16 de agosto de 2013

En las calles de La Habana el diablo anda suelto

En las calles de La Habana: el diablo anda suelto
Jueves, Agosto 15, 2013 | Por Reinaldo Emilio Cosano Alén

Yoandry Acosta Torres, de veinticuatro años está grave en el Hospital
Naval. Fue atacado por cinco individuos de Guanabo, población al este de
La Habana donde vive. Yoandry labora como custodio en la fábrica Ceseta
en Guanabo y reside cerca, en Campo Florido.

"Alrededor de las 11:30 PM del 30 de julio Yoandry acompañó al
policlínico a Dáluam Cabrera, compañero de trabajo quien se cayó,
sangraba y clavícula partida. En el centro asistencial presenta
hipoglucemia y presión arterial baja. El médico recomienda beber
refresco de cola. Yoandry va a comprarlo a un bar cerca. Regresó minutos
después, pero no por sus pies. Inconsciente, gravemente herido víctima
de una agresión a patadas, cuchillazos.

Al sacar el dinero del bolsillo se le cayó una moneda de diez centavos.
Uno de los provocadores pone el pie encima. Yoandry quiso recogerla. Por
respuesta ofensas, empujones. Controla a un atacante pero no puede
contra todos, muy violentos. Cae, recibe patadas y heridas profundas.
Los atacantes huyen. La policía los detiene", cuenta Rigoberto Sobrado
Ramos, de Campo Florido, amigo de Yoandry y Dáluam.

No hubo ofensa de Yoandry, tampoco vieja enemistad, rencilla, deudas,
diferencias laborales. No se conocían. ¿Qué originó el ataque? ¡Nada!
¡Aparentemente nada!

Cuenta Horacio Marrero, residente en el barrio capitalino Puentes
Grandes: "Dos delincuentes recientemente amarraron y asesinaron en su
vivienda a un anciano de este barrio. Suponían que tenía mucho dinero,
que no pudieron encontrar porque el jubilado malvivía de su pobre
pensión, completada con propinas de vecinos a quienes servía como
mensajero".

Frente a la gravedad, tipos de delitos, violencia, robos, ilegalidades,
fraudes incluso académicos, el gobierno se ha visto precisado a
denunciar el extendido problema, eufemísticamente calificado de
Indisciplinas Sociales.

Raúl Castro dijo ante la Asamblea Nacional el 7 de julio: "Graves
grietas de carácter familiar y escolar en que la participación de padres
y maestros contribuye a resquebrajar la educación de niños y
adolescentes, pues el hogar y la escuela son las principales fuentes de
formación del individuo en función de la sociedad […] No debemos
restringirnos a debatir con toda crudeza la realidad si lo que nos
motiva es el más firme propósito de rebasar el ambiente de indisciplina
que se ha arraigado en nuestra sociedad y ocasiona daños morales y
materiales nada despreciables".

¿Grietas en el Paraíso?

Se creyó que Cuba era el Paraíso terrenal. A partir de 1959 se
eliminaron casinos, máquinas de juego, lotería, vallas y peleas de
gallos, casas de cita. La prensa exaltó a bisoños soldados matrimoniados
con ex prostitutas. Toda alusión de crónica roja fue suprimida. Detrás
del Suceso, sección de la revista Bohemia y el programa radial La
Guantanamera, que informaban y aleccionaban se eliminaron siguiendo el
apotegma que contar crímenes era incitar a cometerlos.

Hechos de sangre y accidentes que aún la prensa oficialista, medio siglo
después, generalmente oculta.

El nicho eliminado –ocultado- lo ocupó la violencia política. Lenguaje
incendiario, insultante contra reales o supuestos enemigos. Aparecen los
comités de vigilancia. Desenfrenados excesos contrarios a las buenas
normas. Mal gusto al hablar, chabacano. Cultura de la mala palabra, del
ron. Apabullada la Iglesia, silenciada. Politización de la Enseñanza.
Tradiciones patrias eliminadas del calendario o trastrocadas. Deslave de
las buenas costumbres. Declive de la educación. Borrosas fronteras entre
la violencia y la decencia, respeto al prójimo, edad, categoría social.

Los apáticos al régimen reciben los peores calificativos y persecución,
que no cesan. Demeritar tildándolos de gusanos, lacayos del
imperialismo, escoria social, vendepatria. Nación sajada.

¿Qué pasa?

¿Se mata por diez centavos? El clima de violencia, pesado vaho envuelve
la isla. Como tempestad, con razón, sin ninguna razón, se forma en
cualquier momento y lugar. Rayos impredecibles que nadie imagina dónde o
sobre quien caerán.

La violencia acecha al comprar una coca cola, viajar en ómnibus, caminar
por calles, campos, solazarse en parque, discoteca, fiesta pública,
carnaval. En prisiones. Entre conductores de vehículos, vecinos, colegas
de trabajo, escuela, becarios, niños, adolescentes, hombres, mujeres,
jóvenes, ancianos. Violencia intrafamiliar. Violación sexual, de
domicilios, de la propiedad, de la privacidad ciudadana. Fraudes de todo
tipo, cohecho a todos los niveles.

Si Yoandry se salva, ¿en qué condiciones físicas y mentales quedará?
Cualquier cubano puede ser Yoandry o el anciano asesinado. La violencia
no tiene rostro, campea por todas partes. El diablo anda suelto, dice el
refrán. ¿Quién lo amarra?

Source: "En las calles de La Habana: el diablo anda suelto | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=47979

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