3 de febrero de 2012

Cálculos mal realizados

Economía

Cálculos mal realizados

Países con territorios muy extensos y mayores obstáculos naturales que
Cuba poseen tasas de electrificación superiores, como Chile, Venezuela,
Costa Rica, Brasil y Trinidad y Tobago, o similares, como el caso de
Argentina, Uruguay, República Dominicana y Ecuador

Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 25/01/2012

La capacidad de generación eléctrica de Cuba actualmente supera 10 veces
la instalada en 1959 se anuncia con intención triunfalista en la primera
página del diario Granma el 17 de enero. Esto se presenta como un enorme
logro, sin tener en cuenta que ha pasado más de medio siglo, y el
desarrollo tecnológico para producir electricidad con eficiencia ha
avanzado de forma exponencial durante ese largo periodo.

Pero incluso si se examinan detenidamente las cifras del incremento del
consumo de electricidad en el país, comparándolo con lo sucedido en
América Latina y el Caribe, los resultados no pueden ser más
desalentadores. De acuerdo con datos brindados por la Oficina Nacional
de Estadística (ONE), en 1958 el consumo de electricidad fue 2.550,4
Gigavatts/hora (GW.h) y en 2010 alcanzó 17.395,5 GW.h, para una tasa
promedio de crecimiento anual del 3,7 %, lo que no es muy alto. Sin
embargo, si esa comparación se realiza entre 1989 y 2010, la tasa de
crecimiento anual fue de 0,6 %, una de las más bajas en la región.

Ciertamente la capacidad de generación de electricidad en Cuba se
incrementó notablemente en los años 1970 y 1980, no debido a la
genialidad de nadie, sino a una coyuntura histórica que propició que la
Unión Soviética y Checoslovaquia entregaran numerosas plantas
termoeléctricas, financiadas con créditos altamente ventajosas, que en
su mayoría no se han pagado. Además, los soviéticos se convirtieron en
una fuente enorme de combustible barato, que no solo satisfacía las
necesidades internas —incluidas las sustanciales cantidades
despilfarradas—, sino se convirtió en la primera fuente de divisas
fuertes a través de la reexportación del excedente recibido al mercado
internacional. Los "hermanos" soviéticos permitían esas operaciones con
el fallido objetivo de construir una vitrina para América Latina y el
Tercer Mundo en general y al mismo tiempo mantener un portaaviones
insumergible a 90 millas de su principal rival en el mundo.

Por otra parte, datos del PNUD en su Informe sobre Desarrollo Humano
2007-2008 muestran que Cuba tuvo un consumo de 1.380 kilovatios/hora,
per cápita, en 2004 para ocupar el puesto 18 en América Latina y el
Caribe, mientras el cambio porcentual del consumo de electricidad per
cápita entre 1990 y 2004 fue de 0,6 %, solo superior en la región a
Antigua y Barbuda, Surinam y Haití, que tuvieron decrecimientos en ese
lapso.

En cuanto a que el 96 % de las familias cubanos tienen acceso a la
energía eléctrica, indudablemente es un hecho positivo. Pero se debe
básicamente a lo apuntado anteriormente respecto a la colaboración que
durante muchos años brindaron la Unión Soviética y Checoslovaquia,
mediante el suministro de plantas termoeléctricas, subestaciones y demás
componentes para desarrollar el sistema. Hay que tener en cuenta que
otros países de nuestra región, con territorios muy extensos y mayores
obstáculos naturales que Cuba, poseen tasas de electrificación
superiores, como Chile, Venezuela, Costa Rica, Brasil y Trinidad y
Tobago, o similares, en el caso de Argentina, Uruguay, República
Dominicana y Ecuador. Niveles de electrificación alcanzados, sin tener
que pagar el costo en carencia de libertad, violación de derechos
humanos y desgarramientos, sufridos por los cubanos en tantos años de
totalitarismo.

Además, el desarrollo de la energía eléctrica en Cuba es altamente
dependiente del uso del petróleo, con un apreciable grado de
ineficiencia. Existen elevados consumos específicos de combustible e
inaceptables coeficientes de pérdidas en la transmisión y distribución
de la energía (15,4 % en 2010, en comparación con 8,7 % en 1958), dada
la elevada antigüedad de las plantas termoeléctricas y demás componentes
del sistema, en su mayoría con muchos años de explotación y una
prolongada falta del mantenimiento adecuado, a lo cual se agrega una
operación con muchas dificultades. Al mismo tiempo, la generación de
energía eléctrica por fuentes renovables, en particular eólica y solar,
es mínima (11,7 GW/h en 2010): muy por detrás de lo logrado actualmente
en pequeños países como Costa Rica que produjo 519 GW/h solo de fuente
eólica, en el mismo año, según información aportada por la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en un estudio
realizado sobre la generación de electricidad en Centroamérica.

La situación de los trabajadores eléctricos antes y después de 1959 no
admite comparación. Por los motivos que sean, en la etapa
prerrevolucionaria gozaban de muchas ventajas, que ni pueden soñar los
trabajadores eléctricos posteriores. En primer lugar tenían salarios y
condiciones laborales muy superiores a la mayoría de los trabajadores
cubanos; contaban con una cooperativa que los abastecía de una amplia
gama de productos de consumo a precios especiales, y recibían créditos y
condiciones preferenciales para la construcción de viviendas de alta
calidad y confort, los repartos eléctricos edificados en varias
ciudades. Lamentablemente perdieron todas esas ventajas injustamente, en
una supuesta política de igualación de todos los trabajadores cubanos,
cuando lo correcto habría sido elevar gradualmente a todos a esas
condiciones.

Quienes tenemos edad para recordar la situación antes de 1959, sabemos
que los trabajadores eléctricos fueron muy combativos en la defensa de
sus derechos y no vacilaron en realizar protestas y huelgas, lo cual no
puede hacer ningún trabajador cubano actualmente, carente hasta de
verdaderas organizaciones obreras para defender sus derechos. Al mismo
tiempo, los sindicatos eléctricos, sobre todo en municipios y
provincias, se destacaron por su patriotismo en la lucha contra la
tiranía batistiana. Irónicamente, sus esfuerzos y sacrificios han sido
pagados con falta de libertad y peores condiciones laborales. Realmente
no existe razón alguna para celebrar.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/calculos-mal-realizados-273257

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