Juan Gonzalez Febles
Lawton, La Habana, 26 de julio de 2011, (PD) El rotativo oficial Granma,
el mismo que en ocasiones es autorizado a informar y es, órgano oficial
del partido único y gobernante, publica en su edición del 14 de julio un
trabajo firmado por el periodista oficial, Pedro de La Hoz.
El trabajo se titula 'Cuánto puede aportar la sociedad civil socialista
a la cultura' y vuelve sobre las recalificaciones y las trampas
semánticas de un régimen negado a ceder el espacio político a ciudadanos
a los que se resiste a considerar como tales. En Cuba la igualdad ante
la ley es un sofisma. Existe un entramado cuasi legal que penaliza la
disensión y coloca aún más en un limbo ambiguo e incierto el respeto a
derechos ciudadanos inexistentes en la práctica.
La tendencia de convoyar el comodín socialista o revolucionario a
términos tales como legalidad, moral, justicia o simplemente valores,
pone de manifiesto la intención fallida de aportar justificaciones
éticas y hasta académicas para el agujero negro que se tragó la riqueza
y los valores de la nación cubana.
De la Hoz en su trabajo cita a tres instituciones del gobierno con
plantilla, presupuesto y planes aprobados por el "más alto nivel de
dirección política del país", como organizaciones no gubernamentales
(ONG) en el ejercicio de mendacidad política y periodística más patético
del mundo civilizado.
Ni la Fundación Nicolás Guillén, Alejo Carpentier o Fernando Ortiz, son
instituciones tan siquiera autónomas, de las políticas y lineamientos
dictados por la élite político-militar senil que determina el destino de
todo en Cuba. La sociedad civil por definición no es socialista,
capitalista, verde o azul. Es simplemente sociedad civil y para los
efectos de la represión institucionalizada, recibe las respuestas pre
concebidas para su aplicación sobre cada uno de sus miembros o sobre
cada individuo que se sale del redil o el corral político que pastorea
diligente la policía de Seguridad del Estado.
Cualquier persona que asuma un pensamiento libre y ose proclamarlo,
atenta contra la sui generis legalidad, apellidada 'socialista'. Esta
supuesta legalidad, está concebida para lesionar los derechos
consagrados para cada ser humano por la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Entonces, agregar el comodín socialista a temas tales
como moral, legalidad, etc., prostituye la esencia de cada uno de esos
términos, que dejan de ser lo que son, en una trasmutación viciosa que
no conduce a parte alguna.
Las ideas socialistas que en todas sus variantes a la izquierda o la
derecha, no han traído sino dolor y calamidades a la humanidad crédula
que les dio acogida, parecen ser el comodín justificativo para la
dictadura más añeja e incompetente de todos los tiempos. Socialistas
fueron en su momento Hitler y Mussolini y socialismo con apellido
científico, la muleta política que calzó las atrocidades de Stalin, sus
sucesores y también su antecesor.
El servicio que el asalariado por el partido comunista, De la Hoz presta
a la dictadura de los ancianos, adolece de una falla estructural que lo
inhabilita. Ni el amor, ni el odio, ni la legalidad, ni la moral son,
han sido nunca socialistas o revolucionarias. Los valores y las
categorías del espíritu existen más allá del delirio de una élite o el
compromiso de plumas tarifadas.
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/1847-sociedad-civil-isocialista
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