Publicado el viernes, 02.21.14
Raúl, la sombra y el crimen
PEDRO CORZO
Recientemente el escritor José Antonio Albertini en una reunión de
amigos se refirió a una película basada en la vida de un asesino a
sueldo titulada El hombre de hielo, pero de inmediato y sin asociación
previa, se comentó un informe de Archivo Cuba, entidad comprometida en
divulgar los crímenes del totalitarismo insular.
La información señala que desde que Raúl Castro asumió la jefatura del
estado cubano, hace siete años, han perecido en la isla al menos 200
personas por causas imputables a su gobierno, lo que demuestra que el
dictador designado sigue siendo un hombre cruel y despiadado.
Las primeras fotos de ejecuciones en la Sierra Maestra tienen como
protagonista a Raúl Castro. No es que fuera el único asesino, entre
otros estaban Ernesto Guevara y Ramiro Valdés, pero al parecer el actual
dictador gustaba fotografiarse con sus víctimas tal y como hicieron sus
pares nazis en el pasado.
El desaparecido comandante del ejército rebelde Lucas Morán Arce, señala
en La Revolución Cubana. Una versión rebelde que Raúl es el autócrata
por excelencia, una persona desconfiada por naturaleza, y un trabajador
incansable, que solo se rodea de incondicionales y que "el Segundo
Frente Oriental era un pequeño estado totalitario en el cual la
disciplina se fundaba en el terrible drama de la muerte por fusilamiento".
El periodista y también escritor Luis González Lalondry está
investigando los fusilamientos masivos del campo de tiro de la Loma de
San Juan ordenados por Raúl Castro en la madrugada del 12 de enero de
1959, cerca del monumento donde se firmó el armisticio entre Estados
Unidos y España en 1898.
Según declaraciones de sobrevivientes que posee González, de la galera 8
del vivac de Santiago de Cuba fueron sacados 84 presos, que fueron
sometidos a una parodia de juicio en la que los jueces eran comandantes
de la revolución triunfante.
El proceso duró cuatro horas, todos fueron condenados y ejecutados en
masa. Fueron sepultados en fosas comunes que había abierto un buldózer.
Inexplicablemente contaron con asistencia religiosa antes de morir. Uno
de esos sacerdotes vive en Miami, el padre Jorge Bez Chabebe, que dijo a
González: "Fue un espectáculo dantesco que provocaba náuseas".
Esta masacre fue comentada por uno de los biógrafos de Ernesto Guevara,
Jon Lee Anderson, quien señala: "Pese a su reputación de hombre cálido,
puede ser impulsivo, dogmático y a veces brutal. En 1959, durante la
rendición de Santiago, la segunda ciudad del país, Raúl presidió la
ejecución de más de 70 soldados y oficiales que fueron ametrallados y
sus cadáveres lanzados a un foso".
El doctor Armando Lago, un distinguido investigador de los crímenes del
castrismo y autor de El costo humano de la revolución social, refiere
que investigaciones parciales demuestran que Raúl Castro fue responsable
de 550 ejecuciones en 1959.
Dariel "Benigno" Alarcón, oficial del ejército rebelde que combatió
junto a Guevara en el Congo y Bolivia, dice que en una ocasión Fidel
Castro le envió un mensaje a Raúl para que cesaran los fusilamientos
porque había quejas al respecto y que escuchó a Fidel comentarle a Celia
Sánchez la respuesta de Raúl: "Fidel, no te preocupes, no correrá más
sangre, de ahora en adelante ahorco a los enemigos".
Es tema para otra columna, pero hay una característica del dictador que
es justo evocar.
Raúl Castro en todos los procesos "judiciales" de gran relevancia del
régimen totalitario, ha sido el principal acusador, al parecer el único
papel principal que Fidel le dejó jugar mientras fue el máximo líder.
En 1959, durante el proceso contra el comandante Huber Matos, fue una
especie de Robespierre. Amenazó y coaccionó a Matos hasta que éste que
se le enfrentó. También trató de injuriar y desacreditar al abogado
defensor Francisco Loriet Bertot, pero no lo logró.
Hay otros procesos a tener en cuenta como el que se realizó contra la
dirigencia del viejo Partido Socialista Popular, conocido como la
Microfracción, 1968. Raúl fue quien ordenó a la Seguridad del Estado las
medidas a tomar contra los supuestos complotados. Al final del proceso,
cuando el terror raulista corría impetuosamente por el torrente
sanguíneo de culpables e inocentes, y se esperaba un baño de sangre,
apareció Fidel componiéndolo todo y enviando a los inculpados a cumplir
sentencias de prisión.
Pero su momento estelar antes de asumir todos los poderes en la isla,
fue durante el Caso Ochoa, un proceso en el que fueron juzgados varios
oficiales de alto rango, entre ellos generales, que resultó con la
ejecución entre otros de Arnaldo Ochoa y Antonio de la Guardia, 1989, y
una purga que llevó a prisión o destitución de otros muchos militares,
que solo cumplieron las órdenes que les habían impartido los dos hermanos.
Periodista de Radio Martí.
Source: PEDRO CORZO: Raúl, la sombra y el crimen - Opinión -
ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/02/21/1684543/pedro-corzo-raul-la-sombra-y-el.html
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