Agua gracias a "la gente de los derechos humanos"

Agua gracias a "la gente de los derechos humanos"
Jueves, 23 de Mayo de 2013 11:25
Escrito por Veizant Boloy González

Cuba actualidad, Boyeros, La Habana, (PD) El régimen cubano al parecer
quiere evitar toda manifestación popular por parte de los movimientos
defensores de los derechos humanos. Algunos piensan que es por cautela,
luego del reciente Exámen Periódico Universal del pasado primero de Mayo.

Por el empeoramiento de la situación económica-social que presentan la
mayoría de las barriadas habaneras, un movimiento social acompañado de
protestas en la población agudizaría la crisis política del sistema.

Para algunos lo sucedido en la oriental provincia de Santiago de Cuba
con el movimiento opositor Unión Nacional Patriótica de Cuba, UNPACU,
fue un ejemplo. Las autoridades cedieron-en contra de su voluntad- por
la firmeza de los huelguistas.

La perseverancia y la unidad puede ser la clave para la victoria en
muchos casos.

Algo similar sucedió con la opositora Comisión de Ayuda a los Presos
Políticos y a sus Familiares (CAPPF), del municipio San Miguel del
padrón, y su líder Andrés Pérez Suárez.

El lunes 13 de mayo se cumplieron diez días sin agua en el reparto María
Luisa, en Diezmero.

Pérez Suarez en más de una ocasión se dirigió al gobierno y se quejó
ante María, la delegada de la circunscripción. Según Pérez Suárez, ésta
le dijo que gestionar agua para los vecinos no estaba dentro de sus
funciones.

Algunos residentes de la zona comenzaron a quejarse a las instituciones
sin lograr una respuesta efectiva. Fue entonces cuando Pérez Suarez
decidió reunir a más de una veintena de personas, llamó al Partido
Comunista y al gobierno municipal para exigir que se diera solución
inmediata. Advirtieron que si no se resolvía el problema, inundaría las
calles de carteles antigubernamentales.

A la hora se presentó en su casa Rafael González, el jefe de la Empresa
de Acueducto, Alcantarillado y Servicios de Aguas por cisternas del Este
(EAAE), manifestándole que no era necesario tomar decisiones drásticas
que no le convenían a ninguna de las partes.

González trajo consigo seis pipas para repartirles agua a los habitantes
del barrio y responsabilizó a Pérez Suarez para cumplir la tarea.

La delegada María, molesta, advirtió a los factores y vecinos de la zona
que se trataba de una gestión de un movimiento de los derechos humanos y
que había que tomar cartas en el asunto.

Algunos vecinos prefirieron no bañarse y se negaron a recibir agua por
tal razón. No obstante, otros se sintieron agradecidos a "la gente de
los derechos humanos" por tan noble gesto.

Para Cuba actualidad: veizant.@gmail.com

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