29 de febrero de 2016

El periodista y la dictadura

El periodista y la dictadura
No la tienen fácil los colegas de la prensa oficial
lunes, febrero 29, 2016 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba.- En un artículo que apareció el pasado 9 de febrero en
la página digital Oncuba, Lenir Rivero se quejaba de "los maltratos a
profesionales de la prensa por parte de personas que, al sentirse
aludidas en la crítica de un periodista, deciden vengarse a puñetazos o
con amenazas".

"En nuestra sociedad muchas más personas que lo deseable se adjudican el
derecho de agredir física o psicológicamente a los periodistas", lamentaba.

Denunciar un cambiazo de frijoles en las bodegas, un desfalco en una
empresa o intentar tomar unas fotos en una tarima de un agromercado,
pueden ser "actos arriesgados", explicaba.

Como nos recuerda el propio autor del artículo que "Cuba,
afortudamente, queda fuera de las estadísticas de homicidios cometidos
cometidos contra periodistas", el lector pudiera pensar que exageró en
el título. Pero no. Solo hay que seguir leyendo.

"Hay muchas maneras de matar a un periodista: inculcándole el miedo a
través del maltrato físico, la burla o la censura; presionándolo para
que omita datos de interés público o negándole la información
solicitada; haciéndole creer medias verdades o aplaudiéndolo cuando
recita medias mentiras", explica Rivero.

En Cuba no hace falta matar a periodistas, porque como dijo algún
colega, este régimen, desde sus mismos inicios, se encargó de matar al
periodismo.

¡Si sabremos los periodistas independientes acerca de todo lo que
refiere Lenir Rivero y más! Solo que no nos agreden peloteros
enfurecidos, sino los agentes de la policía política y sus sicarios de
las brigadas de respuesta rápida.

Pero no voy a referirme a la represión a que estamos sometidos los
periodistas independientes, sino a los numerosos sinsabores que tienen
que enfrentar los periodistas de los medios oficiales o de los que de
tan complacientes casi lo son, que parecen ser los únicos periodistas
que cuentan para Lenir Rivero. Y aun así, se quedó corto en el recuento
de las vicisitudes que sufren…

Bajo una dictadura, resulta bastante ingenuo hablar de "la incapacidad
para lidiar con la crítica y la opinión diferente".

¿Cómo "asumir la función periodística con toda su dignidad" cuando la
prensa se limita a repetir los argumentos oficialistas?

Luego de las exhortaciones del general Raúl Castro y el vicepresidente
Díaz-Canel a hacer un periodismo más creíble y crítico siempre que sea
responsablemente y en "el momento adecuado", que no se sabe a ciencia
cierta cuál es, los preriodistas oficialistas ya se atreven a tratar
sobre la mala calidad del pan, los baches, las fosas reventadas, el
ruido del reguetón a todo volumen en los lugares públicos, los altísimos
precios en los agromercados (siempre culpando a los intermediarios), y
si acaso, los abusos con las pensiones de los jubilados y de la
Asistencia Social… Pero siempre con mucho cuidado.

No la tienen fácil los colegas de la prensa oficial. Además de la
censura que les impone el Departamento Ideológico del Comité Central del
Partido Comunista, se autocensuran para no buscarse problemas con sus
jefes de redacción. Y encima tienen que soportar que un director de
empresa de poca monta o cualquier pelafustán municipal –los ministros y
otros pejes gordos son inaccesibles- les largue zoquetadas, les cuelgue
el teléfono o les cierre la puerta en sus narices, y que lo mismo los
policías que los administradores de las TRD se pongan nerviosos y les
impidan tomar fotos. Y hasta corren el riesgo de que les tire un piñazo
algún bodeguero o un pelotero demasiado susceptible, frustrado porque no
se le ha dado la oportunidad de "desertar" e irse a jugar a las Grandes
Ligas.

Como el régimen utiliza todas las formas de "matar" a los periodistas
que señala Lenir Rivero y otras muchas más, no requiere mucho esfuerzo
imaginar a los profesionales de la prensa en Cuba como muertos
vivientes, zombies que imitan la fraseología de los jefes ventrílocuos.
Y ni siquiera así, obedientes a la voz del amo y siempre aplaudiendo,
están exentos de riesgos. Pero supongo que ninguno esperaba que el
periodismo, ni siquiera el oficialista, fuese un lecho de rosas.

luicino2012@gmail.com

Source: El periodista y la dictadura | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/periodista-bajo-dictadura/

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