 
colaborador en varios países de tres continentes. Sin embargo a pesar de 
su prestigio y experiencia nunca se le designo director de un conjunto 
de la serie nacional, tal vez por ser una persona de criterios firmes y 
transparentes  que no se ha limitado para hacer certeras críticas al 
devenir actual del beisbol cubano.
Ahora llega la noticia de que el ídolo deportivo de mi niñez emprende un 
nuevo camino junto a su hijo Agustín Marquetti Jr como principales 
entrenadores de la Academia de Beisbol Miami Shaks (MSBA), fundada en 
noviembre pasado, la cual debe ser un nuevo espacio para el desarrollo 
de jóvenes talentos del popular y complejo deporte.
Como lo ha hecho a lo largo de su brillante carrera, Marquetti de seguro 
imprimirá a su nuevo proyecto la sabiduría, la pasión y la simpatía que 
lo caracteriza. Desde aquí, con la admiración de siempre a quien, en la 
época en que se borraban en Cuba todos los títulos de cortesía, se gano 
a fuerza de caballerosidad y talento el merecido apelativo de Don 
Agustín, solo puedo decir: Buena suerte leyenda.
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