Internet en Cuba para los nuevos ricos y la disidencia
junio 6, 2013
Por Pedro Campos
HAVANA TIMES — A bombo y platillo, con mucha fanfarria, el gobierno
cubano ha anunciado que amplía el acceso a internet con la apertura de
118 salas de navegación en todo el país y el costo de la hora reducido a
4.50 CUC (5.20 usd). Deja bien establecido: no existe por ahora ningún
plan para llevar internet a las casas de los cubanos.
El tema ha sido tratado ya por varios analistas y periodistas. Me
referiré a algunas aristas que me parecen de la mayor importancia.
Sin duda se trata de una ampliación del servicio y hasta de una
reducción del costo. Y es verdad, como dice mi compañero Félix Sautié,
que por algo había que empezar. Constituye otro pequeño, pequeñísimo
paso del actual gobierno con muchas pausas, eso sí, sin ninguna prisa
sobre todo, en la eliminación de las absurdas regulaciones y
prohibiciones impuestas al pueblo cubano en nombre del "socialismo y la
lucha contra el imperialismo".
Habrá que reconocer a Raúl Castro que desmontó total o parcialmente
parte de las absurdas regulaciones impuestas durante el gobierno de su
hermano, donde él siempre fue segundo.
Pero por eliminar quedan las más importantes restricciones y
prohibiciones a los derechos ciudadanos, a la libertad de expresión y
asociación, a la libre y democrática elección, a la posibilidad de
asociarse libremente para producir y la eliminación de los absurdos
monopolios del estado en la economía, la política, la prensa y otros.
Y es que tantas y tan grotescas barbaridades se han hecho en nombre del
"socialismo", que cualquier cosita que haga el gobierno del General Raúl
Castro, podría parecer que se está realizando una gran apertura.
Pero sería bastante iluso el pretender que el impacto de esta ampliación
tendrá algún significado beneficiosos para las amplias mayorías del
pueblo, porque el cubano promedio no podrá pagar 4.50 CUC (5.20 Dólares)
la hora de Internet, cuando su salario promedio es de apenas 20 dólares
mensuales.
Las medidas del gobierno del capitalismo de estado, más interesado en
obtener réditos económicos que en eliminar restricciones al pueblo,
benefician principalmente a los que pueden pagar los altos precios que
ofrece el aparato económico monopolista del gobierno, como los nuevos
ricos que ha generado la corrupción estatal y la explotación de
trabajadores asalariados en la ciudad y el campo, así como los que
reciben considerables remesas del exterior.
Con ésta, como con muchas de las otras insuficientes medidas
gubernamentales, los beneficiados serán unos pocos y en el orden
político, los que mejor saldrán serán los que siempre han podido usar
internet desde los hoteles.
Aquí vemos de una manera muy concreta, lo que se reconoce por muchos:
los extremos se confunden y ayudan. ¿Quiénes se beneficiarán,
fundamentalmente, de esta ampliación de Internet?
Pues además de los nuevos ricos, nada más y nada menos que los
disidentes que reciben ayuda del exterior para promocionar en Cuba y
fuera del país sus programas políticos.
De manera que puede aseverarse categóricamente, que el gobierno del
capitalismo de estado cubano ha ampliado Internet para los nuevos ricos
y para… la disidencia. Bueno, algo consiguieron los disidentes en sus
recientes giras.
¿Un contrasentido? No. Cómo lo que importa es ingresar dinero a las
arcas del estado, da lo mismo vender mansiones a los millonarios
norteamericanos, que hacerles atracaderos para yates y campos de golf,
que posibilitar o facilitar más acceso a internet a la disidencia que
tanto combate; pero aquí privilegia.
Y claro, no es que moleste que la disidencia pueda acceder más a
Internet, -ojalá todos pudiéramos por igual- es que se trata de una
muestra más del carácter corrupto y corruptor del modelo estatalista, de
su doblez.
El bloqueo y las agresiones imperialistas los convirtió en justificación
de su desastre económico y explicación a sus medidas de total control
político interno; la emigración la transformó en negocio, fuente de
ingresos (remesas, viajes, turismo, altos costos de trámites); y ahora
–al parecer- también se interesa en que, parte de los millones de la NED
destinados a financiar la disidencia interna, termine en las arcas del
gobierno por esta vía.
A eso conduce, por el momento, el pragmatismo del estado.
El destacado periodista de la TV cubana Reynaldo Taladrid recomienda que
para encontrar los caminos de la ultraderecha reaccionaria en Miami se
ha de seguir "tras la huella del dinero". Ahora, si seguimos esas
huellas, pues pronto podríamos tropezarnos con una sorpresa…
Ni los trabajadores, ni el pueblo de a pié, ni la izquierda socialista y
democrática, reciben ningún beneficio de esta "ampliación". Seguimos y
seguiremos demandando internet libre y a precios accesibles para todos.
—–
Pedro Campos: pedrocampos313@yahoo.es
http://www.havanatimes.org/sp/?p=86338
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