Cuba sufre "shock venezolano" por lentitud de reformas
julio 27, 2016
Rolando Cartaya
Aunque el impacto en la isla del caos económico en Venezuela era 
cuestión de tiempo, se mantuvo la dependencia en lugar de agilizar los 
cambios, afirma el economista Pavel Vidal. Las consecuencias, en cifras.
En diciembre de 2015 Martí Noticias publicó el artículo "Cuba sin la 
'ayuda' venezolana, ¿qué esperar?", basado en las advertencias de dos 
prestigiosos economistas, el cubanoamericano Carmelo Mesa-Lago, y el 
oficialista Pavel Vidal, respecto a la posibilidad real de que la isla 
sufriera una nueva crisis económica, de menor intensidad que el llamado 
"período especial en tiempo de paz" de los años 90, pero igualmente 
derivada de la fuerte dependencia y las subvenciones de un país aliado, 
por entonces, la Unión Soviética, y en el siglo XXI, Venezuela.
Previendo la tormenta económica que se formaba en el país suramericano 
bajo la desastrosa e impopular gestión de Nicolás Maduro, Vidal había 
analizado a principios de 2014, en un ensayo publicado en la web del 
Cuba Study Group (Proyecciones macroeconómicas de una Cuba sin 
Venezuela), los posibles efectos en la isla de la pérdida gradual del 
apoyo del aliado bolivariano.
Sin embargo, la dependencia continuó, se hizo muy poco para amortiguar 
el previsible golpe, y en la última sesión de la Asamblea Nacional de 
Cuba el gobierno advirtió a la población que se preparara para ajustes 
en los gastos, recortes en la electricidad y el combustible, y 
afectaciones aún mayores debido a ingresos inferiores a los esperados y 
caídas de los precios de las exportaciones cubanas… y del petróleo.
Ahora el economista cubano, actual profesor de la filial de Cali de la 
Universidad Javeriana en Colombia, y que participa esta semana en Miami, 
con una ponencia sobre el tema, en la reunión anual de la Asociación 
para el Estudio de la Economía Cubana, ha publicado un nuevo ensayo en 
la web del "laboratorio de ideas" Cuba Posible cuyo título bien podría 
ser: "No digan que no les advertí".
El shock venezolano y Cuba: crisis anunciada
El experto remonta al fallecimiento de Hugo Chávez, en marzo de 2013, 
las primeras alarmas sobre la sostenibilidad de los acuerdos económicos 
y financieros entre los gobiernos de Cuba y Venezuela, las que empezaron 
a sonar con más fuerza al hacerse cargo del país Maduro y estancarse la 
economía venezolana. El cuadro se agravó con la estrepitosa caída del 
precio del petróleo a fines de 2014. Ya entonces, dice, "era sólo 
cuestión de tiempo (…) cuándo ocurriría la inevitable caída de estos 
flujos comerciales y financieros".
Aunque los medios oficiales cubanos han criticado recientemente a 
quienes comparan la nueva crisis con la de los años 90, Vidal señala que 
la comparación "para nada es espuria. La vulnerabilidad ante la caída de 
los vínculos con Venezuela es muy parecida a la que existía en relación 
con la caída de la URSS. En ambos casos se ha tratado de relaciones 
formadas bajo acuerdos y alianzas políticas entre los gobiernos, con 
precios y condiciones financieras que distan de los estándares en los 
mercados internacionales. Por tanto, ello genera una vulnerabilidad 
adicional dadas las características de esos flujos comerciales, 
financieros y de inversión, que resultan de muy difícil relocalización 
en otros países".
Aclara que, "no obstante, en principio, el choque no será de la misma 
magnitud que el experimentado a partir del año 1991", pero explica, con 
cifras, su proyectado impacto en la economía de la isla, y en las vidas 
de los cubanos.
Los principales impactos
●El intercambio con Venezuela disminuirá alrededor de un 20 por ciento 
debido a la reducción de los despachos de petróleo. Ello implicará menos 
ingresos por exportación de servicios médicos y otros profesionales (la 
principal fuente de divisas de Cuba) debido a que ambas cosas están 
indexadas.
● Es muy probable que la economía cubana entre en una recesión (decrezca 
el Producto Interno Bruto o PIB). Ello tendrá un impacto negativo en los 
diferentes sectores económicos, el comercio externo, los equilibrios 
macroeconómicos, las finanzas internacionales y el bienestar de los cubanos.
● El crecimiento del PIB quedaría muy cercano a cero o ligeramente 
negativo este año. Lo peor vendría en 2017, cuando su caída sería de 2.9 
por ciento, para la primera disminución del PIB en 24 años.
● La agricultura y la industria sufrirán ambas una contracción, mucho 
más marcada en 2017 con registros de -9 por ciento y -7.3 por ciento, 
respectivamente.
● El turismo seguirá creciendo y siendo una fuente importante de 
ingresos de divisas.
● La inversión caerá 17 por ciento en 2016 y 20 por ciento en 2017, una 
proporción similar a la registrada en 1991 que pudiera aliviarse si el 
gobierno cubano comienza a dar luz verde a los proyectos de inversión 
extranjera pendientes de aprobación
● Se espera una disminución de las exportaciones corrientes mayor que de 
las importaciones corrientes, por lo que se prevé un déficit en el 
balance comercial de bienes y servicios que pondrá en riesgo los pagos a 
los acreedores internacionales, el respaldo a las monedas nacionales y 
la estabilidad del sistema bancario.
● Se prevé un incremento del déficit fiscal como proporción del PIB, que 
pudiera superar el 9 por ciento en el año 2017, lo que hace probable un 
aumento de la inflación cercano al 10 por ciento en 2017. Ello implicará 
una disminución, en similar o mayor proporción, del poder adquisitivo de 
los salarios medios.
● Disminución del consumo en 2,8 por ciento este año y 7,5 por ciento el 
año próximo, así como ligero aumento de la tasa de desempleo, todo lo 
cual afectará a las familias, aunque menos que en los 90, gracias a 
fuentes familiares de ingresos más diversificadas.
● La pasarán peor la gran cantidad de familias (la mayoría), que aún 
mantienen una alta dependencia de los salarios estatales, el consumo 
racionado de alimentos y los diferentes subsidios. El valor real de 
estos ingresos representa hoy una tercera parte del valor real que 
ostentaban en el 1989, por lo que una alta proporción de la población se 
encuentra en situación de extrema vulnerabilidad ante la nueva crisis, 
presentando un enorme reto al gobierno en cuanto a la política social, y 
en el orden político.
Se veía venir y no prepararon al país
El autor lamenta que, con la jugada cantada por economistas de la isla y 
de la diáspora, el gobierno cubano se quedara cruzado de brazos: "Se 
sabía que la crisis venezolana en algún momento tendría un efecto 
negativo sobre la economía cubana. Sin embargo, la dependencia comercial 
y financiera con Venezuela se mantuvo alta y no se ha hecho lo 
suficiente para buscar alternativas".
"Si bien la diplomacia cubana y su política exterior se han movido con 
rapidez y toman riesgos en el restablecimiento de relaciones con Estados 
Unidos, en la firma de nuevos acuerdos con la Unión Europea, y en las 
negociaciones con el Club de París, la política económica no ha marchado 
al mismo ritmo; su rezago y excesiva precaución siguen sin ofrecer 
resultados y no han preparado la economía para enfrentar el shock 
venezolano".
"La diplomacia cubana ha abierto nuevos espacios de integración 
internacional como alternativas a Venezuela, pero hasta el momento no se 
traducen en mayores flujos comerciales, financieros y de inversiones. 
Hay un gran interés internacional por Cuba, pero la burocracia sigue 
inmóvil y la preferencia por cambios graduales sigue dejando pasar 
importantes oportunidades".
Y ahora, "la salida de la crisis venezolana se ve con muchísimas 
complicaciones. Los analistas internacionales prevén una caída de 8 por 
ciento en el PIB de Venezuela en 2016, una inflación de 700 por ciento, 
una tasa de desempleo de 17 por ciento, un déficit fiscal de más del 20 
por ciento del PIB y un déficit en la cuenta corriente de la balanza de 
pagos de más del 6 por ciento del PIB".
Inmovilismo sería autodestructivo
El catedrático cubano, que encabezó junto con el ahora sancionado Omar 
Everleny Pérez la crítica económica desde el oficialismo a las reformas 
de Raúl Castro, recuerda que "La velocidad de la reforma nunca llegó a 
convencer; a muchos nos resultaba incompatible con la urgencia de 
cambios que vive el país después de más de veinte años cargando con las 
consecuencias de la caída del campo socialista y sin poder encontrar un 
modelo económico alternativo que promoviera progreso económico y bienestar".
"En muchas áreas de la economía se podían haber aplicado cambios más 
drásticos con grandes posibilidades de obtener resultados netos, 
suficientes y positivos. Si antes la velocidad de la reforma parecía 
excesivamente lenta, ahora ese ritmo resultaría un inmovilismo 
autodestructivo".
Vidal todavía concede el beneficio de la duda a la gerontocracia 
renuente a los cambios que ha conducido a Cuba a este nuevo precipicio:
"De inmediato, las autoridades podrían comenzar por acelerar la 
aprobación de los proyectos de inversión extranjera pendientes, expandir 
la pequeña y mediana empresa y las cooperativas con nuevos tipos de 
licencias y participación de los profesionales, y con la apertura de un 
mercado competitivo y sin restricciones para el acceso a insumos y 
bienes de capital físico", señala.
Vidal opina que "si existe algún lado positivo en las difíciles 
circunstancias actuales sería que, al igual que en los años noventa, la 
crisis pudiera ser una oportunidad para sumar consensos hacia cambios 
estructurales más profundos y más acelerados".
Si las oleadas crecientes y desesperadas de la emigración cubana pueden 
servir de botón de muestra de la opinión popular, es muy posible que en 
la isla ya se haya forjado a estas alturas otro consenso: quien debería 
irse de Cuba, ahora, es la camarilla que conduce al país de una crisis 
en otra.
Source: Cuba sufre "shock venezolano" por lentitud de reformas - 
http://www.martinoticias.com/a/cuba-sufre-shock-venezolano-lentitud-reformas-internas-economista/126821.html
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