52 AÑOS DE CDR
[28-09-2012]
Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión
(www.miscelaneasdecuba.net).- Alrededor de las veinte horas al pie de 
una farola que apenas ilumina un espacio reducido de la esquina, un 
pequeño grupo de personas escucha la lectura de algo que parece ser un 
documento. Por la expresión corporal de los oyentes, se nota el poco 
interés de los participantes en lo que escuchan. Es una reunión de un CDR.
A poco más de medio siglo de existencia los Comités de Defensa de la 
Revolución (CDR) llegan cargados de una historia de desprestigio, 
traiciones, estafas, miseria moral y oportunismo sin igual en la 
Historia de la isla de Cuba.
Hay quien no duda en afirmar que su creación en el lejano 1960, obedeció 
a un bien planeado montaje del régimen para establecer el férreo control 
estatal sobre la vida de las personas. Gracias a los CDR, el gobierno 
comunista de la isla convirtió a los vecinos de cada cuadra en delatores 
potenciales.
Para obtener un trabajo había que llevar una carta de los CDR que 
atestiguara que el portador estaba "integrado" a la Revolución, lo cual 
significa que estaba de acuerdo con los desmanes del gobierno. Si eres 
un estudiante que aspira a cursar una carrera universitaria, pertenecer 
a los CDR es una condición indispensable para alcanzar la meta de 
convertirse en un profesional.
La "guardia cederista" más que vigilar a los ladrones u otros 
malhechores ha servido para saber y propalar en el barrio quiÉn llega a 
su casa tarde en la noche, quiÉn sostiene un amorío o quiÉn prefiere 
dormir temprano.
Uno de los despreciables "éxitos" de los CDR es el de ser uno de los 
responsables de la pérdida de la intimidad en la vida de los cubanos. El 
aniquilamiento de la privacidad debido a la injerencia del Estado en los 
asuntos domésticos de los ciudadanos constituye una de las peores 
contribuciones de los CDR a la historia social cubana en sus 52 años de 
existencia.
Incluso, una conocida orquesta de salsa cubana, lanzó hace muchos años 
una canción que popularizó el estribillo "Siempre hay un ojo que te ve…" 
el cual fue inmediatamente identificado con la actitud delatora de los CDR.
A pesar de todo lo anterior, no hay algo más oscuro y deleznable que la 
participación de los CDR en los mítines de repudio, en las agresiones 
físicas dirigidas contra los mismos vecinos. Ejemplo, imborrable en la 
mente de muchos miles de cubanos, fue cuando en los años 80 del siglo 
pasado se produjo el éxodo del Mariel.
Los CDR tuvieron una participación intensa y vergonzosa al lanzarse a 
agredir, insultar, vejar y maltratar a los cubanos que prefirieron 
abandonar un país que ya no identificaban como suyo. Pocos hechos en la 
vida social del país pueden compararse con el grado de ignominia y de 
indignidad que marcaron la conducta de los miembros de los CDR.
En este capítulo denigrante para la historia de las relaciones sociales 
en Cuba, los CDR jugaron un papel que los marcó para siempre.
Durante los acontecimientos del Mariel en los 80 con sus agresiones 
físicas contra los que se iban del país, fue cuando se mostraron con 
fuerza los estigmas de miserias y podredumbre humanas que el odio y la 
impotencia habían despertado en seres humanos.
A partir de esa fecha, los CDR fueron perdiendo membrecía activa como la 
de sus primeros años. El formalismo y la burocracia parásita que 
recubrió su aparato oxidaron su mecanismo, aunque no quiera decir esto 
que hayan dejado de funcionar por completo.
Su rol vigilante, atento a todo lo que hagan los vecinos de cada cuadra, 
no cesa. Ni tampoco, el de transmitir confidencias y denuncias a la 
policía política del régimen.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37225
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario