El costo de hacer ciencia y "contrarrevolución"
Dos investigadores cubanos han denunciado ante organismos
internacionales el acoso que sufren en la Isla
Martes, julio 26, 2016 | Augusto César San Martín
LA HABANA, Cuba.- El auxilio de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)
o el exilio son las soluciones encontradas, hasta el momento, por el
Doctor en Ciencias Biológicas Ariel Ruiz Urquiola y el Licenciado en
Bioquímica Oscar Casanella Saint-Blancard, en su búsqueda de apoyo
internacional contra las violaciones a sus derechos ciudadanos cometidas
contra ellos en Cuba.
Urquiola, actualmente en Suiza, fue expulsado del Centro de
Investigaciones Marinas (CIMUH), realizó intentos por presentar ambos
casos antes instituciones internacionales como Amnistía Internacional y
la Organización Mundial del Trabajo (OMT).
Pero lo simple se complicó porque Cuba no ha ratificado los pactos sobre
derechos humanos y la OMT exige que las demandas sean realizadas a
través de la central sindical (CTC) del país. En el caso de Cuba, se
trata de una organización que responde a la política gubernamental.
Los dos investigadores tienen en común que ambos ya fueron expulsados de
su puesto de trabajo por no comulgar con el gobierno. El Órgano de
Justicia Laboral de Base (OJLB) lo esconde detrás de faltas de respeto
al oficial de del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) que atiende
la institución científica, así como "ausencias injustificadas".
Cualquier argumento sirvió para esconder el motivo de las expulsiones,
incluso el "síndrome ansioso depresivo" diagnosticado a Ariel Ruiz, como
resultado de la represión laboral. Esta enfermedad lo mantiene bajo
tratamiento médico y le imposibilitó asistir a su centro laboral.
Al respecto, Ariel declaró a Cubanet: "Fue en el Centro de Salud Mental
de Playa donde encontré asistencia permanente para la situación que
vengo acarreando desde el 2015".
La verdadera causa salta entre los renglones de la documentación que
poseen ambos investigadores. En el caso de Urquiola se muestra la
petición al Tribunal del Licenciado Gilberto Tabares García de no solo
expulsar al investigador por las ausencias, sino también "por no estar
acorde con nuestros principios al dar declaraciones a los medios
internacionales".
Similar argumento expresó la Dra. Silvia Patricia González Díaz en una
reunión con el Secretario del Partido de Comunista de Cuba.
A pesar de que Oscar Casanella ya fue expulsado del Instituto Nacional
de Oncología y Radiología (INOR), por decirle a un oficial del DSE
"chivato, descarado, por tu culpa no me dejan trabajar", el investigador
posee documentos de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad
Social (DPTSS) y la Fiscalía Municipal de Plaza de la Revolución, que
ratifican el carácter violatorio del proceso laboral en su contra.
La resolución del 20 de julio del 2016 de la DPTSS expresa "errores en
el proceder del Órgano de Justicia interpelado que merecen corrección" y
que "fueron dictaminadas violaciones del proceso laboral (…) Queremos
indicarle que con todos los elementos que cuenta en su poder comparezca
ante la Fiscalía Provincial de La Habana pues evidentemente han sido
violados sus derechos ciudadanos".
El documento emitido por la Fiscalía Municipal afirma:
"El procedimiento utilizado por el Órgano de Justicia Laboral de Base
(OJLB) fue violatorio pues no se cumplió con las regulaciones que a
tales efectos establece la ley 116/14 y su Reglamento".
Después de emitida la resolución el OJLB volvió a violar la ley 116/168
(Código de Trabajo), sobre el carácter público de los procesos
laborales, al obstaculizar la entrada de los testigos y familiares de
Casanella a la vista oral, donde se decidió su expulsión del INOR.
Urquiola y Casnella tienen en común algo más que su carrera como
investigadores. Los dos científicos expulsados "por
contrarrevolucionarios" de los centros de investigaciones donde
trabajaban están decididos a enfrentar los molinos de viento
"revolucionarios" para reivindicar sus derechos ciudadanos.
El diagnóstico medico de alteración psíquica que padecen los dos es una
de las consecuencias de la represión laboral. El daño a la salud mental
de los científicos está hecho. Lo seguro es que las violaciones a la ley
cubana ya están archivadas, y los represores están cantando una victoria
con sabor a culpa, que recodarán siempre.
Source: El costo de hacer ciencia y "contrarrevolución" | Cubanet -
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