6 de junio de 2013

Un artículo divisionista en la ya dividida oposición política cubana

Un artículo divisionista en la ya dividida oposición política cubana
Miércoles, Junio 5, 2013 | Por Jorge Hernandez Fonseca

BELEM, Brasil, junio, www.cubanet.org -Los opositores cubanos, empeñados
como estamos con combatir la fracasada –y en franca decadencia–
dictadura castrista, nos dolemos al leer en nuestra prensa opositora
artículos y análisis que francamente dejan mucho que desear, desde el
punto de vista de la necesaria ética solidaria entre opositores al
castrismo. La tendencia de izquierda o derecha muchas veces pesa más que
el objetivo común: derrotar la dictadura que nos oprime, y tenemos que
desviar nuestros esfuerzos para el análisis de lo que nunca debería
haber sucedido en la oposición.

Acaba de aparecer un artículo de corte divisionista en uno de los medios
de Internet de la ya dividida oposición política cubana. Me refiero al
análisis titulado ¿A quién habla la oposición cubana? de Haroldo Dila
Alfonso, firmado en Santo Domingo el 3 de junio pasado. Es un artículo
que enjuicia de forma hipercrítica y equivocada a dos de los más
destacados opositores cubanos, Guillermo Fariñas y Berta Soler,
descalificándolos por –según el autor del artículo– "querer fortalecer
sus posiciones en los 'corrillos' cubano-americanos de Miami", veamos:

En primer lugar, no hay nada que pueda indicar que las declaraciones,
tanto de Berta Soler, como de Guillermo Fariñas en el exterior, hayan
tenido el objetivo innoble (de congraciarse) que el artículo mencionado
les adjudica, descalificándolos. Las posiciones de Fariñas y Soler sobre
los temas que supuestamente los habrían llevado a congraciarse con "un
segmento específico de la comunidad emigrada" (léase, el exilio de
Miami, que no es "emigración"), han sido ventilados por ambos opositores
dentro de la isla de forma bastante similar (Berta con el tema del
embargo y Fariñas con respecto a sus relaciones con militares de alto
rango del ejército).

En segundo lugar, el exilio de Miami forma parte integral de la
oposición política cubana, por lo que hablarle a este exilio es tener en
cuenta la mayor fuerza netamente opositora dentro del espectro opositor
global cubano. Sólo la dictadura descalifica a la oposición de Miami,
"por derechista" y dentro de la oposición política cubana no puede (no
debe) haber discriminación por el color político íntimo que un
determinado sector opositor tenga. Gústenos o no, el exilio de Miami es
un baluarte, hasta ahora inexpugnable, de la oposición política cubana y
como tal mereció el respeto y la admiración que todos los opositores que
pasaron por allí, además de Guillermo Fariñas y Berta Soler, de Yoani
Sánchez, Rosa María Payá, Eliézer Ávila, entre otros.

Siendo así, ¿por qué un artículo para descalificar a dos opositores
valiosísimos? ¿Cuál es el objetivo de enfocar los cañones a estas dos
glorias de la oposición política cubana, argumentando falaciosamente que
la prueba de su ineptitud es hablarle al exilio de Miami?

Pero hay más. En el artículo, poco menos que se le "perdona la vida" a
Yoani Sánchez, porque el autor no sale de su "asombro" al comprobar que
la famosa bloguera cubana tuvo "aplomo y firmeza" que según el autor "le
sorprendió", siendo que la mencionada patriota cubana no se cansó de dar
muestras de su amor a la patria dentro de la isla, antes de su periplo
internacional.

Hay adicionalmente un tema que recorre transversalmente todo el artículo
analizado: el embargo. Aparentemente este es el tema divisor de aguas
para que el autor del análisis considere (o no) a un opositor,
"correcto". Es importante notar que ese tema, como criterio evaluador
para los que se consideran castristas, tendría algún sentido. Quien se
opone al mantenimiento del embargo, puede ser considerado un castrista
confiable; quien piensa que debe mantenerse el embargo, pudiera
considerarse, quizá, un anti-castrista. Estas serían reglas más lógicas
para el análisis, aunque no sean exactas. Ahora, considerar la regla que
se infiere al leerse el artículo bajo análisis, "quien defiende el
levantamiento del embargo es un opositor confiable y quien quiere el
mantenimiento del embargo es descalificado", es un absurdo total.

Lo anterior se deduce de los calificativos expuestos en el artículo
contra la presidenta de las Damas de Blanco. Si Berta Soler recomienda
"mano dura" (con el embargo) contra el castrismo, no necesariamente se
atenta "contra la vida y la de la familia" de quienes viven dentro de la
isla, como se asegura en el artículo. Ese precisamente es el argumento
del castrismo para que EUA levante el embargo unilateralmente, aspecto
que sabemos divide a la oposición política cubana, entre los que quieren
su levantamiento unilateral y quienes quieren su mantenimiento hasta que
el castrismo haga concesiones. La realidad es que "la vida" de nadie en
Cuba depende del embargo, que dura ya más de medio siglo sin que nadie
se haya "muerto" por su causa, pero sí por causa de la dictadura, sus
métodos y sus desaciertos políticos, económicos y sociales.

El tema del embargo, hoy por hoy, no debe ser tema que divida
adicionalmente a la oposición política cubana. Quienes quieran defender
el embargo como herramienta de presión, deben estar en libertad de
hacerlo. Quienes piensen que el levantamiento del embargo beneficiaría a
la oposición política al castrismo, que lo hagan, siempre que resalten
su compromiso opositor y anticastrista. Ahora bien, quien no es
anticastrista y quiere cambios cosméticos dentro del socialismo que
destruyó la isla (un castrismo sin los Castro) y quiere el levantamiento
del embargo por las mismas razones aducidas por el castrismo, que no se
disfrace de opositor.

Hay también cierta petulancia intelectualoide al inicio del análisis,
cuando el autor expresa que, de los opositores internos de visita al
exterior, "cada cual ha usado esa oportunidad según sus
potencialidades", pasando acto seguido al ataque contra Berta Soler y
Guillermo Fariñas, dos opositores sin tacha, a los cuales sólo se le
puede calificar de patriotas y no de personas que carecen de la
"potencialidad" de la que supuestamente no hicieron gala durante su visita.

Hay en la actualidad un juego de desinformación en las altas esferas,
tanto de la dictadura castrista como en las altas esferas del gobierno
norteamericano, enviándose recados, para ser escuchados por la oposición
cubana a través de canales diversos, lo que pudiera justificar, en
parte, lo dicho por Fariñas y Soler. Eso una persona informada "en
función de sus capacidades" puede comprenderlo, sin que los opositores
sean necesariamente emisarios comprometidos. Por otra parte, no se puede
dudar de la capacidad de nadie para decir lo que "le" conviene, tal como
también se dice entre líneas en el artículo bajo análisis. En este circo
no hay payasos.

Hay otro aspecto inexplicable en el análisis: los puntos señalados en el
artículo no son los puntos más relevantes de la vista de los opositores
al exterior. Se mencionan como destacados, primero, "el contacto con
'otro segmento' de la sociedad cubana" (el exilio, y se nota un interés
marcado por no mencionar al exilio por su nombre) para "enterarse" de un
debate al que los cubanos del interior supuestamente "no tienen acceso"
(pura discriminación con los opositores internos); y segundo, que "de
esta manera ganan visibilidad para enfrentar la represión dentro de
Cuba". Son aspectos reales, entre tantos, pero ni con mucho son los más
importantes. Las denuncias que ha hecho en tribunas importantes, ante
sociedades y medios políticos y de prensa, de como mínimo 13 países y
varios organismos internacionales, fuera de EUA, México y España, donde
la oposición cubana es más presente, ¿no se considera destacado?

Yoani Sánchez en Brasil tuvo una penetración sudamericana y mundial,
como nunca antes la verdad opositora se había abierto a la opinión
pública internacional. ¿Eso no es importante?

Y finalmente (y no por último) la gran pregunta que se hace en el seno
del artículo: ¿y si el castrismo decide seleccionar algunos opositores
como siendo sus interlocutores? dicho como un reto a los opositores que
se critica en el análisis, para descalificarlos como potenciales
interlocutores. Esta pregunta desnuda las intenciones tendenciosas del
artículo. Ya el castrismo eligió antes un interlocutor, el cardenal
Ortega, rechazado por la oposición. De manera que no es descabellado
pensar que, una vez que la dictadura seleccione interlocutores, estos
sean, de nuevo, descalificados por la oposición cubana, incluyendo el
rechazo de la oposición de Miami.

Ya Guillermo Fariñas había contestado previamente –y sin saberlo–
semejante artículo divisionista. En una de sus declaraciones al llegar
al exilio, Fariñas descalificó la pregunta supuestamente determinante,
al decir que sólo se sentaría en una mesa a negociar, si en esta mesa no
estaba el cardenal Ortega. Aunque no sea del gusto de la dictadura,
conversaciones con la oposición sólo habrá cuando esa oposición elija
libremente sus representantes.

Es una verdadera tristeza iniciar un debate entre opositores por una
razón tan baladí. Sin embargo, la misma razón que tiene una de las 10
personalidades más influyentes de Latinoamérica en 2012, para no dejarse
perdonar la vida por el articulista, lo tienen Guillermo Fariñas y Berta
Soler para no preguntarle a nadie, a quienes tienen que hablarle en Miami.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en
http://www.cubalibredigital.com

http://www.cubanet.org/opiniones/un-articulo-divisionista-en-la-ya-dividida-oposicion-politica-cubana/

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