Ni elefantes, ni osos, ni cebras ni leopardos
Miércoles, Junio 26, 2013 | Por Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org - Los cubanos que éramos niños
en los años 60 teníamos un sitio ideal en el Parque Zoológico de La
Habana, en la avenida 26 del reparto Nuevo Vedado. Allí nos
encantábamos, entre otros, con leones, leopardos, cocodrilos, elefantes,
hipopótamos, osos, cebras, diversas especies de monos, y aves de todo
tipo. No había una jaula vacía.
Por otra parte, la estancia se hacía más agradable debido a un servicio
gastronómico de aceptable calidad, la existencia de bebederos con agua
fría, además de un parque de diversiones que mucho nos gustaba.
Lamentablemente, todo iría cambiando con el tiempo.
La primera señal del descalabro sobrevendría durante el llamado Período
Especial de los años 90, cuando los animales pasaron a un segundo plano
en el interés de los visitantes. Era una etapa en la que todo escaseaba
en Cuba, en especial los alimentos. Las autoridades concentraron en
determinados centros recreativos las pocas golosinas y confituras que
había, y uno de esos centros fue el Parque Zoológico de La Habana. Al
llegar a este lugar, y después del pago de la entrada, cada visitante
recibía un ticket que supuestamente le garantizaba la adquisición
limitada de chucherías. Entonces, casi todo el tiempo en el Zoológico
transcurría en interminables colas para comer; unas colas en las que
debíamos lidiar con un ejército de revendedores, que se las arreglaban
para comprar grandes cantidades de la mercancía. Y mientras tanto, los
pobres animalitos afrontaban la indiferencia de buena parte del público.
Una reciente visita al Parque Zoológico de La Habana nos permitió
constatar la involución total. De inmediato apreciamos la carencia de
animales: dos o tres soñolientos cocodrilos son los únicos pobladores
del enorme estanque que simula la isla de Cuba; no hay elefantes, ni
osos, ni cebras, ni leopardos; apenas queda algún que otro mono, y la
antaño numerosa variedad de aves es solo un triste recuerdo. Por doquier
abundan los espacios donde los hierros retorcidos, la suciedad y el
abandono hacen difícil imaginar que allí hubiera jaulas con ejemplares
que cautivaban a los visitantes. Ningún bebedero funciona, y las ofertas
gastronómicas, estatales, son de la peor calidad.
En conversación sostenida con varios visitantes, casi todos expresaron
que no venían a ver los animales, sino a traer a los niños al parque de
diversiones, y comprar las chucherías de los trabajadores por cuenta
propia. Aunque el parque no posee la variedad de aparatos de antaño,
constituye la única opción de este tipo en toda esa barriada de Nuevo
Vedado. Y en cuanto a los cuentapropistas radicados allí (innegable
superioridad a las cafeterías estatales), sus precios no siempre son
asequibles a todos los bolsillos, sobre todo si la familia acude con más
de un menor.
Las autoridades podrían justificar esta escasez de animales argumentando
que muchos ejemplares fueron a parar al Zoológico Nacional, ubicado en
las afueras de La Habana. De ser así, igualmente quedarían fuera del
alcance del gran público, pues dados los problemas con el transporte en
la capital, al ciudadano promedio le resulta difícil llegar a verlos.
Nos toca a los padres y abuelos contarles a las nuevas generaciones lo
que fue en su momento de esplendor el Parque Zoológico de la avenida 26.
O sea, montarlos en la máquina del tiempo.
Source: "Ni elefantes, ni osos, ni cebras ni leopardos | Cubanet" -
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