Baldomero Vásquez Soto* / Soberania.org - 21/12/09
La revista TIME, en su edición del 21 de diciembre de 1962, recogió la
opinión de Ernesto Guevara (el Che) sobre el acuerdo donde los
mandatarios Kruschev y Kennedy pusieron fin a la amenaza de guerra
nuclear provocada por la instalación clandestina en Cuba de bases
militares rusas, equipadas con armamento atómico. La fuente de aquella
reseña sería una entrevista concedida por el comandante guerrillero a
Sam Russel, corresponsal en La Habana del periódico socialista inglés
London Daily Worker, publicada el 04 de diciembre de aquel año.
El inestimable valor histórico de aquella entrevista radica en que
contiene las únicas declaraciones que diera el Che en los meses que duró
la crisis de los misiles. La mencionada reseña de TIME se titulaba
"Cuba: Castro's Warhawk", en una clara referencia al Che como el halcón
de guerra de Fidel Castro. Sin embargo, al leer su contenido no queda
duda de que el calificativo de terrorista es el que mejor le cuadra.
Dibujando un retrato de sí mismo, Guevara afirmaba lo siguiente: "If the
missiles had remained, We would have used them against the very heart of
the United States, including New York City" ("Si los misiles hubiesen
permanecido en Cuba, nosotros los habríamos usado contra el propio
corazón de los Estados Unidos, incluyendo la Ciudad de Nueva York").[1]
Sólo alguien con una mentalidad terrorista podría jactarse alegremente
del deseo de ejecutar una acción que habría causado la muerte de
millones de seres inocentes. Acción que, por lo demás, habría
significado también la desaparición de millones de inocentes cubanos,
pues la respuesta nuclear instantánea de EEU contra la URSS implicaba
fatalmente la destrucción de Cuba. Tanto desamor a su pueblo y a la
humanidad hacen inexplicable como este hombre trasmuta en símbolo
romántico de esperanza de los pueblos.
La mentira es revolucionaria: de la Acería del Che al Puerto Pesquero de
Fidel
Los diferentes aspectos involucrados en la "Operación Anadyr " (nombre
dado por los rusos a la instalación de las bases en Cuba) revelarían
otra cara, también perversa, del Che Guevara y de Fidel Castro, que
evidencia el absoluto irrespeto de uno y otro hacia la opinión del
pueblo cubano y la hipocresía de ambos como defensores de la soberanía
de Cuba.
Al subordinar a Cuba a los intereses geopolíticos del imperio ruso,
había que obedecer las órdenes que emanaban del imperio. Una de éstas
fue que la instalación de las bases militares se haría en secreto.
Siguiendo esa línea, el 27 de agosto de 1962 el Che Guevara salía a
escena a engañar a la opinión pública internacional. En Moscú declaró
que la URSS construiría una gran Acería en Cuba (según la agencia
soviética TASS "una factoría de fundición de acero").[2]
De la falsa Acería no se volvió a hablar más. En su lugar, el comandante
Fidel Castro, para engañar al mundo y al propio pueblo cubano, inventó
otra mentira: que los rusos construirían un Gran Puerto Pesquero en
Cuba.[3] El engaño llegó a su máximo el 23 de octubre de 1962 con la
respuesta de Castro, transmitida por radio y TV, al discurso pronunciado
por el Presidente Kennedy el día anterior. Ese día Castro desmintió la
denuncia de Kennedy acerca de la instalación de misiles nucleares rusos
en Cuba y "acusó al presidente norteamericano de mentir al acusar, a su
vez, a Cuba de que dispone de armas atómicas".[4]
La "Crisis de los misiles" en el Testamento del Che
Como se puede comprobar en su Carta de Despedida a Fidel [5], el Che
mantendría inalterado el engaño al que siempre ha estado sometido el
pueblo cubano sobre la crisis. En lugar de referirse a la "crisis de los
misiles", intencionalmente adopta la retórica rusa, la cual se refería a
aquellos peligrosos acontecimientos como la "crisis del Caribe". Esta
frase le permitía obtener una doble ganancia: esconder la
responsabilidad de la URSS en la crisis y presentar el conflicto como un
enfrentamiento heroico entre el pequeño David (Cuba) y el gigante
Goliat (EEUU).
Este terrorista confeso dejó muy mal parado al filósofo Jean Paul
Sartre, quien en 1960 lo consideró "el ser humano más completo de
nuestra época". Con toda razón, Ralf Dahrendorf ha señalado al
existencialista francés de haber sucumbido a la tentación totalitaria:
"siempre que se dieron tales tentaciones, Sartre sucumbió a ellas".[6]
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Notas:
[1] http://www.timecom/time/magazine/article/0,9171,940139,00.html
Cuba: Castro's Warhawk
TIME. Friday, Dec. 21, 1962
Fidel Castro is uncharacteristically silent these days. So is
little brother Raul. But it is hard to keep them all quiet in Cuba's
talky regime. To a correspondent from the London Daily Worker, Minister
of Industries Ernesto ("Che") Guevara, who was Castro's one-man
braintrust back in the hills, last week gave an interview defiantly
proclaiming Cuba's firm intention to go right on trying to export its
revolution throughout Latin America. What is more, said Che, "if the
rockets had remained, we would have used them all and directed them
against the very heart of the U.S., including New York, in our defense
against aggression. But we haven't got them, so we shall fight with what
we've got."
Guevara's more bellicose remarks were blue-penciled out by the
Worker's London editors—Moscow has decreed a softer line these days.
Che, among other things, told the Worker correspondent: "We know that
some people in Europe are saying that a great victory has been won. We
ask whether in exchange for some slight gain we have only prolonged the
agony. So far, all that has happened is that a confrontation has been
avoided." Taking the Chinese "war is inevitable'' position. Che went on:
"The Cuban revolution has shown that in conditions of imperialist
domination such as exist in Latin America, there is no solution but
armed struggle. Cuba has shown that small guerrilla groups, well led and
located at key points, can act as a catalyst of the masses, bringing
them into mass struggle. We say that this can be done in a large number
of Latin American countries.''
For all his bluster, Guevara will find the going hard. When Castro
defiantly declared himself a "Marxist-Leninist," he alienated most Latin
American governments and lost much of his popular support among workers
and educated idealists. Some woolly-headed university students and
leftists still naively regarded him as a made-in-Cuba revolutionary
simply marching in voluntary step with the Communist world. But after
Khrushchev dealt directly with Kennedy on the Cuban missiles, bypassing
Castro as an unimportant puppet, the Cuban dictator lost even those
supporters. Latin American leftists have been bitterly disowning both
Castro and Communism ever since.
[2]
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1962/08/28/018.html
[3] http://www.soberania.org/Articulos/articulo_5264.htm
[4]
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1962/10/24/034.html
[5] http://www.granma.cu/che/carta.html
Carta de despedida del Che a Fidel
"Año de la Agricultura" / Habana
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en
casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión
de los preparativos.
Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de
muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después
supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si
es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la
victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros,
pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que
me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de
los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la Direccón del Partido, de
mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de
cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se
pueden romper como los nombramientos.
Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con
suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario.
Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti
desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido
con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario.
He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de
pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis
del Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me
enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado
con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos
esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad
al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo
más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis
seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso
lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré
la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la
sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el
imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces
cualquier desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad,
salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva
bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y
especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu
ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de
mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior
de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare
sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena:
me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les
dará lo suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero
siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo
quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario, Che
[6] Dahrendorf R. LA LIBERTAD A PRUEBA. Los Intelectuales frente a la
Tentación Totalitaria. Ed. Trotta. Madrid , p. 186.
(*) Econ. Baldomero Vásquez Soto / Profesor de la Universidad del Zulia
(1973-1991) / Esp. Universidad Católica Andrés Bello (1989) / E-mail:
tiobaldomero@yahoo.com
El Che: terrorista confeso (22 December 2009)
http://www.soberania.org/Articulos/articulo_5446.htm
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