Jorge Olivera Castillo, Sindical Press.
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Uno de los últimos amagos
revolucionarios del Estado vuelve a fallar. Mediante el otorgamiento o
el cambio masivo de equipos electrodomésticos obsoletos por modernos,
las autoridades se empeñaron en disminuir los gastos de energía. Sin
embargo, los presuntos beneficios de la iniciativa se tornan en una
secuencia de adversidades que afectan tanto a las autoridades como a
cientos de familias.
Hace unos días el dependiente de un comercio estatal ubicado en el
municipio Centro Habana, confesó que la deuda con el Estado supera el
cuarto de millón de pesos.
"Por un lado los atrasos y por otro, están los que no han aportado un
centavo desde que recibieron los equipos", expresó el administrador de
una bodega donde se compran los alimentos.
"Somos nosotros los que tenemos que poner la cara a este fenómeno al que
no le veo solución. Imagínate las ofensas y el maltrato que tengo que
soportar al indagar sobre los motivos de la morosidad" -dijo el hombre.
Los débitos a nivel nacional continúan siendo críticos y no aparece la
fórmula para remediar la situación. La prensa ha abordado el asunto sin
lograr concientizar a los deudores sobre la necesidad de ponerse al día
o comenzar los pagos establecidos para cada producto.
Imposibilidades económicas, roturas y otras excusas, son esgrimidas como
justificación para no pagar. Las ventas de duchas, calentadores de agua
y cocinas eléctricas, lejos de resolver las necesidades de la población,
han provocado cortos circuitos, fatales en algunos casos, aumento del
consumo de energía y averías, sin solución por mal manejo de los equipos.
La falta de costumbre de amplios sectores de la población contribuyó a
la temprana rotura de miles de equipos, operados sin seguir las
orientaciones correspondientes. A lo que se añade la baja calidad del
producto, en el caso de los refrigeradores fabricados en China, marca
Haier. Un indeterminado número está discontinuado a causa de roturas en
su sistema de enfriamiento. ¿Quién va a pagar un equipo roto? Además,
muchos lo han revendido para resolver otros problemas.
Por otra parte, el consumo nacional de energía se ha disparado, debido
al crecimiento de la demanda popular, estimulada por las políticas del
gobierno en este sentido.
La revolución energética es un fracaso. Entre la falta de pago y las
periódicas interrupciones del servicio eléctrico, a partir del
insuperable desbalance entre demanda y disponibilidades, surgen otras
aristas de una crisis generalizada que amenaza con empeorar a las
puertas de un nuevo año.
Cuba: El lado oscuro de la revolución energética (3 December 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/diciember/03_C_2.html
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