El caótico transporte público de La Habana
octubre 28, 2015 5:14 pm·
Capdevila, Boyeros, La Habana, Osmar Laffita (PD) En La Habana, donde 
reside el 20% de la población cubana, cada día es más difícil la vida. 
Es imparable la subida de los precios de los alimentos. Un alto por 
ciento de las viviendas, debido a la falta de mantenimiento, se reporta 
de regular a mal; en la mayoría de los municipios hay un número 
apreciable de edificios multifamiliares que están declarados 
inhabitables y en peligro de derrumbe. El transporte público, en vez de 
mejorar, empeora.
Con las honrosas excepciones de las rutas de ómnibus de las terminales 
de Guanabo, Santiago de Las Vegas y Santa Amalia, ubicadas en los 
municipio de Habana del Este, Rancho Boyeros y Arroyo Naranjo, las 
restantes rutas presentan una situación deplorable en cuanto al 
incumplimiento de la frecuencia de salida, el pésimo estado de 
mantenimiento de los pocos ómnibus que tienen en servicio.
Muchos de los vehículos asignados a los paraderos están dados de baja 
por falta de piezas y partes. A ello se suman la indisciplina y el 
descontrol, que hace que muchas terminales se encaminen a su total colapso.
La terminal del Reparto Eléctrico, en el municipio Arroyo Naranjo, de 
donde salen las rutas P-6, P-8 y PC, es una de las peores de la capital. 
Los pocos ómnibus que circulan, están faltos de mantenimiento, sucios y 
con la mayoría de los asientos rotos. El patio de esa terminal esta 
convertido en un cementerio, por la elevada cantidad de ómnibus dados de 
baja técnica definitiva.
La otra terminal que emula con la del Reparto Eléctrico por su mal 
servicio es La Rosita, en el municipio San Miguel del Padrón, de donde 
sale la ruta P-1. Allí apenas quedan ómnibus para prestar servicio. La 
ruta se mantiene porque la Empresa de Trasporte Urbano le ha enviado 
algunos ómnibus de otros paraderos.
Es enorme el volumen de pasajeros que traslada el P-1, cuyo recorrido se 
inicia en La Rosita y termina en el paradero de Playa. Cuando salen de 
uno y otro punto, el ómnibus sale abarrotado. En muchas paradas no puede 
detenerse porque literalmente no cabe un pasajero más.
De la terminal de San Agustín, en el municipio La Lisa, salen las ruta 
P-4, P-5 y P-14. Las dos primeras finalizan su recorrido en la Terminal 
de Trenes. La última en el Parque de La Fraternidad, en la Habana Vieja. 
Debido a los retrasos en las salidas, las paradas se abarrotan. Por 
tanto, los choferes acostumbran a parar antes de las paradas o 
sencillamente no paran.
Últimamente, todos los ómnibus en la capital van abarrotados. Aun los 
ómnibus articulados, con mayor capacidad de pasajeros. Se abarrotan de 
pasajeros tanto las rutas que cumplen con su itinerario y salen cada 10 
minutos como las que sobrepasan los 20, 30 y más minutos.
No todas las personas tienen holgura económica para trasladarse en otros 
vehículos que no sean las guaguas.
Hay unos 10 000 autos de alquiler en La Habana, los famosos boteros. En 
ellos, el precio mínimo de una carrera es 10 pesos (unos 50 centavos de 
dólar).
En los ómnibus taxis-ruteros, perteneciente a las Cooperativas No 
Agropecuarias, el precio del pasaje es cinco pesos (25 centavos de dólar).
Los ómnibus de la empresa Transmetro, que cobraban dos pesos (10 
centavos de dólar), ahora sin que haya mediado una explicación cobran 
cinco pesos (25 centavos de dólar).
La precariedad de los habaneros es cada día mayor, debido a la alarmante 
pérdida de su poder adquisitivo. Los precios suben, pero los salarios 
están en el rango de los 23 dólares mensuales.
Las paradas de ómnibus están abarrotadas de personas que cuando para un 
ómnibus, forcejean por montarse, sin importar nada, para ir como 
sardinas en lata, expuestos a los carteristas. Muchos no pueden gastar 
cinco o diez pesos en pagar un Transmetro, un Taxisbus o un botero, 
porque ese dinero lo necesitan para comer.
origenesmadiba@gmail.com
Source: El caótico transporte público de La Habana | Primavera Digital - 
http://primaveradigital.net/el-caotico-transporte-publico-de-la-habana/
 
 
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