29 de abril de 2013

La asepsia, recurso para combatir enfermedades

Ciencia y Salud

La asepsia, recurso para combatir enfermedades
En Cuba este fenómeno de las infecciones nosocomiales provocan
frecuentes cuadros de morbimortalidad.
Darsi Ferrer/ Especial para martinoticias.com
abril 29, 2013

Hace apenas unos 200 años sucedían situaciones tan increíbles como la
muerte frecuente de las parturientas y de sus hijos recién nacidos,
víctimas de infecciones graves cuyo origen se desconocía. Este hecho no
era comprendido por los médicos de la época y hubo bastante resistencia
a relacionar la falta de asepsia con la génesis de ese problema.

Uno de los pioneros en darse cuenta y proclamar que con medidas
higiénicas se reducía de modo significativo la fiebre puerperal de las
recién paridas fue el Dr. Ignacio Felipe Semmelweis. Al poco tiempo de
este galeno empezar a trabajar en la Maternidad de Viena, observó con
espanto la altísima tasa de mortandad en los dos pabellones de
obstetricia lo que le llevó a estudiar las diferencias entre ambos, pues
las muertes en uno triplicaban las del otro.

El médico encontró que una de las salas era más frecuentada por
estudiantes de medicina, que atendían a las embarazadas después de
realizar autopsias de cadáveres, mientras que la otra sala era más
asistida por matronas. Llegó a la conclusión de que las manos de los
estudiantes eran transmisoras de microorganismo fatales, por lo que
instaló un lavabo y les obligó a lavarse las manos con una solución de
cal clorurada antes de atender los partos, y con ello logró disminuir la
mortalidad en más del 70%. Sin embargo, los envidiosos de la época,
ofendidos en su saber, rechazaron el descubrimiento, acusando al galeno
de falsear las estadísticas.

El Dr. Semmelweis, menospreciado y rechazado públicamente, en su
desesperación se lanzó a pegar carteles por las calles de la ciudad
advirtiendo a las mujeres de la sentencia de muerte que suponía acudir a
los médicos y finalmente en 1865, con 47 años y problemas psicológicos
por un entorno empecinado en negar la evidencia, entró en el pabellón de
anatomía y delante de los alumnos abrió un cadáver y se provocó un
herida con el mismo bisturí. Falleció tres semanas después víctima de
los síntomas que padecieron las mujeres que había visto morir durante
dos décadas.

Aunque durante su época la comunidad médica no reconoció la magnitud y
el alcance del trabajo de Semmelweis, los años demostrarían que él tenía
razón a través de la hipótesis microbiana de Luis Pasteur y la
introducción de la práctica quirúrgica higiénica por parte de Joseph Lister.

En Cuba este fenómeno de las infecciones nosocomiales provocan
frecuentes cuadros de morbimortalidad. Las instituciones sanitarias
están descuidadas en cuanto a la higiene, y el material médico muchas
veces se contamina con gérmenes patógenos. Aunque desde hace bastante
tiempo, a nivel mundial se tiende al uso de equipos y recursos
desechables, se conoce que los pacientes cubanos son atendidos con
instrumental que se recupera en autoclaves con decenas de años de vida
útil y que no garantizan la correcta esterilidad. En ese caso están las
agujas de las jeringas, los guantes, gran parte del material quirúrgico
de los salones de operación, entre otros.

Un ejemplo de consecuencias lamentable fue la muerte de más de una
decena de bebes nacidos por cesáreas en el Hospital Materno Infantil de
Hijas de Galicia, durante los meses de junio-julio de 2008.

Todos esos niños afectados tuvieron una evolución similar, nacieron
sanos, aptos para la vida, y a las horas presentaron síntomas
respiratorios, con estornudos, tos y progresivamente se fueron
complicando con la instauración de un cuadro más grave de disminución de
la vitalidad, fiebre, dificultad para mantener la ventilación, hasta
llegar a la instauración de los procesos de inflamación pulmonar,
meningoencefalitis y muerte. Al final se descubrió que la causa era una
bacteria, Acinetobacter, contraída por las víctimas en el salón quirúrgico.

Los empleados de hospitales y policlínicos por toda la isla se quejan de
que los procesos de higienización química en los locales con alto riesgo
de infecciones no se cumplen con profesionalidad. La situación afecta
por igual a salones quirúrgicos y salas de terapia, en ocasiones por
carecer de las soluciones antisépticas o por la pérdida del hábito de
cumplir con las normas higiénicas establecidas.

Estas situaciones de las enfermedades nosocomiales o intrahospitalarias
deben ser tomadas en cuenta con más seriedad y hacer todo lo posible por
solucionarlas con mayores medidas higiénicas, para evitar daños o
sufrimientos prevenibles.

http://www.martinoticias.com/content/ciencia-salud-enfermedades-asepcia-/22014.html

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