1 de junio de 2013

Cuba, en la prehistoria de Internet

Cuba, en la prehistoria de Internet
Joan Antoni Guerrero Vall
mayo 30, 2013

Dicen que el gobierno cubano "ha ampliado" el acceso a internet. Pero
más bien, y siendo muy optimistas, no es que Cuba haya aterrizado por
fin en la era de la información, es que ni tan siquiera ha empezado a
despegar, ni tampoco ha llegado a la terminal.

El anuncio de la apertura de 118 salas, con 334 equipos, que el régimen
pondrá a disposición de una minoría del pueblo, a precios que pocos
pueden pagar -a no ser que renuncien a un plato (o dos) de comida-, no
es más que una nueva maniobra de los que no dejan el poder ni a tiros
para seguir ganando tiempo, un tiempo que ni ellos mismos saben para qué
lo necesitan. Lo que sí es seguro es que todo el tiempo que ellos ganan
lo pierde el pueblo cubano, y lo que es peor, sus nuevas generaciones.

Se ha dicho en otras ocasiones, y hay que insistir, la Revolución cubana
no está preparada para la web 2.0 porque jamás fue concebida bajo estos
parámetros en los que la civilización humana se está adentrando desde
hace algunos años. Vamos hacia un mundo de organización horizontal y en
Cuba todavía creen en los pedestales y la glorificación de comandantes
en jefe y líderes supremos, el jardín de esculturas. Esto está
totalmente demodé, pero en La Habana todavía no han tomado nota.

La apuesta por la Revolución cubana ya no es solo la apuesta por un
sistema económico alternativo (fallido e ineficiente) sino también una
apuesta por mantenerse al margen de la civilización. ¿Hipérbole? No,
descripción fiel y exacta de la situación. Con esta resistencia a
Internet diríamos que el próximo proyecto del régimen castrista es ver
cómo un ser humano puede vivir sin su dimensión digital, aquella a la
que todos, poco a poco, nos vamos acostumbrando.

Las excusas para ofrecer el servicio de Internet en los domicilios
particulares, básicamente en base al embargo comercial de Estados
Unidos, resultan risibles y poco creíbles, al estar ya operativo el
cable de fibra óptica que llega de Venezuela. Asimismo, las promesas del
régimen sobre la implementación del Wi Fi y de la conexión doméstica sin
intervención institucional siguen posponiéndose a un futuro y
condicionadas a una mejoría económica en la Isla. Siendo así, si se
espera una recuperación de las financias estatales, habrá que esperar al
año 5020 para que este sueño se haga, finalmente, realidad.

Por otro lado, en todo el mundo se observan las ventajas de una sociedad
interconectada para el desarrollo económico. No solo por ser un elemento
que dinamiza la economía, sino también porque contribuye a llevar a cabo
políticas que suponen un ahorro para los gobiernos y para los
ciudadanos. El régimen cubano no está dispuesto a explorar este filón
porque en paralelo tiene que asimilar una apertura que pone en riesgo
sus fundamentos, basados en el control y en mantener a la población
maniatada y con la boca cerrada.

A la noticia de la apertura de los cibercafés, que dispondrán de una
conexión a una intranet nacional con contenidos dispuestos a
conveniencia por el propio gobierno, se le tiene que sumar la opinión de
un bloguero oficialista que acaba de pedir a las autoridades una Ley de
Medios para regular las opiniones que puedan aparecer en un Internet más
difícil de controlar. Asegura el joven bloguero Osmany Sánchez que es
preciso evitar que se pueda "afectar a la imagen del país y del sistema"
mediante la publicación más libre en la red. Realmente resulta
paradójico que, precisamente desde el ámbito del periodismo, se hagan
demandas de este tipo. Quien afecta negativamente la imagen de un país
no serán en todo caso los ciudadanos que denuncian los desmanes de un
gobierno, con la intensidad y fuerza que consideren oportunos, esa mala
imagen en todo caso se la procuran los gobernantes y las autoridades al
hacer mal su trabajo.

Por alguna razón el esquema mental de algunos cubanos en la Isla todavía
no acaba de entender este concepto, que encaja más en una sociedad libre
y democrática, en la que no se exige al ciudadano que se cuadre frente a
sus gobiernos, sino que tiene la libertad de criticarlos ya sea en el
espacio público físico como virtual. Hasta que no acepten esta premisa
Cuba no va a poder cambiar de ninguna de las maneras. Y así ellos
seguirán ganando tiempo para hacérselo perder a todos los demás con el
mantenimiento de un sistema que no avanza y que se mantiene así
suspendido en el aire y el tiempo, con todas sus penurias y miserias
intactas.

http://www.martinoticias.com/content/cuba-internet-sitios-joan-antoni-/23000.html

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