25 de junio de 2011

Camilo Cienfuegos, una muerte enigmática y prematura

Camilo Cienfuegos, una muerte enigmática y prematura

Según Jaime Costa, tanto él como Almeida, escucharon las discusiones en
las que se destacaban las voces de Fidel y Cienfuegos, quien se defendía
firmemente de las acusaciones de que había traicionado a la Revolución.

Pedro Corzo, especial para martinoticias. 24 de junio de 2011

El comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, un hombre que al decir de
muchos tenía tanto arraigo popular como Fidel Castro, desapareció sin
dejar rastro en octubre de 1959 en un vuelo entre las ciudades de
Camagüey y La Habana.

Cienfuegos, quien al morir era jefe del Estado Mayor del Ejército, se
caracterizaba por usar un sombrero de ala ancha y era, según sus amigos,
muy bromista. El comandante ejercía una gran influencia sobre las masas
y había participado en la expedición del yate Granma, siendo uno de los
líderes de la sobredimensionada invasión de Oriente a Occidente, junto
con el también comandante Ernesto Guevara.

Sin embargo, su enigmática y prematura muerte posibilitó que se
convirtiera en uno de los dioses de la mitología del totalitarismo
cubano. También hizo pensar a muchos que Castro había ordenado su
desaparición.

Según la versión oficial, Cienfuegos había viajado a Camagüey para
arrestar al comandante Huber Matos, jefe militar de la provincia, quien
había remitido a Castro una enérgica carta en la que denunciaba la
penetración y control que los comunistas estaban ejerciendo en todas las
esferas del gobierno revolucionario.

La carta, sin duda uno de los documentos más polémicos en la historia
reciente de Cuba, hizo que Matos cumpliera 20 años de cárcel y,
probablemente, que Cienfuegos nunca llegara a su destino.

El 23 de octubre de 1959, Cienfuegos compareció en el Canal 11 de la
televisión de Camagüey para informar sobre el arresto de Matos. La
conferencia de prensa, la última de Cienfuegos, fue conducida por el
periodista y publicista Cebrián de Quesada, quien en entrevista con el
autor hizo una síntesis de lo que manifestó el desaparecido comandante:

a) Que Matos había estado conspirando contra la revolución. Según
Cebrián para justificar la acusación, sólo presentó unas fotos de la
revista Cuba Nueva, que editaba el regimiento de Camagüey, bajo el mando
de Matos, en la que aparecían unos niños desnutridos.

b) Que Matos había sido trasladado a La Habana donde iba a ser juzgado
por Fidel y Raúl Castro.

c) Que entre los hombres más valiosos de la Revolución se encontraban
los comunistas, restándoles importancia a las acusaciones de Matos de
que el proceso estaba bajo influencia marxista.

d) Calificó de prensa amarilla y como enemigo del pueblo a los medios
que estaban denunciando los fusilamientos, defendió las ejecuciones y
negó que se estuviera fusilando a personas inocentes.

Por otra parte, estudiosos de la desaparición de Cienfuegos y defensores
de la hipótesis de que fue asesinado afirman que los agentes de la
Seguridad del Estado que dirigía Osvaldo Sánchez, tenebroso dirigente de
las fuerzas de choque del Partido Socialista Popular, primer jefe G-2, y
que curiosamente también pereció en un accidente aéreo, vigilaban
estrechamente a Cienfuegos.

Según ellos, la Seguridad del Estado llegó al convencimiento de que
Cienfuegos no creyó la trama urdida alrededor de Matos, y que por temor
a que descubriera el complot los hermanos Castro ordenaron su muerte.
Otra información que corrobora la hipótesis del crimen político, es que
un oficial de la Fuerza Aérea encontró una cinta grabada en la que
estaban registrados los datos del despegue de la avioneta Cessna, modelo
310, en la que viajaba Cienfuegos. La cinta refería que cuatro minutos
después de despegar el Cessna número 53 lo hizo un caza británico tipo
Sea Fury, al mando del piloto personal de Raúl Castro con su cañón de
20mm. desenfundado.

Publicaciones de la época señalan que el comandante Camilo Cienfuegos
partió del aeropuerto de Camagüey aproximadamente a las 6 p.m. del 28 de
octubre de 1959 en compañía del soldado Félix Rodríguez y, como aviador,
el teniente Luciano Fariñas Rodríguez, tenía más de 2,000 horas de
vuelo y vasta experiencia como piloto en el modelo de avión que los
transportaba. Según los archivos oficiales, Fariñas nunca informó la
ruta por la que volaría y sólo en una ocasión se comunicó con la base
para que Cienfuegos le impartiera instrucciones al capitán Méndez, quien
quedó al frente de la provincia de Camagüey.

Es importante destacar que las altas esferas del gobierno se percataron
de la desaparición de Cienfuegos 24 horas después de su partida de
Camagüey. Es difícil comprender cómo una dirigencia política que se ha
caracterizado por la paranoia, que percibía conspiraciones por doquier,
ignorara por tanto tiempo la situación de uno de los hombres más
importantes de la Revolución que, por otra parte, venía de sofocar un
supuesto complot militar.

El Gobierno Revolucionario, en un comunicado oficial, señaló que la
desaparición de la avioneta fue consecuencia del mal tiempo existente
entre las provincias de Camagüey y Matanzas. Sin embargo,
investigaciones meteorológicas sobre ese día, indican que las
condiciones climáticas eran razonablemente buenas. No obstante, es junto
referir, que varios reportes indican que por lo menos la tripulación de
dos aviones comerciales reportaron fuertes turbonadas.

La desaparición de Cienfuegos generó una gran cantidad de rumores. Se
comentó que en Aguada de Pasajeros, Las Villas, se había producido un
accidente aéreo; que sobre el central Adelaida había volado una avioneta
haciendo señales de luces hasta que desapareció rumbo norte en dirección
al mar.

Un periodista de apellido Vázquez afirmó que durante la noche del
miércoles había presenciado un encarnizado duelo aéreo. Estas versiones
fueron investigadas y, según la versión oficial, fueron descartadas.
También un pescador hizo declaraciones similares.

Un avión C-46 en el que viajaba el comandante Ernesto Guevara avistó en
Cayo Anguila, frente a las costas de Caibarién, los restos
semidestruidos de dos aparatos, uno de los cuales parecían tener la
línea del Cessna, pero más tarde se comprobó que era un error.

Juan Orta, un ex secretario de Castro, le manifestó al poeta Iván
Portela, cuando ambos estaban exiliados en la embajada de México: "Yo
estoy plenamente convencido de que el avión de Camilo fue derribado por
órdenes de Fidel Castro''. Orta, que estuvo tres años asilado en la
embajada de México, continuó diciéndole a Portela: "Yo estaba reunido
con Fidel cuando Raúl Castro y Ernesto Guevara le plantearon: 'Camilo se
opone a cambios estructurales en el ejército rebelde'. A lo que Fidel
respondió: 'El plan será llevado a cabo cueste lo que cueste; ni cien
Camilos podrán oponérsele' ''.
En las conversaciones que sostuvo con Portela y en artículos que
escribió en el exilio, Orta afirmaba que las personas que en alguna
medida estuvieron relacionadas con la misteriosa desaparición de
Cienfuegos sufrieron una suerte similar.

En síntesis, Orta afirmó que el piloto del Sea Fury que supuestamente
despegó poco después que lo hiciera la avioneta de Cienfuegos,
desapareció; que el mecánico de aviación que reportó que el caza
británico traía una ametralladora completamente descargada murió ese
mismo día atropellado por un automóvil; que el pescador que declaró que
había visto un avión caza atacando a una avioneta, fue conducido a La
Habana para ampliar las investigaciones y no se supo más de él.

Otro hecho relevante asociado a la muerte de Cienfuegos fue la muerte
del también comandante Cristino Naranjo, su amigo personal. Naranjo, que
había iniciado su propia investigación sobre la muerte de Cienfuegos,
fue baleado por el capitán Manuel Beatón a la entrada del Campamento
Libertad (antigua Columbia) supuestamente por no haberse identificado.

Varios meses después, Beatón se alzó en armas contra el gobierno, siendo
capturado y ejecutado sumariamente. Orta refiere que un miembro del
tribunal, el teniente Agustín Onidio Rumbaut, logró entrevistarse con el
detenido y que éste le confesó que Fidel Castro, Raúl Castro, Ernesto
Guevara, el también comandante Félix Torres y el capitán Jorge Enrique
Mendoza, habían sido los responsables de la muerte de Cienfuegos. Agregó
Orta que unos días después del proceso y después de haber preparado un
informe confidencial, el teniente Agustín Onidio Rumbaut murió en un
"accidente de cacería''.

Por su parte, el comandante Huber Matos indicó que Cienfuegos también
estaba descontento con la penetración comunista, pero que a su vez se
confesaba un hombre totalmente fiel al líder de la Revolución. Apunta
Matos que en una ocasión le entregó a Cienfuegos un escrito pro marxista
que había sido incluido en la publicación Verde Olivo y que el jefe del
ejército se molestó y responsabilizó a Ernesto Guevara y a Raúl Castro
de la publicación.

Matos refirió que, tras su arresto, Cienfuegos no dejó nunca de tratarle
con respeto y consideración, actitud que le era informada a Castro por
Mendoza. Matos opina que estas informaciones precipitaron las acciones
punitivas contra el carismático comandante. Después de la muerte de
Cienfuegos y la prisión de Matos, la influencia y el poder de Mendoza se
incrementó considerablemente.

Refiere Matos que Raúl Castro sentía una gran aversión hacia Cienfuegos
por la popularidad que éste disfrutaba, y que Fidel Castro temía que
Cienfuegos pudiera provocar una crisis de grandes proporciones, no sólo
dentro de la estructura del poder revolucionario sino también en la
población. Cuenta Matos que Cienfuegos criticó la manera en que Castro
dirigió su caso, lo que tal vez puso en alerta al gobernante sobre
posibles problemas con un individuo que le había sido hasta ese momento
incondicional.

Agregó Matos que Castro envió a Cienfuegos para que lo arrestase en su
despacho en el regimiento Ignacio Agramonte con la intención de que se
originase un tiroteo en el que éste muriera y así salir de los dos de
una vez por todas. Pero que Cienfuegos tuvo la precaución de ordenarles
a sus oficiales que las tropas no dispararan cuando le fueron a detener,
lo cual frustró el supuesto plan.

Sobre la avioneta Cessna 310, desaparecida con tres hombres a bordo,
dice Matos que no tiene la más mínima duda de que fue abatida por orden
de Fidel Castro. Apunta que Fariñas, el piloto, era un hombre muy
disciplinado, que no se habría desviado de la ruta sin haber pedido
autorización. Este aspecto es también comentado por Orta, quien afirma
''que desde la torre de control aéreo de Camagüey le indicaron a
Cienfuegos que el comandante Félix Torres estaba perdido sobre el mar al
sur de la ciudad de Trinidad, Las Villas, y que era necesario se sumara
a su búsqueda''. Según el declarante esto propició que un avión Sea Fury
derribase el Cessna de Cienfuegos.

También dijo Matos que estando en la prisión del Castillo del Morro, La
Habana, recibió dos mensajes de Camilo en el que este le advertía que
tendría que declarar en su contra ya que su situación personal --la de
Cienfuegos-- era muy difícil. Le decía que de ir a juicio sería fusilado
y que estaba dispuesto a ayudarle para que se fugara de la prisión, a lo
que el prisionero se negó aduciendo que quería un proceso judicial para
denunciar públicamente lo que estaba pasando en el país.

Agustín Alles Soberón, el primer periodista cubano en subir a la Sierra
Maestra y entrevistar a los insurgentes del Movimiento 26 de Julio, fue
amigo de Cienfuegos. Alles Soberón recuerda que en los días del caso
Matos, Cienfuegos, en ruta hacia Camagüey, hizo escala en la ciudad de
Santa Clara. Dice que conversó varios asuntos con Cienfuegos, entre
ellos la situación de Matos, y que Cienfuegos le dijo que Matos debía
ser ejecutado si había traicionado a la Revolución. Opina Alles Soberón
que Cienfuegos era un incondicional de Fidel Castro y que habría hecho
lo que éste determinara sin importar dónde estaba el bien o el mal, pero
que no había dudas de que Cienfuegos tenía serias diferencias con Raúl
Castro y Guevara.

Sin embargo, el ya fallecido comandante del Segundo Frente Nacional del
Escambray, Lázaro Asencio, afirma en un artículo y en entrevista que
concedió al autor, que Cienfuegos era comunista y que sus diferencias
con Raúl Castro no fueron consecuencias de su defensa de Matos, sino
porque Castro protegía a oficiales como el general Dermidio Escalona.

Continúa Asencio su relato planteando que un matrimonio que vivía en la
Punta de la Bahía de Masio, cerca de Casilda, Trinidad, escuchó en horas
de la tarde del 28 de octubre de 1959 una fuerte explosión y que vio que
del cielo caía una bola de fuego a la vez que se oía el ruido de un
avión. Apunta que cuando se conoció la declaración, el entonces capitán
Osmany Cienfuegos viajó personalmente a Casilda para conducir a La
Habana al matrimonio, del que no se volvió a saber. Afirma Asencio que
conoció esta historia porque la pareja antes de ser trasladada, se lo
comunicó a un funcionario de la Cruz Roja, quien a su vez se lo hizo
conocer a él.

Asencio también comparte la idea de que el avión de Cienfuegos fue
derribado por un Sea Fury y que la orden la impartió el comandante Félix
Torres, quien la había recibido de los hermanos Castro. Agrega que el
oficial José Paz, que conoció del informe de que un Sea Fury había
descargado sus ametralladoras, murió en un accidente en la Vía Blanca,
cuatro días después de desaparecer Camilo Cienfuegos.

Concluyó Asencio su relato recordando que, dos días después, se
encontraba en la lancha de un pescador de nombre Juan, en la zona de
Casilda, cuando avistaron una mancha de aceite y una almohada que
presumiblemente pertenecían a la avioneta que buscaban. La información
fue trasmitida de inmediato por radio. Una hora después se dijo que
Cienfuegos había sido hallado vivo, lo cual determinó la suspensión de
la búsqueda en toda la isla por varias horas, decisión que, en su
opinión, "permitió borrar las pruebas de la caída en el Masio de la
avioneta de Camilo Cienfuegos''.

Igualmente, Jaime Costa, comandante del Ejército Rebelde, atacante del
cuartel Moncada y expedicionario del Granma, afirma que Camilo
Cienfuegos fue asesinado en un lugar de la Ciénaga de Zapata por
decisión de Fidel Castro y por instigación de Guevara, Raúl Castro y el
presidente Osvaldo Dorticós Torrado. Costa se encontraba en un avión que
buscaba a Cienfuegos en compañía del comandante Juan Almeida, a la sazón
jefe de la Fuerza Aérea de Cuba, cuando por orden de Fidel Castro se les
ordenó aterrizar en Varadero, de donde fueron conducidos en automóvil
hasta un punto de la Ciénaga de Zapata donde les esperaba Fidel Castro
en compañía de otros altos dirigentes del gobierno.

Cuenta Costa que vio sobre la pista una avioneta igual a la que estaban
buscando y era que Cienfuegos había aterrizado en ese lugar porque a su
regreso a La Habana le informaron vía radio que Fidel Castro le esperaba
en ese sitio. Según Costa, tanto él como Almeida, escucharon las
discusiones en las que se destacaban las voces de Fidel y Cienfuegos,
quien se defendía firmemente de las acusaciones de que había traicionado
a la Revolución.

La discusión duró toda la noche, pero ya avanzada la madrugada escuchó
disparos y vio cómo arrastraban los cuerpos de varias personas hacia la
avioneta que millares de personas estaban buscando todavía.

Costa concluyó su relato reconociendo que aunque fue amigo personal de
Cienfuegos, no pudo actuar en su defensa, decisión que aún hoy le afecta
a pesar de los años transcurridos.

http://www.martinoticias.com/noticias/cuba/Camilo-Cienfuegos-una-muerte-enigmatica-y-prematura-124501559.html

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