Cuba: un país sin publicidad
La carencia de anuncios puede sonar utópica, sostiene el autor, pero 
insiste en que "hay que tener en cuenta la principal razón por la cual 
es tan poca la publicidad: porque no hay muchas cosas que se puedan 
comprar, y no hay mucha gente que pueda permitirse el lujo de comprar
martinoticias.com
agosto 22, 2013
En el último de una serie de tres artículos publicados en el portal 
digital de la revista Forbes, Eric Goldman reflexiona tras su más 
reciente viaje a Cuba sobre la ausencia de publicidad en la isla. Según 
el autor, la gente odia la publicidad, y no hay país que escape a los 
tediosos comerciales
"Si se le diera la opción a la gente –apunta-, estoy seguro que una 
super-mayoría de los consumidores lo harían por un mundo donde la 
publicidad no exista. Sin embargo, ese mundo existe y se llama Cuba. 
Aunque en Cuba la falta de publicidad pone de relieve algunas 
importantes concesiones".
"Cuando me dicen que Cuba no tiene publicidad -continúa Goldman- claro 
que estoy exagerando un poco. Lo que pasa es que no hay mucha 
publicidad. No hay vallas publicitarias. No hay anuncios de televisión 
(por lo que pude ver, aunque canales de cable originarios fuera de Cuba 
no tienen anuncios). No hay anuncios por Internet (pocos cubanos pueden 
incluso acceder a Internet). No hay volantes. La única "publicidad" que 
me encontré fue oral y en los letreros de las tiendas".
La carencia de anuncios puede sonar utópica, sostiene el autor, pero 
insiste en que "hay que tener en cuenta la principal razón por la cual 
es tan poca la publicidad: porque no hay muchas cosas que se puedan 
comprar, y no hay mucha gente que pueda permitirse el lujo de comprar. 
En efecto, la falta de publicidad se relaciona con el consumo de la 
economía cubana. Solamente con una fina capa de actividad para los 
usuarios, la publicidad no es necesaria y rara vez puede ser rentable".
"Asimismo, Cuba no tiene mucha publicidad porque hay poca competencia", 
sentencia Goldman. Y puntualiza que el gobierno ejecuta todas las 
tiendas de venta al menudeo, por lo que no hay competencia entre 
minoristas y no tiene necesidad de los minoristas para anunciar a unos 
contra otros. "El sector privado más visible son los servicios 
turísticos como de gestión privada como restaurantes y transporte. 
Incluso entonces, la mayoría de estos servicios no son de alto margen y 
carecen de apoyo suficiente de publicidad".
En cuanto a los fabricantes Goldman nos dice que éstos tampoco se 
anuncian en Cuba. "No hay muchos fabricantes en Cuba de bienes de 
consumo, y debido al control del gobierno, rara vez compiten entre sí, y 
aunque el gobierno subvenciona, la mayoría de los cubanos no puede 
permitirse el consumo de los bienes de todos modos. Los fabricantes 
extranjeros no tienen incentivos para anunciarse en esas condiciones; 
incluso cuando quiebra el pequeño mercado interno, a menudo los 
minoristas sólo tienen una elección. Así, por ejemplo, he visitado un 
par de tiendas que venden aparatos como refrigeradores y lavavajillas. A 
pesar de que la amplitud de los diferentes productos disponibles era 
mejor y más tecnológicamente actual de lo que me esperaba, por lo 
general, el minorista ofrece sólo una opción del fabricante de cada uno 
de los bienes. Por lo tanto, una Cuba consumista que quiere un 
refrigerador de 30 pies cúbicos sólo puede tener una elección y el 
fabricante garantiza la venta y elimina la necesidad de publicidad".
Así que, ¿cómo te sientes acerca de la publicidad?, pregunta Goldman. Y 
se responde:
"Considera dos opciones: Opción A: una economía en la que la publicidad 
es innecesaria, porque hay un número limitado de opciones, no hay 
competencia en el nivel minorista o fabricante, y hay una pequeña clase 
de consumidores capaces de comprar los productos en el mercado. Y opción 
B: una economía invadida por la publicidad, que en su mayor parte crea 
falsas distinciones entre productos, manipula las preferencias de los 
consumidores, crea ansiedad sobre su consumo y las deficiencias 
observadas, y aumenta los costos para los consumidores de los productos 
de marca".
Antes de finalizar, el autor imagina una tercera opción, la C, "donde 
los consumidores obtengan todas las ventajas de un mercado fuertemente 
competitivo sin los "costos" del omnipresente estado y a veces de 
publicidad manipuladora. Pero la opción C pueden ser contradictoria; una 
posibilidad es que la publicidad sea una condición previa a una 
competencia feroz. Si la opción A les suena atractiva a ustedes en todo, 
vayan a Cuba pronto", concluye.
Source: "Cuba: un país sin publicidad" - 
http://www.martinoticias.com/content/cuba-publicidad-forbes/26682.html
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