Cuba restringe la cobertura de la visita del espía condenado en EEUU
Por Carlos Batista
Pese a que la isla mantiene una constante campaña a favor de sus agentes
presos en Miami, la prensa se limitó a divulgar un escueto parte
oficial. Piden que La Habana acepte un pedido similar de Alan Gross
Los dos diarios de alcance nacional, Granma y Juventud Rebelde,
publicaron la noticia en primera plana bajo un mismo titular, "Llegó
René a la Patria", pero se limitaron a dar cuenta de una "Nota
Informativa" que dio el Gobierno el viernes, cuando el espía llegó a
Cuba. Toda la prensa en la isla está bajo control estatal. La televisión
y los blog oficialistas como Cubadebate, que habitualmente acompañan sus
noticias con fotos, videos y comentarios, se limitaron también a
reproducir el comunicado.
González, en libertad supervisada en los Estados Unidos desde octubre
tras estar preso 13 años condenado por espionaje, llegó el viernes a
Cuba con un permiso de la Justicia de ese país para visitar durante dos
semanas a su hermano Roberto, gravemente enfermo de cáncer.
La visita se produce después que la jueza federal de la corte de Miami,
Joan Lenard, otorgó un permiso a González el 19 de marzo, una semana
después de que el Departamento de Justicia se opusiera formalmente a la
petición del agente.
Durante su estancia en la isla, el agente debe entregar el itinerario
detallado del viaje, su localización en Cuba e información de contacto
en el país, así como mantener comunicación telefónica sistemática con su
oficial probatorio en los Estados Unidos.
"Pese a las condiciones impuestas, nuestro pueblo, con hondo respeto, le
da la bienvenida a la Patria a nuestro querido René y no ceja en la
lucha por su regreso definitivo junto a sus cuatro entrañables
hermanos", precisó la Nota gubernamental.
González, de 55 años, detenido en los Estados Unidos en 1998 junto a
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González
y todos condenados en 2001 a largas penas de cárcel por espionaje, son
considerados en la isla como "héroes antiterroristas" que vigilaban a
los grupos anticastristas asentados en Miami.
Dos académicos cubanos, de posiciones cercanas al Gobierno, consideraron
que la autorización de la visita es un gesto de flexibilidad de la
administración del presidente Barack Obama hacia Cuba.
"En cierto modo lo es, en la medida en que ellos habían mantenido una
posición recalcitrante en ese sentido, pero no tenemos que tomarlo como
una cosa general, sino como algo muy concreto", dijo a la AFP Esteban
Morales, quien dirigió por años el Centro de Estudios de los Estados
Unidos de la Universidad de La Habana. No obstante, resaltó que el gesto
se produce en una coyuntura "no favorable" para el titular de la Casa
Blanca, Barack Obama, quien se encuentra en medio de una difícil campaña
electoral.
Carlos Alzugaray, también vinculado a la Universidad de la Habana, dijo
a la AFP que "sin duda" el permiso concedido a González para viajar a la
isla es un gesto hacia Cuba, que acompaña a otros recientes, aunque
consideró que todavía son "insuficientes". "Sacar a Cuba de la lista de
Estados terroristas sería una posición clara de buscar un acercamiento a
Cuba" por parte de Washington, enfatizó.
El caso Gross
La visita de González pone el asunto en la cancha cubana, pues el
presidente Raúl Castro debe pronunciarse sobre un pedido similar de la
esposa del contratista norteamericano Alan Gross, de 62 años, condenado
en 2011 a 15 años de prisión en Cuba por "actos contra la independencia
o la integridad" y cuya libertad exige Washington.
La madre de Gross, que cumple 90 años el 15 de abril, sufre de cáncer de
pulmón y su condición ha empeorado, según se afirma en la petición
elevada a Raúl Castro por Judy Gross, esposa del contratista preso.
"Ruego que el presidente Raúl Castro abra su corazón para corresponder
el gesto de ñps Estados Unidos y nos dé una respuesta positiva", reiteró
Gross en un comunicado enviado a la AFP el viernes.
Interrogado por la AFP, el ex preso político Oscar Espinosa Chepe dijo
que una autorización a Gross para viajar a los Estados Unidos sería "un
gesto humanitario muy bonito", tras la visita del Papa Benedicto XVI a
la isla, y es "lo mínimo que pueden hacer las autoridades cubanas". Y
acotó: "Eso ayudaría a crear un ambiente más relajado interna y
externamente" y a "mejorar las relaciones" con Washington
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