La familia real cubana
JUEVES, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2013 10:45
ESCRITO POR VÍCTOR MANUEL DOMÍNGUEZ
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) La nueva clase por 
cuenta propia llena de glamour y encopetadas familias los antiguos 
barrios marginales (hoy marginados) y los espacios públicos de la 
nación. La proverbial elegancia de sus mujeres y lo atildado en el 
vestir de sus hombres, se ha convertido en el espejo donde se mira la 
sociedad actual. Su manera de combinar es un dechado de virtudes.
Para ver a estos árbitros del buen gusto (si no los Petronio de Roma, al 
menos los Papagayos de La Rana, en Marianao), sólo hay que asistir a un 
restaurant o a un cóctel donde coincidan tres o cuatro parejas de tan 
culta manada (perdón: monada) nacional.
En un reciente bonche (fiesta sin límites en el caché ni en lo demás) 
para presentar en sociedad a su niña por el arribo a los mini-quince, 7 
años y medio de edad, la señora Yunaximandra D´Perrona, y su esposo 
Alonso Hidalgo-Gato, ofrecieron una soirée en su casona de Alamar, a la 
que asistieron las más conspicuas personalidades del jet-set en Boca 
Ciega, Peñas Altas y El Lodazal, entre otras zonas residenciales de La 
Habana.
Al convite, amenizado por el grupo de cuerdas (de tendedera) Los 
desafinaos, y la actuación especial del payaso "El comunista", y del DJ 
Alambrón, también fueron invitados, como gesto de buena voluntad hacia 
la plebe y los pasmaos que forman la clase inferior, un neurocirujano, 
una economista, un ingeniero, una historiadora y un ladrón.
Los anfitriones, como monarcas del cuentapropismo en La Habana del Este, 
vistieron sus mejores galas esta vez, y se acabaron las palabras de 
elogios en el diccionario para calificar la mesura y esplendor de sus 
vestiduras, dignas de una pasarela en la New York Fashion Week, The 
Brandery barcelonesa, la colombiana Cali Exposhow, o la Roparche habanera.
La D´Perrona, con un vestido de 22 colores, el pelo teñido con una gama 
de seis, las uñas de las manos, cuatro, y las de los pies con tres que 
promocionaban el estilo semáforo sobre unos zapatos ortopédicos 
recomendados por sus juanetes y jornadas creativas (llena cajitas con 
comida en una paladar y hace tamales en su casa), fue, sin dudas, la 
gran sensación.
Hidalgo-Gato, por su parte, mostró su sobriedad y elegancia en el vestir 
al combinar un pelado estilo tiburón y una barba de tres días con una 
cadena King Kong de oro golfis, 15 pulseras de oro del que cagó el moro, 
12 sortijas de platino, y un Rolex-Poljov, sobre camisa Manhattan de 
ocho colores, un pantalón de dril cien y unas zapatillas Kevin Klein.
Pero no sólo los pudientes propietarios de la mansión (Hidalgo-Gato es 
Inspector Popular que corre tras los bici taxistas y los vendedores 
ambulantes de ajos, limones y aguacates), pudieron demostrar su clase y 
humildad, pues el resto de los invitados, hasta los incultos, fracasados 
e infelices profesionales que trabajan en el sector estatal, lucieron su 
vestimenta sacada de los cajones más húmedos, oscuros y excelsos de la 
trapishonería insular.
Sin embargo, como hablamos de la familia real y la nueva clase cubana, 
volvamos a quienes invierten el éxito de sus estudios y labores en obras 
de CARIDAD (Cuentos, Artimañas, Inventos, Dolo, Ambición y Dólares) que 
benefician al prójimo cubano en su afán de sobrevivir y no volver a caer 
en el "nada por aquí, nada por allá" o Período Especial.
Arracimado en el amplio balcón de dos metros por dos, sobresalía el 
vestuario de la obesa y juncal figura de Carolina Trapero, la patrona 
del café mezclado, envuelta en una especie de kimono de tafetán-chillón 
teñido de amarillo, rojo y cardenal, sobre un pantalón pegado a la 
canilla, de lamé plateado, ajustado sobre unas chancletas Varadero 
azul-tóxico-chupameao.
También su esposo, Gumersindo Tirado, El rey del churro en Alamar, 
mostró su gusto en el vestir al combinar una gorra de los Yanquis de 
Nueva York azul turquí, sobre un pulóver amarillo de polyester desbembao 
con una bate que rezaba Los bravos de Atlanta, encima de una pantaloneta 
a media canilla con los nombres de todos los equipos de las Grandes 
Ligas norteamericanas, y unos spikes de los Marlins de la Florida, lo 
que demuestra su cubanidad.
Pero de acuerdo con estas valoraciones facilitadas in situ a este 
redactor por el diseñador de Roparche-Habana, Bubú Rabo de Nube, le 
impresionó además la excelencia en la decoración de la casona. Según su 
respetable opinión, el cortinaje que separa los dos cuartos de la 
mansión y a estos de la sala y el baño, se pueden considerar chic-chic-chic.
El tejido de cañas de bambú con pomos plástico de agua gaseada Ciego 
Montero y portavasos de Habaguanex, entrelazados a los removedores de 
Sol y Son y trozos de los manteles de nailon de La Carreta, junto a un 
surtido de chupa-chupa envueltos con servilletas de La torre de Marfil y 
pegatinas del Hostal Valencia, es de suma exquisitez.
Aunque para Bubú Rabo de Nube, la muestra máxima del buen gusto, el non 
plus ultra de la decoración de la familia real cubana, son las figuras 
de Porcelana de Carraguao (yeso pinareño), diseminadas por toda la 
mansión, y donde no falta ninguna pareja de animal, como si el Arca de 
Noé hubiera encallado en el balcón o la única ventana de la casa.
"Es impresionante", asegura Bubú, "que a la entrada del baño haya un 
orangután, sobre la caja de agua un indio en gesto de alarido y con una 
flecha en el arco, y desde el lavamanos te miren un sapo, una culebra, 
un mandril y una pequeña manada de elefantes, que junto a una jirafa, un 
nido de tomeguines y una serpiente pitón, te obligan a evacuar con rapidez".
"De la sala, ni hablar", añadió Bubú. "La manada de puercos sobre el 
televisor, el burro colgado de la lámpara Artdecó-sjonar (dialecto 
cuentapropí), y el Papá Noel que mira girar el ventilador rodeado de 
gallinas, perros y gatos, complementados en la mesita ubicada frente al 
sofá con un mini-zoológico universal, dan una aguda nota de buen gusto y 
confort.
Sin dudas fue una soirée para respetar. Los rellenadores de fosforeras 
de Campo Florido, las egregias comerciantes de pirulí en Bacuranao, 
junto a los pizzeros de Taramar, las puti-floristas de las arenas de 
Villa Trópico y los chapeadores de zanjas en La Veneciana, dieron un 
rotundo mentís a quienes aseguran que en Cuba no hay clases, valores y 
nivel cultural.
La nueva clase se puede ver en cualquier lugar del país. Una familia 
real también. La D´Perrona e Hidalgo-Gato; La patrona del café mezclado 
y El rey del churro, entre otras figuras del jet-set por cuenta propia 
cubana, con sus birretes de yarey logrados tras aprobar un examen 
acumulativo de suma y resta en divisas, son una realidad en el país.
Eso se los aseguro yo, Nefasto "El cronista social".
Para Cuba actualidad: vicmadominguez55@gmail.com
Source: "La familia real cubana | Cuba noticias actualidad.Periodismo 
independiente." - 
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/8695-la-familia-real-cubana.html
 
 
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