11 de junio de 2013

El dinero que las FARC lavó en Cuba

El dinero que las FARC lavó en Cuba

Una parte significativa de los 2 mil millones de las FARC está lavada,
enjuagada y bien planchada en la compra de modernos equipos y
sofisticado instrumental que da servicio humanitario en hospitales como
el CIMEQ, o la clínica Cira García
Juan Juan Almeida
junio 10, 2013

El pasado 26 de mayo, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, se
dio a conocer que las partes involucradas en el diálogo de paz entre el
Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, habían logrado un
acuerdo sobre la cuestión agraria. Primer punto analizado de los cinco
que se negociarán.

La tierra y su uso es una porción, nada desestimable de las causas
fundamentales de un conflicto que ha sumado muchas víctimas. De manera
que, en teoría, y según el documento, el acuerdo podría traer el tan
añorado inicio de un nuevo ciclo de transformaciones para la realidad
rural y agraria de Colombia.

El anuncio de este pacto fue aplaudido y testificado por los
representantes de Cuba y Noruega, como países garantes; más Venezuela y
Chile, como acompañantes. Lo irregular en todo esto es que ninguno de
los implicados aclaró que uno de los principios del referido proceso de
paz expone de forma rotunda "Nada estará acordado hasta que todo esté
acordado", lo que es igual a decir "No hay nada acordado".

Así cerró, echando mano de esta discreta manipulación semántica, el
noveno período de un proceso de conversaciones que continuará mañana
martes 11 de junio, y en el que se debatirá el pollo del arroz con
pollo, la participación de las FARC en la vida política colombiana.
Manera muy ingeniosa de rebautizar a esta banda de excéntricos
inadaptados e iconoclastas, que desean verse convertidos en auténticos
actores de paz o en admiradas luminarias que intentando escapar de la
cárcel (lugar donde deberían estar) lograron firman un acuerdo para
ingresar al Congreso.

En fin, siempre hay algo que sacrificar. Entiendo que cuando se va a
negociar y se lucha por obtener beneficios mutuos y resultados
convenientes para la tranquilidad nacional, suele ser lucrativo aceptar
que ciertos valores ilegítimos triunfen por sobre algunos principios
éticos, morales y hasta democráticos.

Eso lo entendió muy bien la delegación cubana que, inspirada en el viejo
cuento de besar la rana, hace rato le apostó al posible milagro de que
un día estos obscenos guajacones (delincuentes guerrilleros) se
conviertan en bellas princesas, honorables funcionarios, en útiles
parlamentarios o encopetados mandatarios.

El gobierno de La Habana, revolcándose en todo esto, no solamente
persigue publicitarse como paladín de la paz regional, también pretende
lucrar con la ingenuidad de algunas voces democráticas que claman por la
pronta solución de un conflicto dilatado, y lo último y más importante,
ganar mucho dinero.

Sí, leyó bien, mucho dinero. Una parte significativa de los 2 mil
millones de dólares que las FARC obtuvo realizando operaciones
"nomológicas o nomotéticas" como el secuestro y el narcotráfico, se
encuentran hoy a buen recaudo y reportando excelentes ingresos. Está
lavada, enjuagada y bien planchada en la compra de modernos equipos y
sofisticado instrumental que da servicio humanitario en hospitales como
el CIMEQ, o la clínica Cira García, también se han invertido como parte
del aporte cubano a los join ventures que nuestra isla mantiene con
consorcios industriales y grandes grupos hoteleros radicados dentro y
fuera de Cuba.

Nada, que a diferencia del escritor y aviador francés Antoine de
Saint-Exupéry, autor del Principito, para el avieso gobierno
revolucionario lo esencial no es invisible a los ojos, es el cash.

Juan Juan Almeida

http://www.martinoticias.com/content/article/23296.html

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