Trabajador enfermo marginado
Aimée Cabrera
5 de junio de 2013
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Mauricio Morell, trabajador
camagüeyano, escribió a la sección Buzón Abierto del periódico
Trabajadores, y su queja fue publicada el 22 de abril del presente. En
ella daba a conocer que había sido trasladado a otro puesto de trabajo
inferior, por padecer el VIH/sida.
El trabajador se desempeñaba como segundo administrador de una unidad
gastronómica del municipio Guáimaro en Camagüey. Un buen día, con mucha
discreción se le planteó que no podía ocupar ese puesto por su enfermedad.
A partir de ese momento, comenzó como jefe de departamento de recursos
humanos de la Unidad Básica de Gastronomía, cargo en el que estaba
cuando envió su misiva a la sección ya mencionada.
Por una parte, recibió apoyo, como lo fue de la psicóloga del centro
municipal de higiene y epidemiología; pero por otra parte recibió
negativas, como sucedió con el jefe de la Unidad Básica de Gastronomía,
y otros directivos.
Por ser Morell un dirigente, el órgano de justicia laboral de base, le
devolvió su reclamación. Otras negativas de carácter personal
aparecieron durante las gestiones llevadas a cabo por este trabajador
que no tuvo otra alternativa que escribir a Buzón Abierto donde apareció
su situación bajo el título de Un caso bochornoso, del periodista
Francisco Rodríguez.
Una vez que apareció el hecho inexplicable publicado las cosas cambiaron
de manera favorable para Morell, quien estuvo un buen tiempo -desde el
2009- desamparado.
El 6 de mayo el mismo periodista publicó en Buzón "Volverá a su plaza
trabajador con VIH". Una serie de excusas inexcusables fueron expuestas
por quienes en su momento no se solidarizaron con el trabajador y lo
humillaron.
Si bien fue restituido a su plaza anterior, no se explica qué medidas se
tomaron con los implicados en marginar a Morell, cuyas conductas
estuvieron fuera de toda ética profesional, más aún en un país donde el
papel -que todo lo aguanta- muestra frases como que la política del
Estado cubano no discrimina a los enfermos del VIH/sida y los respalda
legal y moralmente.
Persisten aún, sin embargo, quienes campean con su irrespeto a lo
establecido por el Estado, con una prepotencia sin límites. Qué hubiera
sido de Morell si no se hubiera quejado a esa sección del Trabajadores u
otro periódico. Un caso más de arbitrariedad laboral como tantos otros
que ocurren con frecuencia en todo el país.
http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5623
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