Para Santiago, el mismo toque del tambor
Martes, 04 de Junio de 2013 00:03
Escrito por Veizant Boloy González
Cuba actualidad, Boyeros, La Habana, (PD) Entre las muchas mentiras que
he escuchado últimamente, las más repetidas son las relativas a que
"vendrán tiempos mejores".
Muchas definiciones tienen los cubanos sobre lo que es vivir por debajo
del nivel de pobreza. Existe una costumbre para ellos que lo sintetiza,
es lo referente a la condición de una vivienda confortable en Cuba.
Pese a que, para todo cubano significa mucho contar con una vivienda,
hoy son muchos, particularmente en la zona oriental del país, quienes no
tienen un lugar seguro donde vivir.
En tal sentido, en las provincias orientales, la frase "no tengo de qué
quejarme, pues tengo mi casa", ya pertenece al pasado, a pesar de que
muchas de estas casas eran muy humildes y no reunían los requisitos de
habitabilidad exigidos incluso por la Ley General de la Vivienda y otras
disposiciones.
La Comisión de Asentamientos Humanos y la Estrategia Mundial de Vivienda
hasta el Año 2000 en su párrafo 5 define el concepto de "vivienda
adecuada". Significa disponer de un lugar donde poderse aislar si se
desea, espacio adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación
adecuadas, una infraestructura básica adecuada y una situación adecuada
en relación con el trabajo y los servicios básicos.
Principalmente en las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y
Holguín, a finales del año 2012, al menos unas 150 mil viviendas
resultaron dañadas y más de 15 mil se derrumbaron totalmente tras el
paso del huracán Sandy por la isla.
"Aún hay casas sin techos, puertas ni ventanas, centros educativos que
permanecen cerrados por falta de mantenimiento", afirmó María Abreu,
natural de Palma Soriano, unos de los municipios santiagueros más
afectados de la provincia.
"¿Por qué persiste tan grave situación?", se cuestionó Pedro Rodríguez,
quién fue delegado de una circunscripción del municipio Santiago. No
obstante, afirmó que funcionarios del gobierno provincial aseguran
entregar por año cerca de 2 mil casas, esto a pesar de que no falta la
ayuda solidaria de venezolanos y ecuatorianos".
Tras el paso del huracán, cuando visitó las provincias afectadas, Raúl
Castro, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, inspeccionó el
enorme reto que representan las viviendas destruidas, reconociendo que
"es indudable que la solución definitiva requiere años de trabajo".
Los afectados se preguntan en qué se emplean realmente los recursos.
Mientras el fondo habitacional impactado por el huracán sigue sin
solución, hoy la restauración de obras estatales sin ningún valor
social, pero si turísticos, están siendo levantadas en Santiago de Cuba.
"Se están construyendo más sectores policiales, parqueos estatales,
nuevos centros de recreación y turismo", aseguró un vecino de Santiago
de Cuba.
.
Pero no faltan los carnavales, ni las fiestas por la semana de la
cultura, ni la violencia desmedida, situación para la que aparentemente
no hay mejoramiento.
No hay obra social que de alguna forma no les cueste mucho sudor a los
moradores de los destruidos pueblos. Con el instinto de sobrevivir—de
extender un poco más su difícil existencia —, han olvidado su carácter
jovial, los que los volvió los cubanos más alegres y "calientes" de la
isla, pues social y culturalmente siempre fueron los más expresivos.
Provenientes de estas provincias, continúan hombres y mujeres llegando a
la capital. La migración forzosa enriquece el lucrativo negocio de la
prostitución.
Poco ha cambiado en las provincias orientales. Hoy el escenario parece
ser el mismo que en aquellos días tristes que siguieron al paso del
siniestro huracán Sandy.
Para Cuba actualidad: veizant@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/la-consulta/7617-para-santiago-el-mismo-toque-del-tambor.html
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