23 de julio de 2016

Cuba nunca ha dejado de ser un presidio político

"Cuba nunca ha dejado de ser un presidio político"
Conversamos con Pedro Corzo, ex preso político cubano, periodista y
documentalista
Viernes, julio 22, 2016 | Vicente Morín Aguado

LA HABANA, Cuba.- Pedro Corzo, ex preso político en su patria,
periodista y realizador de documentales, empeñado en salvar una parte de
la memoria histórica de la nación, deliberadamente borrada por el
régimen de 1959, responde a CubaNet cuando está al cumplirse medio siglo
del cierre oficial del tristemente célebre Reclusorio Nacional para
Varones de la Isla de Pinos, conocido como Presidio Modelo. Allí
compartió rejas en 1964.

"Esperaba el avión junto a otros sentenciados, estábamos en cordillera
término indicativo de larga fila que será trasladada a un lejano lugar.
Era el aeropuerto de Cienfuegos, aterriza el avión y sin yo saberlo,
baja entre muchos reclusos mi padre, ahora rumbo a una cárcel de Sagua
la Grande. Hubo casos de familias completas, encarcelaron a los hogares
cubanos".

El paisaje arquitectónico de aquella cárcel gigantesca resulta
apabullante. Son cuatro enormes circulares al estilo panóptico, copiado
de la prisión Joliet en Illinois. Casi mil celdas por edificio, sin
contacto posible con los carceleros. En el centro una torre de
vigilancia ocupada por un solo guardia con su ametralladora, listo a
disparar a la menor sospecha, apoyado por una iluminación que jamás
abandona a los presos.

"Hubo disparos, heridos, golpizas, castigos crueles. Implantaron el
trabajo forzado, el plan Morejón primero —apellido del Jefe de aquel
antro inhumano—, después se llamó Camilo Cienfuegos: pico y pala, abrir
huecos para clavar postes de cercas y las canteras de mármol.
Alimentación miserable, trabajando 14 horas diarias de lunes a sábado.
Algunos se negaron, los 'plantados', fueron maltratados hasta el punto
de morir".

Ahora el Presidio Modelo es Museo de la Revolución. Siempre muestran a
los visitantes la amplia habitación donde Fidel, primero solo y luego
con la compañía de su hermano Raúl — aislados, dicen los guías— se
cocinaban pastas a la par de leer a José Ingenieros y, según decía el
propio Comandante, a Marx y Lenin.

A veces abren a los visitantes una de las tétricas circulares, entonces
el profesional contador de historias dice sin rubor alguno que "a partir
de la Crisis de Octubre estos edificios fueron dinamitados, estaban
ocupados por contrarrevolucionarios, si los americanos invadían, serían
volados de inmediato".

"Dinamitaron hasta el comedor central, nos advirtieron que éramos
rehenes por si acaso se producía una agresión imperialista. De hecho
vivíamos bajo una constante llamada terror. Si las celdas tenían
capacidad diseñada para dos personas, generalmente eran tres y en
ocasiones hasta cuatro."

La aritmética simple indica seis mil seres humanos—no parecían serlos
para sus carceleros—condenados a desaparecer en segundos. Todavía hay
quiénes se vanaglorian de aquella idea revolucionaria.

"No dejamos de estudiar, practicábamos juegos culturales, hacíamos
coros, jamás olvido a Manuel Villanueva, autor de La Montaña, el himno
de los presos políticos. Villanueva sin pretenderlo, se convirtió en un
emblema para los presos. Encarnaba la amistad sincera fundamentada en un
profundo amor a Cuba, y un compromiso concreto de seguir honrando las
convicciones que lo llevaron a la cárcel y por la que muchos de sus
compañeros ofrendaron sus vidas."

Las reglas del periodismo digital implican cerrar el diálogo, queda de
parte de Pedro Corzo, su valoración, al cabo de medio siglo, de una
historia de la cual es digna parte: "Fueron tiempos difíciles, de mucha
confusión, recuerdo que al pasar en los camiones rumbo al trabajo
obligatorio, los pobladores nos gritaban horrores. La gente creyó
sinceramente en promesas que hoy son un evidente fracaso".

Nuestro entrevistado hace una pausa y remata con elocuencia: "Un caso
paradigma es Armando Sosa Fortuny, preso primeramente entre 1960 al 78.
Regresa al país en 1994 y desde entonces está de nuevo encarcelado,
sumando 21 años a los 18 iniciales. En nuestro país siempre han existido
presos políticos desde que los Castros asumieron el poder. Hay una
continuidad histórica igual al tiempo ocupado por la dictadura".

Sin pregunta de por medio, el hoy articulista de El Nuevo Herald asume
los versos de su amigo El Villa, fallecido en el exilio tras 16 años de
opresión política rematada por las rejas: "Cuando un día suba yo la
montaña y en la cima nos volvamos a ver, será entonces cuando el sol
amanezca, flotará una bandera y podamos volver".

Source: "Cuba nunca ha dejado de ser un presidio político" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/cuba-nunca-ha-dejado-de-ser-un-presidio-politico/

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