31 de agosto de 2009

Las muchachitas del pre

Las muchachitas del pre
Oscar Mario González

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Las muchachitas del pre son
las que cursan estudios de bachillerato, cuya edad oscila entre los 14 y
18 años, etapa difícil camino a la adultez, cuando la persona carga dos
jolongos: uno del cual va arrojando viejos rasgos de la personalidad
propios de la infancia y otro en el que recoge nuevas experiencias que,
a su vez, conforman nuevas actitudes.

Esta realidad, universal, en Cuba adquiere rasgos específicos debido al
carácter totalitario de la sociedad, y a tono con la depauperación
material y moral que sufre la nación cubana.

La mayoría de estas muchachitas sueña con irse del país algún día, no
porque sean enemigas del sistema político impuesto en Cuba, sino, como
ellas dicen, para tener todo de lo que carecen aquí, incluyendo el
derecho de viajar a donde les dé la gana, y no tener que vivir
"guardando la forma" con el Comité de Defensa y la Federación de Mujeres.


Aunque sus añoranzas entroncan directamente con la política, dado el
carácter totalitario de la sociedad, muchas confiesan que no les
interesa la política y que no rechazan el sistema cubano. Sólo quieren
irse, y ya. Algunas confiesan que les da lo mismo que se mantenga el
comunismo o que se caiga mañana; que lo de ellas es resolver su problema
porque lo de Cuba no tiene solución.

Mirándose en el espejo de los padres, saben que en el país una carrera
universitaria no será recompensada con un mejor nivel de vida. A pesar
de ello se esfuerzan en el estudio pues, además de las ansias de
superación, saben que en cualquier lugar del mundo, menos en Cuba, la
calificación es reconocida y recompensada económicamente.

La carrera de medicina es la que más promete, teniendo en cuenta una
probable misión en el extranjero, aunque al médico le resulta más
difícil obtener un permiso para abandonar el país definitivamente. Es un
cuchillo de doble filo.

Mientras tanto se divierten y disipan siempre que se les presente la
ocasión. El socialismo criollo, si bien da muy poco, no es muy exigente;
es el mejor sistema posible para perder el tiempo.

Los preuniversitarios, trasladados desde hace décadas a internados en el
campo por decisión del gobierno, tienen sus ventajas para las chicas.
Allí, luego de cumplir con el estudio, las jóvenes son dueñas de sus
vidas, lejos de los ojos vigilantes de los padres.


Aunque hay sus normas y limitaciones, casi nada está prohibido. Sobre
todo en lo referente al sexo. Siempre se trata de evitar un embarazo
porque afectaría la asistencia a clases.

Las niñas llegan al preuniversitario ya con una buena educación sexual,
pues en el propio hogar el médico del consultorio de la familia las ha
instruido, sin prejuicios. Le ha dicho que el sexo, en todas sus
variantes y modalidades, es bueno para la salud física y mental. Que
sólo hay que evitar un embarazo indeseado usando condones y otros
anticonceptivos.

Después de haber causado tanto daño a la familia cubana y las buenas
costumbres, los institutos preuniversitarios regresan a la ciudad,
también por decisión del gobierno, paulatinamente, ya que el país no
tiene condiciones para absorber una masa tan grande de jóvenes
estudiantes de un sólo golpe.

Cuba: Las muchachitas del pre (31 August 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/agosto09/31_C_2.html

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