Recuerdan derribo de avionetas de Hermanos al Rescate
La tragedia marcó un hito en la historia del exilio cubano
Redacción CE, Madrid | 24/02/2011
El 24 de febrero de 1996 aviones de la Fuerza Aérea cubana derribaron en
aguas internacionales dos avionetas de Hermanos al Rescate, matando a
sus cuatro tripulantes.
Las víctimas fueron Armando Alejandre, Jr., de 45 años; Carlos Alberto
Costa, de 29; Mario de la Peña, de 24; y Pablo Morales, de 29.
La tragedia marcó un hito en la historia del exilio cubano. También
cambió el curso de las relaciones entre La Habana y Washington. Ese
mismo día, el entonces presidente Bill Clinton se comprometió a firmar
la Ley Helms-Burton, que sujeta el levantamiento del embargo a una
decisión del Congreso.
Alejandre, Costa y De la Peña eran ciudadanos estadounidenses; Morales
era un residente permanente. Sus familiares todavía se preguntan por qué
Estados Unidos no respondió de manera más contundente contra Cuba.
Afirman que no tendrán paz hasta que los más altos funcionarios del
gobierno cubano, incluidos los hermanos Fidel y Raúl Castro, encaren un
tribunal, según una información publicada en El Nuevo Herald.
"Quisiéramos que esos criminales fueran traídos a la justicia", dijo
Mario de la Peña, padre. "Trabajamos, hacemos lo que podemos. Creemos
que dentro del marco internacional debe de haber justicia, entre los
países y dentro de los países. Pero, ¿olvidar? No se puede olvidar
nunca. Estamos marcados por la muerte de un hijo, una muerte violenta y
sin razón".
En Port St. Lucie, la madre de Morales se consuela con una fe
inagotable. Eva Barbas pasa los días llorando por el hijo que perdió y
pidiéndole a Dios que no le permita morir sin ver a Cuba libre y
democrática, se afirma en el reportaje del periódico de Miami.
"A veces siento que la voz de mi hijo me dice: 'No me llore. Pa'lante.
Sigue con fe, porque la fe mueve montañas'. Y estoy tranquila", dijo
Barbas. "Dios es el que va a hacer la justicia. Él es el que va dar el
último castigo a los hermanos Castro, y ya su hora está llegando".
Los familiares de los tres ciudadanos estadounidenses ganaron un caso
civil de millones de dólares contra el Gobierno cubano. Con ese dinero
han creado becas y han ayudado a hospitales y escuelas, agrega la
información del periódico.
En su momento, el ataque provocó la repulsa mundial. El Consejo de
Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó a Cuba.
Aunque las autoridades de la Isla han mantenido que las avionetas
violaron su espacio aéreo, la Organización Internacional de Aviación
Civil de la ONU declaró que el hecho ocurrió sobre aguas internacionales.
Un espía castrista que cumple cadena perpetua por conspirar para
derribar las avionetas admitió recientemente que el ataque ocurrió fuera
de las aguas territoriales cubanas.
Además, un jurado de instrucción federal acusó de asesinato al jefe de
la Fuerza Aérea cubana, general Rubén Martínez Puente, así como a los
hermanos Lorenzo y Francisco Pérez-Pérez, pilotos de los cazas que
participaron en la operación. En diferentes ocasiones, tanto el entonces
gobernante Fidel Castro como su hermano Raúl, actual mandatario, se han
declarado responsables de haber dado las órdenes. Pero no hay un tratado
de extradición para llevar esos casos a juicio.
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