La Habana sin Fidel
MAYKEL GONZÁLEZ VIVERO | La Habana | 26 de Noviembre de 2016 - 22:02 CET.
La Habana sin Fidel experimenta un sospechoso letargo. No empieza el
homenaje oficial, pero tampoco se organizan movilizaciones espontáneas.
La Habana sin Fidel aguarda la orden de llorar al comandante. Solo
turistas y obreros ocupan la Plaza de la Revolución, a la sombra de la
bandera a media asta. Los primeros fotografían a los segundos. A tono
con el letargo, sin prisa, se levantan pasarelas y torres metálicas.
La Habana sin Fidel, no obstante, alberga pasiones disimuladas. La
ciudad se remuerde. En el autobús, ese tópico rodante, la histeria toma
pasaje. Un extranjero refiere su perspectiva distanciada del duelo y le
increpan.
Al bajar, un cubano sereno le advierte que tenga cuidado, pues todo anda
revuelto y La Habana sin Fidel también desborda agentes, parapolicías y
unos pocos fanáticos.
Todos sumergidos, ocupados en la misión de contener, ni siquiera
llorarán hasta que los administradores de la memoria del comandante,
recién investidos, permitan el llanto público. Mientras tanto, las
torres metálicas incitan la curiosidad de los turistas y se alzan para
alumbrar la capilla ardiente que no tiene La Habana.
Source: La Habana sin Fidel | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1480194152_27008.html
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