6 de junio de 2013

Cuba la alianza de los peores

Cuba: la alianza de los peores

Cuba y Bielorrusia, La Habana y Minsk, son aliados en lo comercial y
también en lo político, como se ha visto esta semana en Ginebra.
Joan Antoni Guerrero Vall
junio 06, 2013

Hace pocos días se conocía la noticia de que el régimen cubano estaba en
vías de alzar otro negocio, esta vez de elevadores, con uno de esos
países en los que los derechos humanos, en su larga extensión, no son
más que las normas que el gobierno se empeña en violar constantemente.
Cuba y Bielorrusia, La Habana y Minsk, son aliados en lo comercial y
también en lo político, como se ha visto esta semana en Ginebra en el
marco de la vigésima tercera sesión del consejo de los derechos humanos
de la ONU.

En esta sesión se discutió el informe referente a Bielorrusia en el que,
por supuesto, los tejemanejes de Alexander Lukashenko no han contribuido
mucho a la hora de obtener un saldo positivo en la cuenta referente al
respeto de los derechos humanos en ese país que se ancló en la era
soviética y que mantiene el KGB activo, bien engrasado y actuando contra
opositores que son todavía hoy perseguidos, acosados, detenidos,
encarcelados, juzgados sin garantías y torturados. Todo esto lo
corroboran sus denuncias.

Por supuesto que el régimen de Minsk no reconoce para nada este último
informe que, entre otros aspectos, resaltó que, si bien los derechos
humanos están reconocidos constitucionalmente, no hay un respeto
efectivo, y una de las causas para que esto pueda ser es precisamente la
inexistencia de un contrapoder que pueda chequear y ejercer el control
sobre el gobierno. Tal y como sucede en Cuba, el gobierno se arroga la
representación de todos los ciudadanos de la nación, que apenas tienen
acceso a información alternativa a la que procura el régimen a través de
sus medios. Los bielorrusos viven hoy aislados y con escaso contacto con
sus vecinos de la Unión Europea (UE) y su presidente hace gala de ser un
personaje feliz de que lo consideren como un dictador. De hecho, entre
sus declaraciones de antología están aquellas en las que aseguró que era
mejor "ser dictador que ser homosexual". Está claro que no hay ningún
miramiento hacia las minorías sexuales, y así lo especifica también el
informe de la ONU.

Como es habitual en estos casos, y siguiendo el mismo patrón "cubano",
los representantes bielorrusos en la sesión de Ginebra tiraron balones
fuera y señalaron que el país no necesita que ningún relator de derechos
humanos le cuente los problemas que tienen. Luego hicieron referencia a
la violación de los derechos humanos en la Unión Europea en cuanto al
trato de los inmigrantes e hicieron mención al caso de Julian Assange
considerándolo víctima de una persecución política por la revelación de
cables diplomáticos a través de WikiLeaks.

Durante la sesión de la ONU en Ginebra, a favor de Bielorrusia hablaron,
entre otros, representantes de Rusia, China, Corea del Norte,
Kazajastán, Azerbayán, Venezuela, Cuba, Turkmenistán, Indonesia,
Zimbabwe, Myanmar, Líbano, Uzbekistán, Marruecos, Palestina, Bahrain,
Bolivia, Laos y Vietnam.

En su intervención, la embajadora cubana en Ginebra, Anayansi Rodríguez,
alzó contra el informe sobre la situación de los derechos humanos en
Bielorrusia y dijo que el consejo de los derechos humanos de la ONU es
un instrumento decidido a actuar "contra los países en desarrollo" por
"claras motivaciones políticas" y, según ella, "sin una genuina
preocupación por la situación de los derechos humanos de los países que
trate".

La representante del régimen de La Habana considera, además, que algunos
estados, en general todos los del mundo occidental, están "empeñados" en
mantener una posición beligerante con el gobierno de Lukashenko y
lamentó que no se tome en consideración la información que suministra
este mismo gobierno. En semejantes términos habló luego el representante
de Corea del Norte, que consideró que la información usada para
describir la situación en Bielorrusia está "distorsionada".

En contraste, el representante por parte de España, Luis Ángel Redondo,
mostró su preocupación por la aplicación de la pena de muerte, el
encarcelamiento de opositores, activistas y defensores de derechos
humanos, así como las torturas. Recordó que en Bielorrusia no se informa
ni al condenado ni a sus familias de la fecha de ejecución y, una vez
ejecutados, los cuerpos permanecen en paradero desconocido.

http://www.martinoticias.com/content/cuba-alianza-relaciones-habana-/23202.html

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