Un jardín convertido en sepulcro
[02-11-2013]
José Antonio Sánchez Santoyo
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana, Cuba. Desde la época colonial y
bajo la regencia del obispo Espada Iranda, primera autoridad
eclesiástica en aquellos momentos en la isla, dictó un bando contra la
utilización de dar sepultura en las iglesias a toda persona y con dinero
de la iglesia compró los terrenos del actual cementerio de Colón donde
descansan los restos de millones de ciudadanos del país.
Hace un tiempo cuando a La Habana se le otorgó la categoría de
patrimonio de la humanidad se creó el jardín Teresa de Calcuta, contiguo
al convento de San Francisco de Asís y propiedad de la iglesia ortodoxa
griega.
Allí en un entorno maravilloso rodeado de árboles y flores, descansan
los restos de 12 personalidades del mundo de la cultura, la ciencia y
las artes, eso sin dudas es una voluntad de esas personalidades que hay
que respetar y también admirar.
Es lógico que las mismas hayan escogido como descanso eterno ese
maravilloso lugar, pero lo que asombra la curiosidad de cualquier
estudioso es que a la hora de la decisión de allí poner restos, no se
tuviera en cuenta la decisión del obispo Espada que se opuso al
enterramiento de las personas dentro de una ciudad en aquel momento en
expansión por considerarla peligrosa para la salud de los que allí
vivían dentro de la villa de San Cristóbal de la Habana.
En el año 1988 del siglo pasado y al cumplirse los 100 años de la
fundación de la necrópolis de Colón la revista Bohemia público un tema
relacionado a una nueva búsqueda de terrenos fuera de la ciudad de La
Habana para el enterramiento de los difuntos por considerarla nociva a
la salud de los vecinos del actual Vedado y Cerro, municipios
colindantes unos de otros.
¿Cómo es posible que a la hora de determinar un enterramiento no se
hayan tenido en cuenta esos factores de riesgos y tampoco la advertencia
histórica tanto del obispo como los redactores de Bohemia?
La población cubana crece a un ritmo vertiginoso y las personas de la
tercera edad son mayorías, es decir, que las medidas a tomar para una
nueva ampliación en otros lugares fuera de la capital requieren una
urgencia más que necesaria para la creación allí de un nuevo cementerio,
no se debe en estos tiempos por la mucha connotación histórica,
científica o cultural que una persona pudo tener en vida convertir a La
Habana en un cementerio porque se correría el riesgo de que los
habitantes de la ciudad contraigan nuevas enfermedades.
El respeto a la historia y a los valores humanos es necesario y lógico
pero también es lógico y necesario el respeto a la salud de los que
viven y respiran en la actualidad.
La opinión pública internacional podrá darse cuenta de la intensión que
tiene este columnista en plasmar esta incidencia con vistas a solucionar
esta nueva expansión de una nueva necrópolis dentro de la ciudad y la
misma dentro del siglo XXI.
A todos ellos que Dios los acoja en su santo seno.
LA PALABRA DEBE ESTAR AL SERVICIO DE LA VERDAD.
Source: "Un jardín convertido en sepulcro - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5274bbbb3a682e0d581d82aa
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