Lunes, Febrero 27, 2012 | Por René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -En días recientes ha sido 
noticia la recaída del presidente Hugo Chávez en la seria dolencia que 
meses atrás lo obligó a viajar de manera repetida a La Habana, a fin de 
recibir asistencia médica especializada. Como acostumbra hacer, fue el 
propio mandamás venezolano quien se encargó de hacer el anuncio en los 
medios masivos de comunicación, según tradición de las tierras del 
machismo-leninismo, donde el jerarca de turno, como macho alfa, se 
reserva la función de dar las principales noticias, ya sean buenas o malas.
Después de haber proclamado durante meses su supuesta "curación 
definitiva" y de ridiculizar las informaciones y especulaciones de la 
prensa no gubernamental acerca de la persistencia de sus serios 
problemas de salud, Chávez se ha visto precisado a reconocer la magnitud 
del problema.
La aceptación ha sido hecha a desgana, de manera vergonzante. El coronel 
de Sabaneta ha eludido emplear el vocablo "tumor", cuyo uso es el que se 
impone en casos de esta naturaleza. En lugar de ello ha preferido hablar 
de "una lesión pequeña". Haciendo un indudable aporte al idioma 
castellano, emplea una frase inusitada: "extraer esa lesión".
Como es inevitable ante la pobreza de las informaciones oficiales, 
proliferan aún más las especulaciones alternativas, las que ahora, tras 
el reciente anuncio chavista, cobran nueva credibilidad. Por ejemplo, 
desde hace meses se afirma que la suspensión de la quimioterapia al 
mandatario se debió a que ese tratamiento "le estaba afectando 
seriamente su capacidad de mantenerse en el control".
En ese contexto, la administración de "dosis bajas" al paciente obedeció 
a su deseo de "evitar largas ausencias de la escena política durante 
este frágil período", al decir del señor Roger Noriega, ex embajador de 
Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos. Ahora se hace 
evidente que los insistentes desmentidos del diplomático a Chávez no 
andaban desencaminados.
Quedan ahora las dudas acerca de lo que hará Chávez en el futuro 
inmediato y en los pocos meses que restan hasta las elecciones 
presidenciales de octubre próximo. Ya sabemos que, a diferencia de sus 
homólogos de países realmente democráticos, los líderes socialistas —ya 
sean del Siglo XXI o del XX— prefieren personalizar su estancia en el 
poder, rechazando las opciones institucionales.
Eso sucedió años atrás, cuando Fidel Castro se vio obligado por su 
enfermedad a abandonar sus funciones. Como todos recordamos, en aquella 
ocasión el Máximo Líder no se limitó a traspasar el mando quien entonces 
era su segundo en todo y que también —¡oh casualidad!— es su hermano 
menor. Por el contrario: simultáneamente publicó una lista de 
colaboradores especiales (que, en virtud de una nueva coincidencia, han 
sido todos defenestrados), en quienes delegó algunas de sus funciones 
específicas.
Algo similar ocurrió durante las anteriores operaciones sufridas por 
Chávez. Pese a que la llamada "Constitución bolivariana" convierte al 
flamante Vicepresidente Ejecutivo en una especie de Secretario especial 
del Jefe del Estado, quien puede nombrarlo y removerlo libremente, el ex 
aspirante a gorila se negó a delegar sus funciones de manera formal en 
el sucesor que él mismo había escogido y a quien mantenía en el cargo.
Veremos qué sucede ahora durante la nueva operación u operaciones. En el 
contexto de una contienda comicial que se vislumbra reñida, en la cual 
tendrá que enfrentar al candidato único de la oposición, Henrique 
Capriles Radonsky, quien ha iniciado tácticas electorales sumamente 
hábiles, habrá que ver si los llamados "bolivarianos" persisten en 
llevar como candidato al propio Chávez o si optarán por algún otro de 
sus paniaguados.
En caso de que postulen al teniente coronel, y aun si éste logra vencer 
en la dura contienda, habría que pensar en un viejo refrán: Pan para hoy 
y hambre para mañana. Y planteo esto porque, aun en el improbable caso 
de que el caudillo barinense sea reelecto una vez más, habría que 
preguntarse: ¿Qué parte del nuevo período presidencial podrá ejercer 
realmente?
También en Cuba deberemos mantenernos al tanto de los próximos 
acontecimientos: debido a la gran dependencia económica que la Isla 
mantiene con respecto a la patria del Libertador, los resultados de los 
comicios en ese país hermano poseen la mayor importancia para el futuro 
de nuestro Archipiélago.
 
 
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