Jueves 23 de Septiembre de 2010 18:34 Agencias
La esposa del contratista estadounidense Alan Gross, preso en Cuba por
distribuir equipos de comunicaciones en la comunidad judía, viajó en
agosto a la Isla para visitar a su marido, el primer movimiento conocido
en un episodio que empantanó hace un año las relaciones entre Washington
y La Habana, dijeron esta semana fuentes cercanas al caso, informó
Reuters. Pocos detalles han emergido hasta ahora sobre el encuentro
entre Judy y Alan Gross. Tampoco quedó inmediatamente claro si la visita
implica que el caso está cerca de ser resuelto.
La visita a mediados de agosto fue coordinada con la ayuda de la Iglesia
Católica, cuyo líder, el cardenal Jaime Ortega, se reunió recientemente
en Washington con funcionarios del Gobierno del presidente Barack Obama,
dijeron las fuentes, ninguna de las cuales quiso ser identificada.
El matrimonio pasó al parecer tiempo en la playa durante su primer
encuentro desde el arresto de Alan Gross, de 61 años, en diciembre de
2009 en el aeropuerto de La Habana.
Gross, que continúa retenido sin cargos, trabajaba para un compañía
contratada para ejecutar un programa financiado por el Gobierno
estadounidense para promover un cambio en Cuba.
Raúl Castro y otros funcionarios han dicho que Gross estaba repartiendo
equipos de comunicaciones satelitales a opositores del Gobierno y
sugirieron que el contratista estadounidense está involucrado en
operaciones de espionaje. Washington ha negado que estuviera espiando.
Un portavoz de la Iglesia Católica en Cuba declinó hacer comentarios y
una representante de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana dijo que las preguntas debían ser dirigidas a la familia Gross y
a sus abogados, que no pudieron ser inmediatamente contactados.
Funcionarios cubanos, que sostiene que Gross está siendo investigado, no
estuvieron disponibles para comentar el caso.
Estados Unidos ha dicho que Gross simplemente estaba ayudando a grupos
judíos de Cuba a conectarse a internet, pero reconoció que había entrado
al país con una visa de turista y sin declarar el motivo real de su visita.
Especulaciones desmentidas por el Departamento de Estado estadounidense
sugieren que ambos gobiernos podrían considerar canjear a Alan Gross por
cinco espías cubanos presos en Estados Unidos desde 1998.
Los agentes, conocidos en Cuba como los "Cinco Héroes", recibieron duras
condenas de prisión por actividades ligadas al derribo en 1996 por cazas
cubanos de dos avionetas de Hermanos al Rescate.
Los cuatro tripulantes de las avionetas, que habían sobrevolado La
Habana para dejar caer panfletos contra el Gobierno, resultaron muertos.
José Pertierra, un abogado en Washington con vínculos cercanos con el
régimen, cree improbable que Gross sea liberado sin que La Habana
obtenga algo a cambio. La Habana exigiría la liberación de sus cinco
espías o la interrupción de programas como el que trajo a Gross a la
Isla, dijo.
"Desde la perspectiva de Cuba, él había violado las leyes cubanas y era
parte de una guerra de Estados Unidos contra Cuba, por lo que tienen
motivos para mantenerlo en la cárcel", dijo Pertierra a Reuters.
También acusó al Gobierno estadounidense de castigar de forma "cruel e
inusual" a los cinco espías, porque mientras La Habana permitió que Judy
Gross visitara a su marido, Washington negó las visas para que dos de
las esposas de los agentes los visiten en prisión.
Funcionarios estadounidenses han dicho que las visas de las mujeres
fueron negadas porque también ellas estaban involucradas con los
servicios de inteligencia.
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