29 de abril de 2015

Chatarras sobre ruedas

Chatarras sobre ruedas
Los riquimbilis, alternativa al inoperante transporte público, son
producto de la inventiva del cubano
miércoles, abril 29, 2015 | Isis Marquez

LA HABANA, Cuba. -Los riquimbilis son esas motocicletas que parecen
fueron fabricadas en casa, que vemos recorrer a menudo las calles de
Cuba. Se inventan a partir de una bicicleta china o de partes de
distintas motos. Se le coloca un motor de bomba de agua o fumigador
obtenido en el mercado negro y una botella plástica como tanque de
gasolina. Estos vehículos a pesar de su frágil apariencia, logran
sobrepasar los 100 kilómetros por hora.

Su estructura interna está conformada por la transmisión controlada con
un embrague. Ésta suele ser un rodillo que trabaja por fricción
directamente sobre la rueda o un sistema de polea con correa. Los más
elaborados usan cadenas de motocicleta. Estos artefactos rinden hasta 56
kilómetros por litro de gasolina.

Desde que aparecieron como nueva modalidad de transporte en la Isla, los
riquimbilis son ilegales en cualguier parte del país pues no portan
placa. Las autoridades dicen que estas motocicletas caseras son
demasiado peligrosas para estar en circulación y no les conceden matrículas.

El ingenio del cubano para crear una motocicleta criolla provino de una
idea copiada de una motocicleta norteamericana de antes de la Segunda
Guerra mundial, llamada Whizzer. Este tipo de moto fue introducida en
Cuba en los años 40 para el reparto de telegramas del servicio postal.

Cubanet salió a indagar sobre estos curiosos artefactos, tanto por la
capital como por Artemisa.

Al final de la calle principal de Güira de Melena se encuentra el punto
de concentración de riquimbilis de la zona. Son jóvenes que decidieron
ganarse la vida arriesgadamente, transportando personas hacia caseríos
inaccesibles como El Junco, Chaparina y Etiopía.

Estos barrios formaban parte de las comunidades Pedro Díaz y Leal, en la
actualidad están incomunicados porque no llega el transporte estatal. Su
gente depende de los riquimbilis.

Un chofer identificado como Yosvany Almaguer, expresó: "Aquí ofrecemos
el mejor servicio al público. Son 5 pesos por persona. Recorremos
grandes distancias por la periferia de Güira, transportando también a
enfermos, mujeres embarazadas, niños y ancianos. Las autoridades viven
arriba de nosotros, pero por suerte tenemos 'amigos' que nos informan
cuando viene la monada (policía) pa' arriba de nosotros. Entonces nos
desaparecemos. Vivir así es un suplicio constante."

En la capital de la Isla fuimos hasta Santiago de las Vegas, al Rincón y
por último hasta el reparto Fontanar, en Boyeros.

En Santiago de las Vegas, Néstor Carmona nos comentó: "Los 7
'riquimbileros' que trabajamos en la zona, estamos legalizados, o sea
tenemos chapa y nos permiten circular. Pero sería una desgracia si un
día de estos les da por ponerse para nosotros y nos prohíben el trabajo.
Imagínate, se afectaría la comunicación al Rincón, al Santuario, una
desgracia para los devotos."

Luis Duarte, quien recorre Fontanar con su riquimbili, dijo: "Aquí
pagamos de impuestos de 500 a 800 pesos. Nos cobran como si fuéramos
'almendrones' (automóviles), encima de eso hay una competencia de león
para mono entre éstos y nosotros, a la hora de recoger pasajeros. Son 13
carros y nosotros 8 en la zona. Transportamos a la gente hacia dentro de
Fontanar, donde hay poco acceso, así como al Wajay y sus fincas aledañas."

Otro presente, Armando Borrego, opinó: "Yo trabajo en el ICRT (Instituto
Cubano de Radio y Televisión), pero allí el salario no me alcanza. En
mis días francos vengo a buscarme los kilitos en este negocio. Es la
única forma de poder sostener a mi familia."

Roberto Guardarramo también quiso comentar al respecto: "Lo que tienen
los inspectores estatales es un abuso con nosotros. Nos extorsionan,
amenazan cada día, tampoco el gobierno nos apoya. La gasolina la
compramos en los CUPET (gasolineras) a 0.90 o 1.10 dólares. Tampoco
tenemos un lugar donde adquirir las piezas de respuesto que cuestan un
ojo de la cara."

"Trabajamos aquí 14 horas diarias, de 7 am a 7 pm, para ganarnos el pan
de cada día y que no alcanza para sostener a nuestras familias", añadió
compungido.

A la pregunta de qué caracteriza a la vida diaria de un 'riquimbilero',
respondieron todos al unísono: "Esto es el oeste salvaje, el 'sálvense
el que pueda y que Dios nos ampare'."

Source: Chatarras sobre ruedas | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/chatarras-con-motor-y-ruedas/

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