Tocando a los intocables
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 15 Ago 2013 - 9:30 am.
Abusos de poder y billetes de 5 CUC: la Policía Nacional se ha vuelto
una institución inoperante y corrupta.
Somos tan peliculeros que al hablar de corrupción policial, lo primero
que viene a nuestras mentes es el Chicago de los años 30, la ley seca,
Al Capone, Eliot Ness, Kevin Costner, Robert de Niro y Sean Connelly.
Pero fuera de la pantalla, los verdaderos intocables transitan por
nuestras calles uniformados de color azul, montados en automóviles
patrulleros de la marca Geely o en potentes motocicletas Guzzi. Y no es
mera palabrería: un 80% de los consultados para este trabajo opina que
la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) es una institución inoperante y
corrupta que abusa del poder de manera impune.
Raúl Castro, en su discurso del pasado 7 de julio ante el Parlamento,
abordó el tema de la crisis de valores morales y la indisciplina social
generalizada, y reclamó a los órganos estatales y del gobierno ―entre
ellos la Policía— "a ser los primeros en dar ejemplo de apego
irrestricto a las leyes y así reforzar su autoridad ante la sociedad".
"Basta ya de miedo a buscarse problemas en el cumplimiento de nuestros
deberes", aseveró enérgicamente el general/ presidente, mientras urgía a
asumir una mentalidad de orden, disciplina y exigencia.
Qué le pareció el discurso a cada quien se convirtió en una pregunta
recurrente en las calles, que generó, entre otros comentarios,
innumerables agravios y críticas a la PNR.
Destapando la caja de pandora
XL tiene 43 años y conduce un taxi estatal. YP es un chofer
cuentapropista de 39 años que maneja un "almendrón". Ambos solicitaron
el anonimato y se consideran presas fáciles de los policías corruptos.
Coinciden en que cuando estos les notifican injustamente, "no vale la
pena discutir", saben que están obligados a entregarles 5 CUC junto a la
licencia de conducción.
"Hay que resignarse a pagarles ese impuesto", se justifica XL, alegando
que ya una vez le retiraron la licencia por seis meses y tuvo que
"arañar el mármol". No puede estar alejado del timón porque tiene dos
hijos que mantener.
YP, por su parte, cita que el propio Código del Transito es la patente
de corso. "Si sobrepasamos los puntos/multas, nos retiran la licencia.
¿Y de dónde vamos sacar los frijoles? Ellos abusan del poder y nosotros
tenemos que apretar el fondillo y darle a los pedales. No existe un
mecanismo imparcial para las reclamaciones, la policía siempre tiene la
razón".
Más allá, un arrendador cuentapropista anónimo, de 55 años y residente
en el Vedado, creó un mecanismo para defenderse del chantaje policial.
Desde la ventana de su apartamento ha filmado a los policías
extorsionando a los travestidos, jineteras y vendedores de drogas.
Cuenta que en una ocasión trataron de sacarle dinero a uno de sus
clientes, acusándolo de introducir una prostituta menor de edad en su
casa. Él buscó a los policías y les advirtió de la existencia de los
videos con copias para entregárselos a sus jefes y, apunta, la solución
fue "un remedio santo".
Brutalidad e indolencia
Yulearni Tamayo, de 31 años, fue una "okupa". Con sus dos hijas menores
se introdujo en un apartamento vacio de la calle San Mariano, número
364, en la barriada capitalina de Santos Suarez. Fue multada por la
dirección del Instituto de Vivienda y se le conminó a abandonar el
recinto, orden que no acató.
Nunca olvidará que de madrugada y mientras dormía fue despertada por un
estruendo. Trató de encender la luz pero habían cortado la electricidad.
De súbito varios policías se arrojaron sobre ella, alcanzó a abrazar a
sus hijas de dos y cuatro años, que gritaban aterrorizadas, y en el
forcejeo mordió la mano a un guardia, recibiendo un puñetazo en la cara.
Un energúmeno con más de 100 kg de peso ―ella pesa 45 kg― la proyectó
contra el piso y le dio un pisotón en la nuca mientras le gritaba:
"Negra, ¿te creíste qué te quedarías con el apartamento?" Yulearni fue
esposada y trasladada a la unidad policial de Aguilera, donde sufrió un
desmayo.
Más tarde la llevaron a dos hospitales del municipio 10 de Octubre (La
Dependiente e Hijas de Galicia). En ambos centros le diagnosticaron una
fractura en el brazo, pero inexplicablemente los médicos certificaron
una leve contusión.
Fue puesta en libertad, las cefaleas se exacerbaron y sus familiares la
llevaron al hospital Manuel Fajardo. Yulearni afirma que al declarar que
"fue golpeada por la policía", los médicos se negaron a atenderla.
Tomaron la decisión de llevarla al hospital Calixto García, alegando
falsamente "que se cayó de una escalera". El médico que la reconoció
exigió la verdad sobre el caso: Yulearni presentaba una fractura
cráneo-medula-espinal severa con peligro para su vida.
El policía responsable alertó a sus colegas de la unidad de Aguilera y
enseguida el cuerpo de guardia fue tomado por los uniformados. Un Mayor
del MININT penetró en la sala de terapia intermedia, donde Yulearni
permanecía bajo observación, amenazándola en presencia de otros pacientes.
La suboficial Orquídea Mestre y el teniente Rolando Romero, los guardias
que por poco la matan, ni siquiera fueron requeridos por sus superiores;
en cambio, ella fue juzgada y sancionada a tres años de privación
domiciliaria por agresión a las autoridades.
Actualmente Yulearni vive con sus dos hijas menores en un edificio en
ruinas y bajo condiciones infrahumanas, en la calle Carmen, número 355,
en la misma barriada. Desde que la golpearon se agudizó su padecimiento
de epilepsia. Hoy, en el apartamento de donde la expulsaron, vive una ex
funcionaria de la Dirección Municipal de Vivienda que fue sancionada por
corrupción.
Un imposible
Raúl Castro pronunció en su discurso que "se ha abusado de la nobleza de
la revolución". Sin embargo, un ex primer oficial del MININT cataloga
las palabras de ironía, apuntando que "la violencia es el principal
recurso de la ingeniería social del régimen".
A este ex oficial no le sorprendió que Castro exonerara de
responsabilidades a los dirigentes históricos, considerados los
verdaderos causantes del problema. "Traer policías orientales de baja
instrucción y nula profesionalidad a La Habana ha sido un error
garrafal, cuya principal consecuencia es la pérdida de autoridad de
quienes para hacerse respetar necesitan abusar del poder. Recuperar las
normas de convivencia social y los valores morales perdidos desde hace
más de veinte años será imposible de lograr con una policía tan
desacreditada."
"El único recurso que le queda a Raúl, afirma, es sacar al ejército del
estado de hibernación en que se encuentra, aunque resulte lógico que tal
decisión solo será tomada en casos de máxima emergencia nacional, cuando
peligre el poder del Estado".
Source: "Tocando a los intocables | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1376551828_4653.html
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