Bueno malo, malo bueno
Lunes, Julio 30, 2012 | Por Leonardo Calvo Cardenas
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -En los últimos tiempos el 
gobierno cubano, tal vez agobiado por la presión de sus carencias y 
fracasos económicos, ha emprendido un paulatino proceso de 
despenalización y autorización de acciones, accesos y transacciones por 
mucho tiempo prohibidos a los ciudadanos.
Hay acciones y comportamientos universalmente reconocidos como negativos 
y punibles por sus connotaciones y consecuencias, por esa razón matar, 
robar, estafar, traficar ilícitamente con mercancías, drogas, armas, 
personas, extorsionar, chantajear, difamar o falsificar constituyen 
acciones penalizadas en cualquier contexto o latitud.
Sin embargo lo que hace muchas décadas sucede en Cuba resulta algo muy 
diferente porque las autoridades de la Isla privan a los cubanos de los 
más elementales derechos y potestades  al establecer toda suerte de 
prohibiciones absurdas y violatorias del derecho ajeno, solo para 
mantener cerrada hegemonía y control absoluto sobre toda la sociedad.
Durante largo tiempo el solo hecho de poseer dinero norteamericano 
implicó considerables penas de cárcel para muchos cubanos, pero un buen 
día la divisa extranjera fue despenalizada, la economía nacional 
dolarizada y a partir de ese momento quien no tenga acceso a la moneda 
dura puede ser víctima de serias privaciones. En una suerte de bandazo 
extremo ahora el estado cubano vende en divisa incluso servicios y 
objetos de primera necesidad.
Es proverbial el desprecio de los gobernantes cubanos por el derecho de 
propiedad. El despojo de grandes, medianos y pequeños propietarios ha 
sido la divisa invariable de esta larga y traumática etapa de nuestra 
historia en la cual ha sido bien limitada la posibilidad de disponer 
libremente de los bienes legalmente adquiridos o registrados. Cabe 
recordar que contratos interpersonales como la donación estaban 
prohibidos porque podían enmascarar las ventas por mucho tiempo ilegales.
Ahora se autoriza la compra-venta de viviendas, vehículos de motor, 
líneas telefónicas fijas. En el caso de las casas y los automóviles el 
Estado grava las transacciones con altas tasas impositivas para 
vendedores y compradores.
La nueva empresa privada nacional - Foto de Leonardo Calvo
La nueva empresa privada nacional - Foto de Leonardo Calvo
Otra prohibición rota recientemente es la que impedía, por cierto 
inconstitucionalmente, a los nacionales hospedarse en los hoteles. Hasta 
ahora los extranjeros e incluso cubanos expulsados del país por su 
desacuerdo político con el régimen gozaban de un privilegio vedado a los 
nativos.
La ampliación de las modalidades y dimensiones del llamado trabajo por 
cuenta propia, medida largamente esperada, abre las expectativas al 
necesario desarrollo de la iniciativa privada.  Sin embargo todavía son 
muchas los obstáculos e imposiciones que limitan el desenvolvimiento de 
los pequeños empresarios que deben luchar contra la inexistencia de 
mercado mayorista, los impuestos confiscatorios y la depredación de los 
inspectores.
Ante el evidente fracaso del caótico modelo económico que ha demostrado 
con creces sus debilidades estructurales cabe preguntarse qué espera el 
gobierno para dar rienda suelta a las potencialidades productivas y 
empresariales de los cubanos, quienes todavía deben ver como los 
extranjeros tienen derecho a invertir en sectores fundamentales de la 
economía donde los nativos solo pueden ser empleados.
No debemos olvidar que durante muchos años la diversidad de orientación 
sexual y la práctica de todas las religiones fueron satanizadas, 
perseguidas y fuertemente represaliadas. Hoy a pesar de representar una 
imagen de apertura y flexibilidad en estos campos, las manifestaciones 
independientes que no se dejan manipular ni sirven a los intereses del 
poder no gozan de los espacios y derechos que merecen.
Mucho camino le queda por andar a las autoridades cubanas para borrar 
del panorama nacional la penalización y prohibición de lo que es 
perfectamente legal en condiciones normales.
El mundo no entiende como los cubanos deben pedir y comprar permiso para 
entrar y salir de su propio país. Les resulta difícil a las autoridades 
cubanas desembarazarse de esta imposición tan dañina a su imagen, puesto 
que la misma constituye una segura vía de ingresos monetarios y un muy 
efectivo mecanismo de control y coerción sobre todos los ciudadanos, 
incluso los que viven fuera del país.
No debemos olvidar que en Cuba los menores de diez y ocho años no pueden 
viajar temporalmente al extranjero, los niños y adolescentes cubanos 
solo pueden salir de Cuba como desterrados. En Cuba los menores de diez 
y ocho años pueden ser incluso parlamentarios pero no turistas
Superado, al menos en lo formal, el apartheid turístico todavía quedan 
como una ofensa a la sensibilidad de todos los cubanos los bien 
equipados centros hospitalarios, solo para extranjeros, en los que no 
pueden siquiera pensar en atenderse los cubanos con dinero.
Avanzado ya el siglo XXI los derechos fundamentales de la persona humana 
están vedados para los cubanos. En nuestro país expresarse libremente, 
asociarse o reunirse de manera independiente puede generar graves 
represalias.
Resulta lamentable ver como el interés y la determinación discrecional 
de las autoridades define que resulta bueno o malo, aceptable o punible 
en un momento determinado, con lo cual los valores y derechos quedan 
siempre relegados ante la tradicional vocación hegemónica del liderazgo 
cubano.
elical2004@yahoo.es
http://www.cubanet.org/articulos/bueno-malo-malo-bueno/
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