Miércoles, Noviembre 2, 2011 | Por Augusto Cesar San Martin
LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Mientras el gobierno se
esfuerza en controlar la venta de combustible, surgen nuevas formas
para comercializarlo en el mercado negro. Dirigentes, policías,
camioneros y toda suerte de chóferes estatales lucran con el carburante
para revenderlo a los automovilistas particulares.
Con tendencia a elevar el precio en los próximos meses, el estado
expende la gasolina especial a 1,40 dólares el litro y la llamada
regular a 1,20 dólares. Mientras, el mercado negro ofrece la especial
a un dólar, a 80 centavos la regular y de 20 a 35 centavos el litro de
petróleo.
Maury es chófer de un dirigente comunista provincial. Entre él y su jefe
existe coordinación para la venta de la gasolina que le asignan para el
trabajo, controlada a través de tarjetas magnéticas.
-El jefe no se inmiscuye en la venta, eso me lo deja a mí- explica Maury.
Con la tarjeta de combustible del auto estatal y la autorización del
jefe, el chófer vende la cantidad de combustible acordado. En la
gasolinera el dependiente hace la rebaja de la tarjeta y compra el
combustible que después revende en dependencia del precio oficial. Maury
se queda con la ganancia de tres o cuatro litros. El resto se lo
entrega al jefe.
-Yo también hago lo mío porque lo que me deja el director no paga el
riesgo-exclama Maury, que asegura vender de cinco a diez litros de
gasolina en la semana.
Con una clientela selecta, los policías de patrulla también venden el
combustible. Ajustan el kilometraje del auto para justificar el consumo
y aprovechan la demanda en el mercado negro para seleccionar clientes
¨confiables¨. Una vez abastecido el auto patrullero para los recorridos
de vigilancia, sustraen la gasolina del depósito, la almacenan en
envases y la sirven directamente en la casa del comprador.
El petróleo se comercializa de la misma forma. Los camiones estatales,
algunos controlados por GPS, son esperados en las carreteras del país
por los campesinos del sector privado.
-Es la única forma de sostener los tractores y las turbinas de nuestras
fincas. Si compro el petróleo en el CUPET (gasolinera estatal) me
arruino- afirma Camilo, agricultor de la provincia de Matanzas.
Un reporte gubernamental reveló que en la provincia de Pinar del Rio,
las gasolineras estatales solo habían vendido seis litros de petróleo en
un mes. Dato contrastante si se tiene en cuenta los dos mil autos de
petróleo registrados en la región. ¿Con qué gasolina se movieron?
Resulta casi imposible para los taxistas particulares comprar al precio
oficial el combustible para trabajar, mantener el nivel técnico del
auto y pagar los impuestos al gobierno.
A dirigentes, policías, ambulancieros o choferes de autos fúnebres,
les es difícil vivir del salario. La oferta y la demanda se complementan
en el mercado negro, el engranaje mejor lubricado del país.
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