2010-01-28.
Elías Amor, Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Una vez más, como han venido haciendo en 
los últimos 50 años, los dirigentes comunistas cubanos vuelven a la 
carga contra el enemigo de siempre: el presidente de Estados Unidos.
Da igual que sea Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Clinton 
o los dos Bush, incluido Obama. Tradicionalmente, cuando al régimen de 
los Castro no le salen bien las cosas, la culpa es del presidente de 
Estados Unidos. Sólo en estos términos se pueden entender las 
declaraciones del  ministro cubano de exteriores, Bruno Rodríguez, al 
decir que "Obama no utiliza las "prerrogativas" que tiene para aliviar 
el embargo comercial y financiero a Cuba".
Ahora, el régimen castrista culpa a Obama de no dar pasos fundamentales 
para mejorar las relaciones con la Isla. La pregunta se puede volver en 
la dirección contraria. ¿Es que el comunismo cubano ha dado alguna 
muestra de querer evolucionar hacia el respeto a los derechos humanos y 
la democracia?
Las noticias que llegan de La Habana son cuanto menos alarmantes en este 
primer mes del año 2010. No sólo aumenta el número de presos políticos, 
sino que se acentúa la represión sobre los disidentes y los blogueros, a 
la vez que se cierra cualquier puerta a los cambios democráticos, con la 
convocatoria de unas elecciones municipales que son una auténtica burla 
al funcionamiento de la pluralidad y la competencia partidista.
Este es el argumento que tantas veces han utilizado a lo largo de medio 
siglo de represión a un pueblo que ya está harto de tantas mentiras. 
Rodríguez insiste que "los asuntos "esenciales" para mejorar las 
relaciones "son el fin del bloqueo, sacar a Cuba de la lista de países 
que apoyan a terroristas, derogar las leyes estadounidenses que alientan 
la emigración ilegal de cubanos y que termine el apoyo a la disidencia 
interna".
El bloqueo inexistente, como en tantas ocasiones hemos tenido la ocasión 
de mostrar, es el resultado de un pésimo sistema económico 
intervencionista y planificado centralmente que el régimen comunista se 
niega a sustituir por la propiedad privada y la libre empresa, como ejes 
de la actividad económica.
En cuanto a la lista de los países que apoyan al terrorismo, que se 
revise algún discurso de Fidel Castro no hace mucho tiempo, y se tendrán 
argumentos de sobra para actuar con cautela. Además, ¿qué estaban 
preparando los cubanos infiltrados en Florida, Red Avispa, cuando fueron 
detenidos por terrorismo?
Por lo que respecta a las leyes de Estados Unidos que alientan la 
emigración ilegal de cubanos, su justificación viene motivada porque de 
Cuba, los cubanos, no pueden salir de forma libre sino es bajo control y 
supervisión del régimen comunista.
El apoyo a la disidencia interna es una iniciativa ética y responsable 
de los países democráticos para tratar de evitar que la ideología única 
del comunismo termine por hacer desaparecer cualquier vestigio de 
sociedad civil organizada dentro la Isla.
Esa obsesión absurda por Estados Unidos debe quedar fuera del discurso 
de las autoridades de La Habana, ya que no sirve para normalizar las 
relaciones entre los dos países. Ni tampoco para mejorar un eventual 
tratamiento al régimen de Fidel Castro por parte de la Unión Europea.
La escalada de tensión, creada por el ministro Rodríguez, debe servir 
para que su homólogo español Moratinos reflexione una vez más sobre las 
consecuencias que, para España, puede tener obsesionarse con la 
eliminación de la Posición Común. Por mucho que Moratinos ya tenga 
decidido lo que va  a hacer, el escenario que han creado las autoridades 
de La Habana no es, qué duda cabe, el más propicio para cambiar la 
Posición Común.
Suecia, Polonia, República Checa y Holanda no le van a poner las cosas 
fáciles a Moratinos. Se trata de países que mantienen unas relaciones 
diplomáticas excelentes con Estados Unidos y que no van  a encontrar 
motivo alguno en seguir los consejos del ministro español. Pero además, 
con elecciones cada vez más cerca en España, Moratinos va a tener que 
afrontar la oposición de amplios sectores de la sociedad española que 
empiezan a estar cansados de tanta demagogia e inmovilismo en el régimen 
castrista, incluso entre las filas socialistas.
Ya hay algunos que, en voz baja, confiesan que conseguir la liberación 
de dos o tres presos políticos, o la reapertura del centro cultural 
español, cerrado unilateralmente por el régimen castrista en 2003 como 
represalia a las políticas de la Unión Europea, no es suficiente para el 
ridículo de tener que explicar a la Administración Obama cambios en un 
escenario de relaciones diplomáticas, sin contraprestaciones de alcance.
Encerrado en este laberinto, Moratinos posiblemente quemará sus últimas 
oportunidades políticas ante un Bruno Rodríguez que se apuntará al menos 
el éxito de haber acabado con la carrera de un ministro español de 
exteriores. Pero ese es tema para otro día.
UN NUEVO FRENTE CON ESTADOS UNIDOS - Misceláneas de Cuba (28 January 2010)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=25348
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