Gloria por un exilio unido
No se había bañado ni comido un bocado desde el sábado 20 de marzo.
Aquel día, irritado y frustrado, Sergio Rodríguez Lorenzo se vistió de 
blanco, subió un catre a su camioneta Silverado 98, y le pidió a su hijo 
que lo dejara frente al Monumento a la Brigada 2506, en la Calle Ocho.
Allí abrió su catre, se acostó bajo las estrellas y, sin hacer ruido, 
comenzó una huelga de hambre en solidaridad con Guillermo Fariñas, 
antiguo compañero suyo de la disidencia en Cuba, y las Damas de Blanco.
Un grupo de exiliados que lo vieron adormecido al día siguiente montó 
una carpa improvisada. Trajeron banderas de Cuba y carteles con la 
imagen del prisionero político Orlando Zapata Tamayo, quien falleció en 
una huelga de hambre el mes pasado. En el interior, colgaron una pintura 
de una flor solitaria que deja caer lágrimas en una noche tenebrosa.
"La huelga ha sido fructífera'', afirmó el jueves Rodríguez Lorenzo, un 
handyman de 46 años que estuvo en prisión durante la Primavera Negra del 
2003, aunque no formó parte de la causa de los 75. "Miles de personas 
han pasado por aquí, la prensa me ha entrevistado y los turistas bajan 
de los autobuses a sacarme fotos''.
Iniciativas como su huelga y otras de mayor envergadura como la marcha 
por la libertad convocada por Gloria Estefan, han florecido en el sur de 
la Florida durante las últimas semanas, aprovechando el inusual 
concierto internacional de respaldo a la causa de la democratización en 
Cuba. El viernes también se realizó un ayuno ecuménico en la Ermita de 
la Caridad, al que se han sumado numerosas vigilias y servicios de oración.
No es inusual que la comunidad exiliada se manifieste para protestar por 
la violación de derechos humanos en la isla y la inexistencia de 
libertad ciudadana. Pero esta vez, sectores y grupos que suelen pugnar 
entre sí por defender su punto de vista sobre cómo lograr la democracia 
en la isla, se han unido bajo una voz. Es la voz del amor a la patria y 
del nunca darse por vencidos.
"Es muy difícil la unidad entre nosotros [. . .] pero sí hay puntos en 
los que coincidimos como este de los presos y la actitud tan valiente de 
las Damas de Blanco., porque hay que ser corajudas para aguantar la 
presión de la chusma alrededor de ellas'', me escribió por email Marta 
Beatriz Roque, una prestigiosa figura de la oposición en Cuba. "Hay que 
mostrar al mundo que la nación cubana, ya esté dentro o fuera de la 
isla, está necesitada de libertad''.
Roque dio la bienvenida a las inciativas en el exilio. "Las apoyamos y 
sobre todo si vienen de personas como el matrimonio Estefan que tienen 
el cariño y la consideración de los cubanos'', continuó. "Hace falta que 
sea un éxito y que además impulse otras acciones de apoyo a los que 
desde aquí dentro tratamos de dar nuestros esfuerzos y algunos la vida''.
La impresionante manifestación de la Calle Ocho ha despertado 
iniciativas similares en Nueva York, Los Angeles y ciudades europeas.
Durante la marcha, caminé junto al grupo Exilio Unido Ya, creado hace 
cuatro meses en Facebook. La agrupación, que apoyó a Rodríguez Lorenzo 
durante la huelga recién culminada, cuenta con más de 600 miembros. No 
hay que tener un criterio ideológico ni pertenecer a una organización 
política para ser parte.
Uno de los fundadores es Vicente Díaz, de 35 años, quien se exiló en el 
2000. Su meta era movilizar a los jóvenes --y a los no tan jóvenes-- en 
una sola corriente.
"El exilio está pasando por una etapa transitoria de desorganización'', 
opinó Díaz, quien llevaba puesto un brazalete de la Sala de Maternidad 
del Baptist. Su hijo recién nacido estaba internado allí y Diaz salió 
por un momento del hospital porque la marcha le parecía un hito histórico.
"Todas las organizaciones halan para sus intereses y eso a veces 
debilita la lucha contra el real enemigo'', agregó, al subrayar que, 
para él, no existen diferencias entre la nueva generación y el llamado 
exilio histórico.
Ambos son exilios políticos, no económicos, enfatizó Díaz, quien no 
pisará Cuba hasta que el régimen castrista "sea barrido completamente''.
Me despedí de él para acercarme a Nancy Rodríguez, de 70 años, quien 
gritaba con euforia "estamos unidos'', mientras que lloraba 
inconsolablemente.
"Hacía falta esto'', aseveró. "Hace tiempo no veía tanto sentimiento 
junto''.
Sentimiento. . . eso es precisamente lo que más se sintió.
http://www.elnuevoherald.com/2010/03/27/684545/gloria-por-un-exilio-unido.html
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