La nueva orientación del Ministerio de Educación
A la escasez de maestros en las aulas se suma la falta de base material
de estudio, inmobiliario, aseo personal y otros productos imprescindibles
viernes, septiembre 25, 2015 | Osniel Carmona Breijo
LA HABANA, Cuba – Próximamente todas las escuelas cubanas mostrarán un
cartel bien visible, en la entrada, que dirá: "En esta escuela no
necesitamos nada. En el centro tenemos libros, libretas, etc…", y así
sucesivamente un listado donde se incluye íntegramente la base material
de estudio, inmobiliario escolar, aseo personal y productos y utensilios
para mantener la higiene en los institutos.
La indicación fue dada por Ana Elsa Velásquez Cobiella, Ministra de la
cartera en la isla, con el propósito de contrarrestar los rumores
surgidos a raíz de quejas presentadas por padres de estudiantes molestos
ante las contribuciones que pidieron las escuelas para el inicio del año
escolar, según explicó la Directora Municipal de Educación en Arroyo
Naranjo, Olga Beatríz González, a los directores de escuelas de ese
territorio durante una reunión celebrada el viernes pasado.
La información fue suministrada por la rectora de un centro docente de
nivel secundario que estuvo presente en la reunión y que, por seguridad,
pidió anonimato.
Según la fuente, la máxima autoridad de Educación en Arroyo Naranjo
aseguró que el tema ha generado un estado de opinión negativo en la
población, de modo que la Ministra "no quiere escuchar que alguien
exigió ni siquiera una latica de pintura". Entre tantas advertencias
dejó claro que "la mano no va a temblar para sancionar con severidad si
llega a ser necesario", porque "aquí no hace falta nada".
Del dicho al hecho
¿Pero la Ministra no había dicho que todo estaba listo para el inicio
del curso, que todo estaba garantizado? En alusión a las reiteradas
declaraciones de Velázquez Cobiella asegurando un arranque de curso
logísticamente cubierto, la pregunta brota una y otra vez de los labios
de padres agobiados por las "donaciones" que tuvieron que hacer para que
sus hijos acudieran al colegio en condiciones ideales.
A la escasez de maestros en las aulas se suman otros contratiempos.
Yankiel Golles Rodríguez, cuyo hijo se inicia en el grado Preescolar
–prefirió omitir el nombre de la escuela para evitar posibles
señalamientos al niño–, comunica que la maestra solicitó
"persuasivamente" que cada niño llevara una mesa y una silla para usar
en actividades didácticas, un catre para dormir, sábanas, una pelota
inflable y otra de goma maciza, un juguete, tijeras, toalla, cubiertos
para el comedor, delantal, cepillo dental, pasta de dental y jabón.
También pidieron 20 pesos (0,80 USD) por estudiante para comprar la
pintura del aula.
Golles cuenta que "simplemente dijo que la escuela no entregaba esas
cosas, y que si no las llevábamos en tiempo los perjudicados serían los
muchachos que no iban a contar con las herramientas para progresar en el
aprendizaje, o con el aseo para la higiene. Se limpió las manos muy
diplomáticamente diciendo que ella hubiera querido resolver las cosas de
todos los niños, pero no podía".
El gasto de los artículos requeridos por la maestra a Golles ascendió a
635 pesos (25,40 USD). Los ingresos del hogar, donde también colabora su
cónyuge, son de 940 pesos mensuales.
Aunque en una posición diferente, los educadores igual han tenido que
contribuir con la adquisición de elementos que Educación hace varios
años no provee y que forman parte de los programas docentes.
Una auxiliar pedagógica que se presentó como Jennifer, criticó la
justeza del sistema evaluativo que mide la calidad del trabajo que
desempeña. Labora con niños de primer grado, donde resulta
imprescindible para el aprendizaje y obligatorio según el programa,
utilizar juguetes y otros materiales didácticos que no se encuentran en
los almacenes de Educación.
"Al final termino gastando parte del salario comprando juguetes y
materia prima para confeccionar yo misma las cosas que necesito", expone
la auxiliar a quien le parece increíble que "si no lo hago, cuando
evalúen mis clases y vean que no trabajo como está establecido, me
pueden calificar de 'Mal'. Si al final del curso tengo tres evaluaciones
malas me bajan el salario".
Amén de la colaboración material de las familias y trabajadores del
sector a las instituciones educativas, el estado de conservación de la
base material de estudio no es bueno y faltan libros y cuadernos para
completar los módulos por estudiante.
Sandy Blanco, profesor de Secundaria Básica en la especialidad de
Física, significó que en muchas materias más de cinco estudiantes
comparten un libro restaurado que no pueden llevarse a la casa. En
algunos casos son tan pocos los ejemplares a disposición que, los
educadores no tienen acceso a los textos de manera permanente, lo que
dificulta la preparación de las clases.
En el Preuniversitario "Carlos Pérez", de la capital, un estudiante de
Onceno Grado relató cómo la semana pasada, una hora antes que llegara
una inspección de la dirección provincial de Educación, los profesores
pasaron por las aulas orientando a los alumnos que afirmaran haber
recibido el módulo completo de la base material de estudio.
"Muchos dijimos lo que nos dio la gana", señaló.
La versión fue confirmada por varios estudiantes abordados a la salida
del Preuniversitario, sin embargo prefirieron no divulgar su identidad.
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