Derrumbe y hojas clínicas
By RAUL RIVERO
Madrid -- Los reportes médicos, los detalles científicos de la evolución
y el desarrollo de las enfermedades de las decenas de presos políticos
que permanecen en la cárceles de Cuba, son --además de un anuncio de
peligro para sus vidas y de una fuente de preocupación y sufrimientos
para familiares y amigos--, una parte importante, la zona testimonial
más directa y dramática, del estado terminal de la dictadura.
Los informes, las denuncias puntuales de las Damas de Blanco, que hacen
esa reseña diaria, así como la de los maltratos, los abusos, las
violaciones de derechos y las condiciones fatales de la atmósfera en que
pasan los años los prisioneros, completan la crónica de esa zanja
abierta como una enorme herida en la sociedad cubana.
La nómina de hombres del llamado grupo de los 75 de la Primavera Negra
que padecen graves patologías, se hace más amplia cada semana. Y se
ensancha, además, el abanico de padecimientos. Hay procesos documentados
en aquellos calabozos que van desde infecciones en la piel hasta
trastornos síquicos muy complejos, como es el caso de Antonio Augusto
Villareal (cumple una pena de 15 años), internado en un centro
penitenciario de Corralillo, en el centro de la isla, según una nota
remitida por su esposa, Silvia Aguada Alfonso.
En el capítulo de los maltratos, tiene un sitio especial José Daniel
Ferrer García, coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación,
condenado a 25 años de cárcel en el 2003.
Está hoy en una celda de castigo --a donde lo llevaron encadenado-- en
la cárcel conocida como El Potosí, ubicada en medio de un marabuzal de
la provincia de Las Tunas. Su hermana, Ana Belkis Ferrer García, dijo a
la prensa que el prisionero lleva siete meses sin recibir visita.
Ese ensañamiento con los presos y la intensa campaña represiva de los
últimos meses son los signos más sensibles de un derrumbe en tiempo
real, pero filmado con una cámara prestada, ajena. Lenta y angustiosa.
Entre otros indicadores del declive, aparecen la crisis económica, la
falta de moneda fuerte, la viudez de las tiendas de divisas, la ruina de
la agricultura, la estampida del boniato y la voracidad de una pobreza
de la que se salvan los jefes y sus sirvientes elegidos, los extranjeros
y algunos pícaros que no quieren que se enciendan las luces.
Hay otros asuntos más graves. La falta de libertad, la imposición de una
ruta (ya ni siquiera de una ideología) única, el desprecio olímpico por
los derechos humanos y el fervor por el poder de unos hombres, nacidos a
principios del siglo pasado, empeñados en no entender que las estrellas
de trapo de sus charreteras serán ceniza impura.
Faltan elementos que trabajan para que ese aparato obsoleto termine de
descender sin sangre ni aspavientos. Son muchos, pero uno de ellos es la
necesidad de los cubanos de salir de ese trance. La ilusión, y toda su
fuerza, a favor de una vida libre.
RAUL RIVERO: Derrumbe y hojas clínicas - Columnas de Opinión sobre Cuba
- ElNuevoHerald.com (24 January 2010)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/636585.html
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