24 de agosto de 2010

Concierto de Escuadrón Patriota: de Youtube a La Habana

Concierto de Escuadrón Patriota: de Youtube a La Habana
Martes 24 de Agosto de 2010 06:22 Orlando Luis Pardo Lazo, La Habana

El año pasado un videoclip incendió la blogosfera cubana dentro y fuera
de la Isla. El archivo digital bajado de YouTube circula desde entonces
promiscuamente, como un virus patrio de computadora en computadora,
diseminándose con altísima conectividad off-line, gracias a los discos
compactos y los pen-drives, desatando polémicas de pasillos y mucha
admiración ante tanta temeridad Made In Cuba ("timbalidad", la rebautizó
un amigo escritor que no se atreve a escribir sobre el asunto).

Se trataba del fulminante tema Decadencia, de Escuadrón Patriota,
protagonizado por un tal Raudel a secas, un joven negro cubano de mirada
irradiante, del que apenas se sabía que habitaba en un pueblo devenido
fantasma al sur de la provincia Habana: Güines.

El pasado sábado 21, de 9pm a 12 de la medianoche centrohabanera de La
Madriguera (Quinta de los Molinos), sede de muchos conciertos
propiciados por la Asociación Hermanos Saíz en la capital, el Escuadrón
Patriota de Raudel rompió por fin la censura que lo atenazaba desde que
el URL de Decadencia en YouTube convirtió a este "guajiro" —como él
mismo se define— en un "joven rebelde" que ya es "ciudadano libre del
mundo". Pésele a la policía política que le pese.

A falta de corresponsales responsables en Cuba, le acerqué un micrófono
amateur tras entregarle un CD con blogs alternativos hechos desde
nuestro país. Me dio un abrazo. Sudaba como salido de una sauna, y el
candor de sus ojos ya anunciaba lo que sucedió luego en escena, cuando
el llanto dobló a Raudel dos veces ante el micrófono y no pudo terminar
la canción Monólogo, donde relata las advertencias que ha recibido de un
viejo amigo que combatió por la Revolución y ahora teme por la vida de
este artista crítico, al considerar que ha incitado la venganza
incalculable de un poder calculador.

"No tengo animosidades, mi mensaje es de transformación para todos los
cubanos, los que lo entiendan y los que no", dijo Raudel al micrófono de
mi cámara digital. Y abundó que esa noche los "artistas alternativos"
invitados por él serían como "alas del alma y el corazón" que, "sin
ataques ni provocaciones", expresarían la necesidad que tiene este
pueblo ávido de "concientizar mensajes cívicos y espirituales para
debatir cosas que nos competen a todos: la verdadera realidad de la
Isla, analizando con orden el futuro inmediato de Cuba en este momento
importante".

Y sus invitados fueron, en efecto, una galería de alternatividad musical
que constituyen la "resistencia de Cuba" y los "verdaderos
revolucionarios" —según corearon— en comparación con los que
habitualmente se hacen llamar así desde posiciones cómodas y
oportunistas. Entre otros, Silvito el Libre, Los Aldeanos, Anónimo
Consejo, Maykel Extremo, y los arreglos musicales de La Herencia,
retumbaron entre los fallos de audio y los flashes que obscenamente
tiraban en el público los policías de civil, al punto de que Gorky
Águila, el líder de la banda punk Porno para Ricardo (no invitados a
actuar en este concierto), sostuvo un rocambolesco tú-a-tú con uno de
ellos, al increparle si se trataba de un "fans" o acaso un "chivatón".
Respuesta oficial: un cigarro prendido en fuga con sus músculos de
quebrantahuesos y nada más…

Aunque no se vio ni a un solo policía dentro de La Madriguera (bastante
falta que hicieron, pues se desató una bronca a botellazos entre los
"guapos" encaramados en la azotea de la institución, y alguien salió
sangrando), lo cierto es que, para la mirada paranoica de quien como yo
ha sido violentado dentro de un auto parapolicial, el concierto se
desarrolló tomado por agentes en fase de "documentar desafectos" e
"intimidar cualquier manifestación subversiva durante la actividad" (y
fuera de la actividad también, pues después pululaban los forzudos
fotógrafos entre los orines noctámbulos de la Avenida de Infanta).

A ratos fue un concierto muy explosivo, inverosímil para la inercia
habitual de los espacios públicos nacionales: se anunció en coro que "el
día del cambio y la liberación" estaría más cerca si Cuba no tuviera
miedo a vivir en la verdad; se prometió que ninguno de los músicos tenía
por objetivo "abandonar" en esta hora agónica a nuestro país; se convocó
a un debate abierto sobre la discriminación de nuestro "pueblo negro" en
los "medios de comunicación y órganos públicos"; se habló de formas de
arte "pacíficas, inteligentes, comprometidas" pero con "absoluta
convicción, claridad y honestidad" para despertar de los "demonios" del
sistema; se criticó una "realidad objetiva que es muy diferente a
ciertos y determinados discursos"; se cantó, por supuesto, por el fin de
la "decadencia" y por darle a esta Isla "un sentido, una razón de ser",
pues "los sueños son sueños hasta un día en que se hacen realidad".

No sé qué habrán captado los espías undercover de la cultura underground
(tal vez no estuvieran a sueldo del MININT sino del MINCULT), pero al
menos yo sí reparé en la ignorancia marginal de buena parte del público:
esos que entraban y salían como si de un bailable de carnaval se
tratara, cuerpos con marcas y gesticulación nada pacifista de los
barrios bajos, mentes alcoholizándose sin escuchar un solo verso de
Raudel ni imaginarse el sentido histórico de este concierto del guerrero
rasta de Escuadrón Patriota (clímax contestatario de su trayectoria
solitaria pero solidaria desde YouTube hasta una Cuba en trance de
post-Revolución).

"Gracias al Altísimo y a su Majestad Imperial Hailé Selassié I",
citándolos y dando la bendición a nombre de ambos —toque totalitario
casi inevitable de tan común—, el evangelista Raudel movió raudo las
tres horas de este concierto o "reunión de hermanos para demostrar que
las cosas pueden salir bien en Cuba". La intensidad de su verbo
incendiario en plena cara de los censores (y las no menos pirómanas de
los invitados) comprimió el tiempo a un abrir y cerrar de ojos. Nuestro
hombre en Escuadrón Patriota está vivo y convence. Y, para colmo, dice
que sólo Dios lo detendrá en tanto su público lo proteja.

La suerte está echada entonces. Por favor, no lo dejemos solo en un
canal cubano de YouTube ni en el Gólgota diario de su Güines.

http://www.diariodecuba.net/cultura/77-cultura/2939-concierto-de-escuadron-patriota-de-youtube-a-la-habana.html

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