Por Gina Montaner | Miami
Actualizado domingo 22/11/2009 13:15 horas
Era cuestión de tiempo. La dictadura cubana ha soltado a sus perros para
reducir la intensa fuerza de una pareja de blogueros que desde su piso
habanero lanza un SOS al mundo por medio de Internet. Y no hay duda de
que las órdenes son apuntar a la yugular libertaria del matrimonio
formado por Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar.
Desde que Yoani creara en el la Red 'Generación Y', un dietario que
recoge las inquietudes y anhelos de quienes nacieron bajo el signo de
una revolución que muy pronto se torció, su inteligencia e ingenio
prendieron en el exterior, donde, para muchos, esta treintañera de
aspecto frágil y verbo rápido se ha convertido en el símbolo de un
cambio necesario.
Junto a ella trabaja febrilmente su marido, un periodista que comparte
con ella el don de la palabra y la capacidad de hurgar en las llagas de
un sistema cruel y fallido. Y el tándem Yoani/Reinaldo ha sorprendido a
todos con su habilidad para el golpe de efecto, instrumento
imprescindible en una era en la que la fama se sostiene con vídeos en
YouTube.
Sus únicas armas son sus ordenadores portátiles, desde donde logran que
el Presidente Obama les proporcione las claves de su política exterior
hacia Cuba o "cuelgan" imágenes embarazosas de un régimen apuntalado con
mentiras. A ellos se ha sumado un movimiento de jóvenes que
inevitablemente pone de manifiesto las vetustas prácticas de una
Seguridad del Estado que pertenece al Parque Jurásico del comunismo.
Era cuestión de tiempo antes de que el poderosísimo aparato represor
cubano contraatacara con lo único que ha sabido hacer sistemática y
efectivamente durante más de medio siglo: confundir a víctimas y
victimarios en la inmensa cárcel que es la isla y azuzar el síndrome de
"campo de concentración", donde muchos de los sacrificados asumen la
falsa culpa que sus verdugos les fabrican. Porque la perversión mayor y
más destructora de las tiranías consiste en arrebatarle la dignidad al
individuo mediante trampas difícilmente sorteables. Y entonces la
desconfianza termina por socavar el alma de todos en una metástasis
colectiva.
Eso mismo está sucediendo con Yoani y Reinaldo, y desde distintas
trincheras florece el mal de una campaña de descrédito para acabar de
quebrarlos hasta arrancarles un mea culpa, una delación vergonzante, una
confesión que los aniquile espiritualmente. Hagamos memoria: el
tristemente célebre caso de Heberto Padilla, la vulnerabilidad de la
notable escritora María Elena Cruz Varela tras su paso por el presidio
político, el vídeo aparentemente incriminatorio del disidente Elizardo
Sánchez. La única destreza probada del castrismo es el arte de llevar a
los corderos en silencio hasta el matadero.
Es demasiado alto el vuelo de Yoani Sánchez y demasiada afrenta la de su
esposo, dispuesto a enredarse en un duelo público y dialéctico con sus
represores, para una Junta Militar que sólo conoce el lenguaje de las
cachiporras y las turbas dirigidas donde, una vez más, víctimas y
victimarios se confunden en el ruido sordo de una conga que avanza
aplastando la verdad.
Para los sicarios y sus compañeros de viaje ha llegado el momento de lo
que en inglés se denomina 'character assasination': acabar del todo con
el adversario ideológico por medio de la difamación y plantar la duda
sobre sus intenciones y actos. Y en la gran celda donde vive hacinado el
pueblo cubano los inmolados ya no se reconocen ni se cobijan entre sí,
porque en sus mentes enfermas y diezmadas lo único que vale es escapar
del Pogromo al que están condenados los que se atreven a soñar en alto.
La historia que mejor ilustra y relata la naturaleza monstruosa del
totalitarismo ya la contó el director alemán Florian Henckel en su
formidable filme 'La vida de los otros'. Basta con verlo de nuevo para
comprender lo que les están haciendo a Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar
en Cuba. La consigna es romperlos y vaciarlos por dentro hasta alcanzar
la lobotomía de sus libres pensamientos. Como Gary Cooper y Grace Kelly
en el western clásico de Fred Zinnemann, nunca han estado más solos ante
el peligro. Y su duelo es al sol.
Solos ante el peligro | Cuba | elmundo.es (22 November 2009)
http://www.elmundo.es/america/2009/11/22/cuba/1258913059.html
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