Amazonas del Caribe
[23-05-2013]
Aimee Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- La vida es como las modas que vuelven cada
cierto período, gusten o no. Las Amazonas eran, según la mitología
griega, mujeres orgullosas de vivir solas, fueron además las guerreras
que asaltaron diversas zonas ubicadas en el Asia Menor.
Algunas como Pentesilea participó en la Guerra de Troya, y su hermana
Hipólita poseía el cinturón cuya magia está narrada en uno de los Doce
Trabajos de Hércules. Estas mujeres bellas, valientes e inteligentes
vivían en una localidad ubicada en Sarmacia.
En este Milenio y en la Isla de Cuba, bastante distante de esa geografía
donde surgieron los bellos relatos mitológicos, hay una cifra bastante
destacada de mujeres que, por distintos motivos están solas.
Basta asistir a lugares de esparcimiento para notar como en pareja o
grupos tratan de pasarla lo mejor posible. Si el lugar lo permite van
con niños o adolescentes, si es solo para adultos buscan compañía en
amigas o hermanas con las que bailan, beben un trago, o asisten al cine
o al teatro.
Hombres hay en Cuba pero muy pocos. Diferentes períodos de la Cuba
revolucionaria han desatado el exilio masivo en el cual ha predominado
la figura masculina, sin olvidar las guerras en las que, de manera
obligatoria perdieron la vida.
"Yo tuve mis dos hijos con mi segundo matrimonio. Nos divorciamos cuando
los muchachos estaban en la adolescencia. Fue traumático para mis hijos
pero él me engañaba con una compañera de trabajo y me humilló. Nosotros
nos llevamos bien porque es muy buen padre pero el hombre de mi vida fue
mi primer novio y marido que murió en una misión en África, nunca lo
olvidé"- recuerda una mujer recién jubilada.
Ella y sus hermanas se reúnen en una de sus viviendas y pasan los fines
de semana, o van de paseo a los lugares que más les gustan como peñas de
boleros, excursiones a la playa o de vez en cuando irse de tiendas,
ahora que sus hijos adultos les envían dinero desde el exterior.
No se puede generalizar porque en la calle se ven parejas de todas las
edades aunque las mujeres en el rango de entre los cincuenta y los
setenta son las más afectadas por la soledad, o "la pareja a medias" que
no es más que encontrar un amigo de juerga, ser amante, o compartir a su
media naranja.
Las jóvenes llenas de sueños de bodas, estabilidades y ser "hueso viejo"
con el gran amor de sus vidas, vieron frustrado su empeño sobre todo en
la década del 70 del Siglo pasado, aunque las misiones bélicas existían
desde los 60 y se extendieron hasta los 80, donde perder la vida por el
internacionalismo proletario era un mérito.
Otros hombres fueron más afortunados y cursaron estudios o se
desempeñaron en trabajos fuera del país. En otras tierras con mejores
posibilidades económicas decidieron escoger a sus esposas, dejando
muchos a sus novias estables en Cuba, por vivir agregadas con los padres
o apenas tener ropas que ponerse: había que amar mucho para regresar.
En el grupo de los osados estaban los que se arriesgaron a montarse en
una embarcación mal hecha y llegar a La Tierra Prometida; intento que ha
costado miles de vidas desaparecidas por las inclemencias del mar, el
sol y la fauna marina. Los que logran su objetivo no siempre pueden
buscar a su mujer que, aunque reciba ayuda económica se queda solo con
las migajas.
Cuando el Período Especial los instruidos o pícaros gigolós huyeron del
desastre económico con la primera extranjera que se les apareció. No
importaba si era fea o podía ser su abuela, el caso era irse y poder
sacar a la familia bajo los impedimentos satánicos creados por la
minoría que no suelta las riendas.
Así, la vida para la mujer cubana está falta de estimulaciones. Si
trabaja vive la inseguridad de perder su empleo, de ser sancionada, de
no poder adquirir una dádiva irrisoria que le corresponde de vez en cuando.
Si es ama de casa o realiza su trabajo de forma privada también está
insegura porque por más que se esfuerce lo que recibe no alcanza.
Impuestos, alimentos, y todo lo necesario son caros. Las que se
acostumbraron a ser organizadas y planificar sus gastos sufren además de
las carencias el dolor de llegar al hogar y verse solas.
La Amazona cubana es guerrera a su manera. Ella entre risas e
impulsividades se las arregla para "inventar" qué comer, reforma la ropa
y lleva el calzado al zapatero que sabe su oficio, y se va a la calle,
hermosa y provocativa, con su hermana, con su amiga o sola siendo capaz
de reír o, contestar zalamera un piropo y seguir por la vida, con su
propia guerra a cuestas.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/519e16c93a682e0ae43de223#.UZ4jzcr87To
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