27 de julio de 2011

Corredores de casas

Sociedad

Corredores de casas
Iván García
La Habana 27-07-2011 - 10:39 am.

Sobornan a funcionarios y burlan la ley, pero con una comisión del 10%
ayudan a muchos a resolver sus problemas de vivienda.

Dos veces ha visitado la cárcel, tres ha sido procesado por peligrosidad
delictiva. Hombre terco como pocos, Genovevo, 58 años, es historia viva
en el negocio de permutas y compra y venta de casas.

"La venta o adquisición de viviendas era algo prohibido por las leyes.
Pero la gente con dinero en la Isla o los extranjeros casados con
cubanas hacen lo posible por comprarse una casa. He ahí donde aparezco
yo. Tengo buenos contactos en la dirección de Viviendas, el más corrupto
de los organismos aquí, y gestiono todo el papeleo. Además, soy un tipo
de fiar", dice Genovevo.

El problema de la vivienda en Cuba es complejo. El 85% de los ciudadanos
son propietarios de sus casas. Pero el Estado les prohíbe venderlas. Y
en caso de emigrar y no tener inscripto a ningún pariente en el título
de propiedad, el gobierno la confisca.

Así viene sucediendo hasta ahora. Pero Raúl Castro ha prometido que las
cosas van a cambiar. En el VI Congreso del Partido Comunista se autorizó
la compra y venta de casas; también se piensa abolir una serie de
trámites burocráticos referentes a las permutas.

Aunque todo marcha a paso de tortuga. Y, pese a que muchas personas
están deseosas de adquirir o vender sus casas, funcionarios del Estado
aseguran que todavía no se ha dado luz verde.

Luisa, 34 años, casada con un italiano, ya tiene todo arreglado para
comprar una casa. Está esperando el permiso del gobierno. "Me han dicho
que en julio, cuando se celebren las sesiones del parlamento, se
ratificarán dichas medidas. Mientras, no se podrá vender o comprar
casas", señala en las inmediaciones del Instituto de la Vivienda.

Sin embargo, gente como Genovevo no es de los que se frenan por
prohibiciones gubernamentales. "Ahora es cuando más trabajo tengo. Todo
el que desea adquirir una vivienda está desesperado por pescar algo. El
mercado habanero de casas anda muy movido. La gente sabe que cuando se
legalice la compra-venta, los precios podrían duplicarse. Si hoy un
apartamento vale 15.000 dólares, el día después que se autorice costara
30.000. Y una residencia igual, dependiendo del barrio; si ahora cuesta
40 mil, no dudo que alcance los 80 o 90.000 dólares", asegura quien se
considera voz autorizada en el tema.

Es cierto. Ahora mismo en La Habana, un coche con 60 años de antigüedad,
en buen estado, cuesta más caro que un apartamento. Según los corredores
de viviendas, esa tendencia se va revertir.

"En ningún lugar del mundo un carro vale más que una casa. Sucede que
Cuba es un país extraño, donde lo anormal es normal y viceversa. Todo el
que desea comprar casa está desesperado. Sabe que las propiedades van a
encarecerse, igual que los terrenos. Mira tú, siempre estamos a
contracorriente, los precios de las viviendas se desploman en Estados
Unidos y aquí van a crecer meteóricamente", precisa Susana, reconocida
corredora de ventas de casas.

Más allá, permutar la casa en Cuba también suele ser complicado. Debido
a un grupo de regulaciones absurdas, una persona tiene que atestiguar o
justificar por qué desea cambiar un apartamento de tres cuartos por una
casa con garaje y cinco habitaciones. Los funcionarios estatales,
malandrines de marca mayor, se huelen que hay dinero por debajo de la
mesa y comienzan a asediar o entorpecer la permuta en pos de obtener una
tajada.

"Cuando una familia mejora, es decir, cuando permuta su casa por una
superior y de más metros cuadrados, siempre hay dinero por medio. Si no
'cuadran la caja' con inspectores de Vivienda, la permuta no procede. Te
lo dice alguien que ha hecho mucho dinero en ese negocio", señala
Esther, exfuncionaria que gracias a su cargo pudo hacerse de los dólares
suficientes para conseguir una residencia en un buen barrio y comprarse
un BMW de tercera mano en 25.000 pesos convertibles (30.000 dólares).

Los corredores de permutas y casas suelen cobrar el 10% del dinero que
se mueve en cada gestión. A veces más. Genovevo, un as del giro, ha
cerrado negocios con ganancias de 10.000 dólares. Y aunque lo han
pillado dos veces infringiendo la ley y lo han puesto tras las rejas, el
dinero y sus influencias le han valido para salir en libertad
condicional antes del año.

Ahora vive en un piso amueblado con gusto donde destaca un enorme
televisor de plasma de 52 pulgadas. A sus tres hijos les ha negociado
buenas casas. Tiene dinero para ciertos lujos. "Nada del otro mundo.
Comer mariscos en el Barrio Chino y ocasionalmente acostarme con alguna
prostituta. Lo que más me gusta es salir a pescar los fines de semana. Y
la única manera de conseguir dinero y sentirme un tipo realizado es
siendo corredor de casas", subraya mientras se bebe un jugo de mango.

Si en el negocio no va a ganar un mínimo de 2 o 3.000 dólares, por
favor, no lo molesten.

Corredores de casas | Diario de Cuba
www.ddcuba.com
http://www.ddcuba.com/cuba/6030-corredores-de-casas

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